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Presentan revista literaria alemana con número dedicado a Chile en Feria del Libro de Frankfurt

Presentan revista literaria alemana con número dedicado a Chile en Feria del Libro de Frankfurt

“Alba” tiene su sede en Berlín y pretende ser un puente con América Latina. Su octava edición incluye representantes emergentes como Claudia Apablaza, Diego Zúñiga y la poeta Gloria Dünkler en géneros como prosa, poesía y ensayo. En Alemania el lanzamiento del próximo 15 de octubre incluye un debate con los autores Alia Trabucco Zerán y Óscar Barrientos Bradasic.


La revista literaria alemana “Alba – leer Latinoamérica”, que se publica de manera bilingüe desde Berlín, lanzará el próximo jueves 15 de octubre un número especial dedicado a 20 autores emergentes de nuestro país en géneros como prosa, poesía y ensayo.

El especial será presentado en la Feria del Libro de Frankfurt, la más importante del mundo, donde habrá un debate con los escritores Alia Trabucco Zerán y Óscar Barrientos Bradasic. Al día siguiente además se lanzará en el Instituto Cervantes de Berlín.

Será la octava edición de este medio, que pretende ser un puente literario con América Latina, incluirá una editorial dedicada a Pedro Lemebel, obras de clásicos como el poeta Gonzalo Rojas (con su poema “Domicilio en el Báltico”, escrito durante su exilio en Rostock) y cuentos de autores como Claudia Apablaza (con una emotiva pieza sobre una pareja que se separa), Andrea Jeftanovic (que cuenta los recuerdos de una niña sobre el bombardeo de la residencia presidencial de Tomás Moro el día del golpe militar) y la poeta Gloria Dünkler.

De esta última se incluyen estos versos: “Contempla el mar y piensa: / Qué será de nos / adónde iremos a parar después de esta vida. / A luchar contra quién, de qué lado estaré / en cuál batalla. / Adónde vamos los vivos. / De dónde vienen los muertos”.

Literatura alternativa

El equipo de “Alba” incluye un variopinto equipo entre quienes se cuentan el argentino Jorge Locane, las alemanas Diana Grothues y Karina Theurer, el germano-estadounidense Benjamin Loy, las colombianas Edna Martínez y María Ignacia Schulz, así como el brasileño Leonardo Pascuti.

Todos ellos viven en Berlín y trabajan como docentes, traductores o correctores editoriales. Fundada por el escritor argentino Guillermo Bravo en París en 2008, actualmente existen alba París, alba Londres, alba Pekín y alba Berlín.

Para la versión alemana, creada en 2012, éste es el segundo especial de este tipo que publican, tras uno sobre Brasil. Además de autores emergentes, el número recupera a históricos como Juan Emar y el grupo La Mandrágora.

“Lo que me parece destacable es, precisamente, esa construcción alternativa del corpus de la literatura chilena actual”, afirma Locane, en referencia a la presencia de Alejandro Zambra, un escritor con bastante reconocimiento internacional, junto a creadores más iconoclastas como Mónica Ríos.

“Nosotros, como no nos guiamos por indicadores de venta, podemos permitirnos seleccionar e incluir propuestas valiosas, de carácter experimental, que las editoriales no pueden”, explica.

“También creo que es interesante el cuidado estético de la publicación”, agrega. “Por nombrar algo: de Pedro Lemebel, como homenaje, incluimos un retrato a doble página central. Con eso, damos a entender, sin recurrir al texto, que Lemebel constituye una figura tutelar insoslayable para las nuevas generaciones de escritores”.

Para Locane era importante no perder la línea general de la revista como espacio para la promoción de un tipo de literatura que no suele tener mayor acogida en los grandes grupos editoriales.

“Cualquiera que se quiera dar una idea general de qué está pasando en la literatura chilena actual puede consultar alba 08 y no se va a sentir estafado”, concluye.

Cuentas pendientes con el pasado

¿Que distingue, en tu opinión, la literatura chilena de sus pares latinoamericanas? ¿Y qué las hermana?

“Está claro que la literatura chilena contemporánea aún está saldando cuentas con el pasado”, responde. “Personalmente, creo que ese ‘compromiso’ es algo valioso en la medida que también se cuide la dimensión estética de los textos. Digo, ante todo acá estamos hablando de literatura, y cuando un cuento, por ejemplo, deja de ser literatura para convertirse en panfleto o alegato, entonces hay pérdida”.

Para él, la literatura chilena suele moverse en ese filo “donde la literatura de ficción se acerca peligrosamente al documento de denuncia. El desafío es que de ese riesgo el texto salga airoso”.

Otras literaturas, a su juicio, no se sienten obligadas a lidiar con el pasado de la misma manera que la chilena, y tal vez ahí la tienen más fácil.

“Por otra parte, y esto ya es un lugar común, sigue sorprendiendo la cantidad y la calidad de la poesía producida en Chile”, agrega. “Poetas como Gladys González o Julio Carrasco, que son de primer nivel, en Chile florecen a diario. En otros países, para que algo así suceda, hay que esperar décadas”.

¿Qué las hermana, en tanto, con sus pares?  “Yo creo que hay algo que la unifica y que, por supuesto, incluye a la chilena: la mácula colonial. Ahí están los poetas mapuches para reclamar esa pertenencia”.

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