El viernes Mostradoc estrenó el film de Macarena Monrós. Se trata de la exhibición del duodécimo capítulo de «Mostradoc: Territorio del cine chileno». Escrita por Pamela Muñoz, la cinta no sólo reflexiona sobre el capitalismo, sino sobre cómo la modernidad destruye progresivamente la vida de barrio, mientras toca tangencialmente temas como la soledad, la vejez, lo antiguo y el pasado.
«Mostradoc», el primer programa de cine de la TV digital, presentó el viernes en su duodécimo capítulo “No hay pan” (2012), un cortometraje de ficción que aborda la difícil competencia que enfrentan los almacenes de barrio frente a las cadenas de supermercados.
En este caso, cuenta la historia de Luis (Raúl Palma), dueño de un humilde almacén de barrio en el que ya no pueden vender pan porque los distribuidores sólo les venden a los mayoristas. Tras intentar hornear sin éxito su propio pan, finalmente deberá comprarlo en el propio supermercado para tener mercadería a ofrecer en su negocio.
Una película que no sólo reflexiona sobre el capitalismo, sino sobre cómo la modernidad destruye progresivamente la vida de barrio, mientras toca tangencialmente temas como la soledad, la vejez, lo antiguo y el pasado.
“Tengo un interés particular por las historias simple o comunes que la gente vive en la cotidianeidad”, explica Monrós en el programa, entrevistado por el conductor de Mostradoc, Fernando Caro, al ser consultado sobre el génesis del film, que fue su proyecto de egreso de la Universidad Arcis.
“En lo particular yo viví en una casa que tiene un almacén de barrio y empecé a notar la diferencia de la pérdida de esta vida tras la instalación de grandes tiendas cerca y todo lo que involucra”, relata.
Posteriormente, Monrós trabajó en un supermercado y vio cómo amenazaba la vida de los pequeños negociantes del entorno. “Hay una pérdida del diálogo entre vecinos por esta cosa industrializada que uno ve en el supermercado”, señala.
La realizadora explica que eligió el pan como “protagonista” porque ése es el producto que más van a comprar los vecinos a los pequeños negocios.
“Con el pan se produce esta conversación. Probablemente compren otras cosas para acompañarlo”, señala. “Ése es el poder del negocio pequeño, a través del pan llaman a los vecinos para que asistan y compren otros productos. La gente cuando va a comprar en la tarde se queda conversando con la vecina, con el mismo dueño del almacén”.
Otra particularidad del film es una discusión que se observa en una junta de vecinos, donde varios personas debaten las consecuencias de la instalación del supermercado en el barrio, en escenas que son de ficción a pesar de parecer casi de documental.
Estas escenas se emparentan en su naturalidad con aquella de la vida diaria del protagonista, mostrado sin apuro, como cuando limpia pacientemente los productos de su tienda o cocina en su casa.
Clave resulta también el barrio que se ve en la película, representante del Santiago más antiguo. Filmada en Quinta Normal, Santiago Centro y Colina, la directora nunca perdió de vista la unidad ambiental de la cinta, parecida a su barrio de niñez en Estación Central.
Seleccionada para debutar a nivel mundial en el Festival internacional de Cine de Rotterdam (2013), el film ganó en su categoría el primer premio del Festival de Cine Latinoamericano de Flandes (2013) y el del Primer Festival de Cortometrajes de Las Condes (2013).
Ficha técnica:
Dirección: Macarena Monrós
Guión: Pamela Muñoz Vitta
Elenco: Raúl Palma, Pelusa Troncoso, Marta Méndez
Casa productora: Universidad Arcis/Luminaria
Producción: Iván Nakouzi
Producción general: Iván Nakouzi
Asistente de dirección: Ricardo Salcedo
Dirección de fotografía: Mauricio Palacios Chaer
Dirección de arte: Patricia Muñoz
Montaje: Jasmín Valdés
Música: Eduardo Ortiz, Martín Pérez Gallo
Sonido: Patricia Muñoz