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Opinión: Tsunami Digital, avanza lento pero imparable

Opinión: Tsunami Digital, avanza lento pero imparable

Javier Sepúlveda Hales. Director General de ebooks Patagonia.


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Se ha hablado mucho a comienzos del 2014 de la baja participación que tienen los libros electrónicos en el ingreso de las editoriales tradicionales al cierre del año 2013, de la responsabilidad de los editores por no tener todo su catálogo disponible en digital, de que no quieren invertir en el formato EPUB, de lo poco atractivo que resulta para ellos, de la piratería y de descargas gratuitas, de premios y concursos pensados solamente para libros de papel, de la larga vida al libro impreso y de una “amenaza” que traía el ebook al orden establecido que se desvaneció.

Entre más noticias leo sobre esto más siento que se mira sólo un lado de la moneda: el de los ingresos. Como dijo Eduardo Arriagada (@earriagada) en su nuevo libro, nos enfrentamos a un tsunami digital que golpea a todas las industrias del contenido. Una ola que avanza lento, es gigante y va a pasar sobre todo lo que está a su paso. Algunas cosas se quedarán en pie, algo dañadas, pero seguirán vivas. Otras tendrán menos suerte.

A diferencia del tsunami que destrozó la costa chilena el 27 de febrero del 2010, esta vez sí sabemos que viene y tenemos alarmas sonando. Son pequeñas señales, las primeras olas del maremoto en llegar a la costa. Podemos mirar otra industria y los efectos del tsunami digital. La declaración de quiebra de Blockbuster en septiembre de 2010 (la famosa cadena de arriendo de películas) en EE.UU. fue un gran hito y es un ejemplo claro de los cambios de comportamiento del consumidor.

Imagínese que hace solo pocos años atrás para ver una película en casa el fin de semana uno tenía que salir, manejar al videoclub, rogar para que queden copias disponibles del estreno del mes, hacer cola, pagar y volver. Luego tenías que volver a entregarla y si llegabas tarde te cobraban multa. Suena tan lejano porque hoy lo digital es mucho más simple y simplemente desapareció de nuestro lenguaje el término “copias disponibles”. Si quieres pagar tienes un Netflix en donde tienes mucho que ver con un click y si no quieres pagar y tienes paciencia para más clicks siempre hay una web con un torrent esperando por ti. Un dato interesante es que Netflix enviaba DVDs a tu casa, pero fueron más rápidos en prepararse para el tsunamidigital. Películas y series recién estrenadas están disponibles gratis en la web. Hoy lo mismo ocurre con la música y los libros.

Si dejamos de lado los ingresos de las editoriales de papel y miramos un poco el otro lado de la moneda, nos encontramos con muchísimos más libros que se publican al año (de acuerdo a los registros de ISBN en EE.UU.), con más autores que se autopublican (la explosiva aparición de los autopublicados que ya no necesitan esperar por una editorial para ver su libro en tiendas), el surgimiento de más editoriales (por muy pequeñas que sean), y los más importante, más personas leyendo. Mis alumnos en la universidad me hablan de carpetas dropbox compartidas con miles de libros en EPUB, el marido de una amiga me dice que está leyendo más y me muestra la nueva página web para descargar EPUBs gratis, donde están todos los estrenos de las editoriales transnacionales. Todos.

Llevamos sólo pocos años del siglo XXI y ya tenemos una señal clara. En este siglo los lectores acceden a miles de libros. La democratización del acceso a la lectura es lo que va reducir en el largo plazo la desigualdad en nuestra sociedad. Sin importar en la ciudad en que te encuentres, los ebooks que vemos en internet son los mismos para todos. Para un provinciano como yo es un gran golpe.

Las olas del tsunami digital se formaron hace más de 10 años, están creciendo y avanzando lentamente. Puede tomar asiento frente al mar y ver cómo llegan. Lo que es yo, seguiré aprendiendo a surfear.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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