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Opinión: El cuestionable viaje de Inti Illimani Histórico con Bachelet a Italia La presidenta entregó las partituras de la canción “El mercado Testaccio” al alcalde de Roma

Opinión: El cuestionable viaje de Inti Illimani Histórico con Bachelet a Italia

Antes del estallido de los casos Penta y Caval, esta ceremonia habría pasado desapercibida, a lo mejor celebrada por unos, ignorada por otras. En las circunstancias actuales, sin embargo, la presencia del conjunto junto a la gobernante se vuelve derechamente cuestionable.


Este jueves 4 de junio, en Italia, la presidenta Michelle Bachelet entregó en una ceremonia de gran simbolismo al alcalde de Roma, el médico de centro izquierda Ignazio Marino, las partituras de la conocida canción “El mercado Testaccio”, compuesta por Horacio Salinas para el disco “Palimpsesto” (1981) de Inti Illimani.

Bachelet estuvo acompañada en la ceremonia por los miembros de Inti Illimani Histórico, una de las fracciones del grupo (el otro es el Inti Illimani Nuevo, desde la división ocurrida en 2004), y que es dirigida por Salinas, quien con el tema rindió homenaje al popular mercado situado en el barrio obrero homónimo donde vivió el grupo en los comienzos de su exilio.

La entrega de las partituras es promocionada como un regalo para esta ciudad que acogió al grupo y a tantos chilenos exiliados por la dictadura militar. Y sin embargo, la duda surge sobre el momento elegido.

Antes del estallido de los casos Penta y Caval, esta ceremonia habría pasado desapercibida, a lo mejor celebrada por unos, ignorada por otras. En las circunstancias actuales, sin embargo, se vuelve derechamente cuestionable.

Salinas, por cierto, en tanto creador de la obra, está en todo su derecho. Puede apelar al exilio que sufrió, al igual que la propia Bachelet, y a la importancia de entregar gestos de agradecimiento a uno de los tantos países que acogió a chilenos que eran perseguidos por un gobierno homicida.

Y sin embargo, si el futuro ya no es lo que era, Bachelet tampoco es la misma tras los escándalos, y no sólo porque su popularidad está en mínimos históricos, producto de los hechos y de un manejo desafortunado, por decir lo menos.

De hecho, ¿volverían a mostrarse junto a ella los numerosos artistas que le brindaron su apoyo durante la campaña electoral, que creyeron en ella como tantos chilenos, todos con la esperanza de materializar las anheladas reformas para rescatar al país de las garras del nefasto neoliberalismo?

¿No pone en entredicho este evento de hoy la distancia que los artistas, especialmente aquellos que se consideran como críticos de un sistema político de origen corrupto, debieran guardar frente al poder? ¿Qué cuestionamientos podemos esperar ahora de los Inti Illimani Histórico a un gobierno donde los parientes se enriquecen y la lógica de los negocios parece haber liquidado la búsqueda del bien común, o al menos del bien de las grandes mayorías?

Se podría ir más allá. Guardando las proporciones, ¿qué diferenciaría a los Inti Illimani Histórico, en una clara actitud de respaldo a un gobierno de respaldo popular minoritario, en crisis, mentiroso, refugiado en sí mismo, de aquellos artistas del otro lado de la vereda que también en su momento, con sus actuaciones, respaldaban a otro gobierno de respaldo popular minoritario y en crisis, mentiroso y refugiado en sí mismo, con la diferencia de que éste sólo se mantenía por la fuerza?

¿Es un gesto de agradecimiento de la izquierda nostálgica, por alguna ayuda pasada o futura? ¿Una muestra de lealtad mal entendida? ¿Un compromiso ineludible, una tragada de sapo, por parte de un grupo que es (o debiera) ser -al menor¿una reserva moral de la cultura chilena, sobre todo a estas alturas del partido, donde los ídolos se caen uno por uno?

Como ya sabemos los votantes de izquierda, para creer en un candidato ya no basta con que se declare socialista, haya padecido cárcel, tortura o exilio, porque muchos en esta condición se han terminado asociando con sus carceleros (a lo mejor por los sueldos millonarios que ganan en el Ejecutivo y Legislativo), asumiendo sus lógicas, haciendo carne aquello que dicen en la tierra de mi padre: “cuando actúas como ellos, terminas siendo como ellos”.

Si la asociación de artistas con los gobiernos es cuestionable, sean ellos de respaldo minoritario o mayoritario, el respaldo a uno de escasa credibilidad como el actual, cuyos ideales están en duda, lo es más. A lo mejor, los Inti Illimani Histórico, y otros artistas que enfrenten circunstancias similares en el futuro, deberán pensarlo mejor la próxima vez.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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