Publicidad
Fiesta, exotismo, misterio y sensualidad: las claves en sonidos romaníes de la música gitana en Chile Reportaje sobre la influencia romané en la música nacional

Fiesta, exotismo, misterio y sensualidad: las claves en sonidos romaníes de la música gitana en Chile

Bronces con sonidos brillantes y atmósferas sensuales que cautivan a cualquiera. Guitarras flamencas, platillos orientales, acordeones, por algunos momentos violines, y una huella intercultural que marca el estilo. En la música gitana priman la alegría y el festejo, elementos característicos de una comunidad que ha sido marginada históricamente. Hoy esta cultura es reivindicada por bandas nacionales que han encontrado en las melodías gitanas una base sobre la cual construir una sólida parte de la escena musical chilena.


Hace más de una década que músicos chilenos se han interesado por reconstruir y adaptar un género que tiene sus raíces más recónditas en India y que llegó a América del Sur luego vivir una larga historia de sobrevivencia, perseguidos por el Holocausto nazi y la Guerra de los Balcanes. A comienzos de los 2000 aparecieron las primeras bandas que se identificaban con la cultura gitana.

La Mano Ajena y la Banda Conmoción se abrieron espacio en la escena musical a partir de presentaciones en lugares alternativos y pertenecientes al mundo comunitario-popular. En la misma época La Orquesta de la Memoria animaba fiestas gitanas y comparsas. Todas las bandas se reunían en lugares como el hoy clausurado, Galpón Víctor Jara. Al mismo tiempo, se sumaba desde Concepción La Romería de Santa Fortuna, una banda de fusión rock, música latinoamericana y gitana.

Banda Conmoción

Banda Conmoción

Actualmente el panorama es cada vez más numeroso. A esta lista de agrupaciones gitanas, con notas circenses y latinoamericanistas, se suman Doctor Vitrola, Insultanes y Zingamalí, un conjunto de baile y orquesta de fantasía gitana que cantan en romané. Además, a partir de La Orquesta de la Memoria nace Carnavalito Gitano, una comparsa callejera que busca revivir la historia de la comunidad gitana. También es posible incluir bajo esta categoría a Rim Bam Bum, Kali Mutsa con la actriz Celine Reymond y La Tromba, banda de Concepción.

A esto hay que agregar una tendencia musical que nació en los años 30 con Django Reinhardt, en el denominado jazz manouche, y que fue tomado por Roberto Parra, quien resignificó su estilo y lo transformó en el jazz huachaca en los años 70. Hoy Parra es un referente para un puñado de bandas de jóvenes que rescatan el jazz, pero en su versión popular mezclada con folclor nacional y música gitana.

Entre ellos se encuentran bandas como La Nelson Domínguez, De Perilla, Panchito Hot Club, La Nueva Imperial, Gigiconba, Manush Jazz desde Valparaíso, y Gypsy Trío de Talca. Todos ellos concurren a bares de jazz y espacios públicos como plazas y parques para mostrar su música, un estilo alegre que es un fiel reflejo de las fusiones culturales a nivel sonoro.

la mano ajena

La mano ajena

Fiesta, alegría, pasión y resistencia

La Banda Conmoción, hoy puede considerarse el mayor exponente, debido a su masificación a nivel nacional e internacional, y a su participación en escenarios tan importantes como el Pabellón de Chile en Expo Shanghai 2010. Con diez años de carrera y tres discos de estudio, el conjunto, que se autodefine como “fiesta, festejo y carnaval”, mezcla una base de música latinoamericana, como la cumbia, el chachachá, el porro colombiano, mambo, bolero, vals, sanjuanito, los ritmos andinos como el tinku y cuyahuada. Además de la cueca y la música de La Tirana, desde el folklor chileno. Todo esto fusionado con estilos extranjeros como el ska y el género romaní proveniente de la Península de los Balcanes.

En este sentido, la música gitana se distingue como parte de las raíces del folklor nacional a través de la música nortina, específicamente en los ritmos que constituyen la fiesta de la Virgen del Carmen, más conocida como La Tirana. En sus inicios, las comunidades gitanas que se asentaron en el norte se sumaron a la festividad. Así, integraron ritmos e instrumentos ajenos a la cultura nortina, como también bailes que fueron asimilados como propios al pasar el tiempo. Hoy, este aporte de alegría y colores es característico de la celebración que se realiza cada 16 de julio, a la que concurren cerca de 200 mil visitantes cada año.

Ítalo Osses, trompetista de la Banda Conmoción, destaca el sentido comunitario de la cultura gitana y la pasión en su forma de vivir, que también se ve reflejado en su música. Asimismo, señala que “el pueblo gitano carga con una gran mística y una extensa historia que trasciende continentes, pero que se ha mantenido casi intacta al pasar de los siglos.” Es por esto que constituye un modelo para las bandas nacionales, que destacan de ella un componente de resistencia, considerando su historia de marginación constante de las culturas oficiales.

Carnavalito gitano

Carnavalito gitano

“Lo que más nos llama la atención es la impermeabilidad de la cultura gitana. En un contexto de globalización de las culturas y formas de vida cada vez más uniformes y dictadas por el poder del libre mercado. Me parece increíble que se mantenga casi intacta la manera en que los gitanos se relacionan, organizan, viven y comparten. Tal vez esa es la razón de la constante invisibilización y discriminación que sufren de parte del establishment”, explica Osses.

Su musicalidad es atractiva en todo sentido. Tintes orientales que se mezclan con la sensualidad y la vitalidad propias del género. Escucharla es una fiesta. Mundialmente se ha masificado con las producciones de Emir Kusturica, director de cine, guionista y músico serbio, que ha plasmado en todos sus trabajos las raíces de la cultura Balcánica.

A través de este director, muchas agrupaciones tuvieron su primer acercamiento al género. Seguido de referentes compartidos con La Nelson Domínguez y Carnavalito Gitano, como las agrupaciones gitano rumana, Fanfare Ciocarlia y Taraf de Haidouks, Goran Bregovic, los macedonios de Kocani Orkestar.

Las influencias no se quedan ahí, a nivel nacional existen referentes que han marcado la cultura popular como Sandro, quien obtuvo el sobrenombre de gitano debido a que su abuelo paterno era de ascendencia húngara y pertenecía a la comunidad gitana. Por otro lado está Nasslo Nicolich, cantante ícono de la década de los 70, que se hizo famoso cantando en las radios y en el programa de televisión Sábado Gigante.

Kali Mutza

Kali Mutza

“Pero existe otra representación de la cultura gitana a nivel de cultura carcelaria, con grupos rumberos como Los Chichos o películas como El Vaquilla o en una forma más moderna Camelia, música y cultura que se escucha y vive en nuestras poblaciones y cárceles”, agrega el trompetista de Banda Conmoción.

Repertorio multiucultural

Por otro lado está Carnavalito Gitano, un conjunto de pasacalles que ha profundizado en la raíz romaní por medio de una investigación financiada por un Fondart. A través del trabajo de campo, el equipo de la comparsa pudo determinar en cierta medida la historia del pueblo y despejar dudas tanto en su estilo musical como dancístico.

Atraídos por la fantasía gitana de una libertad sin límites, asociada a lo festivo, lo colorido, lo exótico, misterioso y la sensualidad, la agrupación montó su primer show en 2013. Luego de tener contacto con comunidades gitanas se dieron cuenta que esta cultura en Chile está cada vez más distanciada de sus orígenes y más cercana al territorio donde se asentaron. Bajo este contexto, la banda desarrolló un rescate de repertorio tradicional de Rumania, India, Egipto y Turquía, tanto como la reinterpretación de algunos temas klezmer, reinterpretados hacia la armonía gitana.

Agrupación Manouch

Agrupación Manouch

En otro plano se encuentra la agrupación La Nelson Domínguez, que a través del jazz manouche mezclado con ritmos latinoamericanos dan vida a un repertorio multicultural. Se formaron en las calles del Barrio Yungay, y gracias a su interés por ser parte del panorama urbano se dieron a conocer por ocupar la Plaza Brasil como sala de ensayo.

Influenciados principalmente por el gitano belga Django Reinhardt, primer músico europeo que fusionó los sonidos del vals mussette, folk gitano y el jazz norteamericano, La Nelson Domínguez busca rescatar la alegría gitana en sus composiciones. Para esto tomaron además la música de Stochelo Rosenberg y Tchavolo Schmitt, bandas de gitanos europeos que influenciaron en gran medida a la agrupación de jazz.

Sin haber tenido contacto con miembros de la comunidad gitana, Sebastián Aravena, guitarrista de la banda, destaca el principal componente que los ha atraído a este género: la alegría en sus sonoridades. “Nos acercamos a este estilo principalmente por la alegre música, que para ellos está presente en la alegría y la tristeza. En ese sentido son parecidos con el roto chileno, el cual busca la alegría en la tristeza, y eso se plasma totalmente en la música”.

nelson dominguez

La Nelson Domínguez

Definir el componente gitano

No se puede hablar de un estilo determinado de música gitana, ya que ésta depende del territorio donde ellos se asientan. Así, a partir del contexto y del desarrollo cultural existe una reinterpretación por parte de los gitanos. Ellos toman todos los elementos y los hacen suyos, adicionando la complejidad característica del pueblo y el festejo.

“Quizá si uno pudiera sacar un elemento común a la expresión artística gitana es la complejidad y el virtuosismo. Los gitanos tienden a complejizar todo en la música y en la danza”, explica Javiera Cotal, historiadora y directora de danza de Carnavalito Gitano. “Son muy vitales y muy superlativos para todo”, agrega. Por otro lado, está el componente festivo, que tiene que ver con la posibilidad de llevar la música y el baile al espectáculo itinerante.

Para la comparsa, es un pueblo que tiene muchos matices y que vale la pena seguir rescatando y poniendo en la calle su historia. Según Cotal, Carnavalito Gitano se plantea con el objetivo de “rescatar la cultura nómade y la construcción de formas de vida distintas a la nuestra, como una forma de decir que hasta el día de hoy existe resistencia frente a este mundo que parece tan globalizado y tan hegemónico, existen focos en todo el mundo de resistencia.”

La Romería de Santa Fortuna

La Romería de Santa Fortuna

Realidad desconocida entre los gitanos

Sin embargo, en la comunidad gitana la situación es distinta. Actualmente no existen bandas compuestas en su totalidad por gitanos y que interpreten su música tradicional. De hecho, este género ha sido desplazado en la juventud gitana y los ritmos que más suenan en celebraciones y fiestas son el reggaetón y ritmos tropicales como la salsa, el merengue y la cumbia.

Alberto Peña, creador del sitio web Gitanos Chile, señala que “me gustaría decir que sí se escucha mucha música gitana pero la realidad es otra». No obstante, este patrimonio no ha sido olvidado por completo, durante las festividades más importantes y ocasiones especiales la comunidad sí escucha su música tradicional.

nasslo

Entre ellos el gitano destaca a nivel nacional al cantante de la década de los 70, Nasslo Nicolich, como también el desaparecido grupo Romá, quienes fueron protagonistas del soundtrack de la teleserie Romané de TVN, con la famosa canción “Murni Charicha”. Además, a nivel internacional reconoce a Šaban Bajramović, Gipsy King, Chiquitete, Sandu Ciroba, entre otras bandas gitanas europeas. Como también y al igual que las bandas chilenas, la orquesta del compositor Goran Bregovich, cuyo vocalista es gitano.

Bajo un panorama aparentemente alentador para la masificación de la música gitana a nivel nacional, Peña explica que “hay varias agrupaciones que intentan emular la esencia gitana en su música, pero son grupos que no tienen un sólo integrante gitano entre ellos”. En este sentido, reconoce que estas bandas “no tienen mayor repercusión entre nuestra gente.”

Klezmer y música gitana

A partir de la investigación que realizó Carnavalito Gitano, lograron determinar una diferenciación en la música que actualmente se realiza en la escena chilena. La mayoría de las bandas centran su repertorio en la música klezmer, la cual tiene su raíz en la cultura judía de Europa del Este. Es así como ambos estilos se confunden y, a pesar de tener una procedencia étnica completamente distinta, comparten lógicas armónicas y sonoras, además de ocupar ensambles instrumentales similares.

Zingamalí

Zingamalí

“Las bandas chilenas están más cercanas al klezmer que a la música gitana. Veo que en el formato nuevo que está apareciendo, que es la comparsa, recién ahí se está empezando a investigar en el repertorio balcánico”, señala Hugo Paredes, director de Carnavalito Gitano.

El conjunto realiza esta distinción y explica que la misma comunidad gitana ha perdido su tradición en términos de expresiones artísticas. Hoy casi no existen músicos romaníes, y los pocos que hay participan de agrupaciones de iglesias evangélicas, dado que se han vistos permeados por la cultura chilena en gran medida.

Publicidad

Tendencias