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Director de Snoopy & Charlie Brown: Peanuts la película habla sobre la magia de revivir un clásico de la animación en la pantalla grande El estadounidense dará una clase magistral el sábado 14 de mayo

Director de Snoopy & Charlie Brown: Peanuts la película habla sobre la magia de revivir un clásico de la animación en la pantalla grande

Steve Martino, director de películas animadas como Horton y el mundo de los Quién y La era del hielo 4: La deriva continental, visita nuestro país en el marco del Festival Internacional de Animación Chilemonos. En la ocasión el cineasta contará acerca de los desafíos de adaptar personajes iconos de la cultura popular como Snoopy y Charlie Brown, además de adentrarse en su experiencia en el mundo de la animación.


Llevar a la pantalla grande una historia que fue creada hace 65 años atrás no es tarea fácil, menos si se trata de un clásico de la animación y del cómic como Charlie Brown. Teniendo eso en mente, el director Steve Martino aceptó el desafío de adaptar al cine las aventuras de Charlie Brown y su fiel compañero Snoopy, aventuras que comenzaron en 1950 con la primera aparición en público de los personajes. Hoy la audiencia es una generación completamente distinta.

El director y diseñador estadounidense será uno de los encargados de liderar la programación del Festival Internacional de Animación Chilemonos, a realizarse entre el 10 y 15 de mayo. Presentando la clase magistral The Peanuts Movie: Del cómic a la pantalla grande, el cineasta contará detalles sobre la producción de la película y el proceso de adaptar una historieta famosa al público de hoy. La charla se realizará el sábado 14 de mayo y tiene un valor de $15.000 pesos para el público general y $7.000 para estudiantes.
Snoopy Charlie Brown: Peanuts la película, se estrenó en 2015 recibiendo respuestas positivas tanto de la crítica como de los fanáticos. Recaudó alrededor de $246 millones de dólares en todo el mundo y estuvo nominada a Mejor película animada en la última versión de los premios Globos de Oro.
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Una de las claves para comprender el éxito de la adaptación de Martino es el respeto que el director tuvo por el trabajo de Charles Schulz, el creador de las tiras cómicas Peanuts. El cineasta explica que para la adaptación era importante encontrar una historia con la que tanto niños como adultos pudiesen conectar. Para esto el humor de Schulz fue esencial.
La atemporalidad del dibujante radica, según Martino, en que su humor no se basaba en eventos actuales, sino que era reflexivo sobre la condición humana. “Cuando miras su cuerpo de trabajo, el conectó con audiencias alrededor del mundo porque capturó sentimientos con los que todos nos podemos identificar. Sentimientos que todos tenemos, pero que no solemos expresar en público, como ¿Voy a tener éxito? o ¿Soy digno de ser amado?”, dice.

Una de las diferencias más importante entre las generaciones antiguas y la actual es la manera de procesar la información. El cineasta considera que los niños de hoy se engullen el contenido a un ritmo veloz, por lo que el filme necesitaba estar a la velocidad de nuestros tiempos. En esta entrega de Peanuts, Martino buscó unir la brecha entre lo viejo y lo nuevo, aunque asegura que hay cosas que nunca cambian.
“Lo que no ha cambiado desde 1950 es que a la gente le encanta reírse con un personaje como Snoopy y aún se conmueven emocionalmente por el corazón de un personaje como Charlie Brown”, afirma.
En términos de diseño el director se preocupó de buscar en los dibujos de Schulz mobiliario que aún estuviese presente en las casas de la gente para que la historia se sintiera atemporal. Solo dos objetos se salen de esa lógica, el teléfono rotatorio y la máquina de escribir. Objetos cuya presencia Martino cree sirven para entretener y a la vez educar a los niños sobre la extraña maquinaria de hace algunos años atrás.
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Trabajar con el legado de otro

Pero esta no es la primera vez que Martino, quien desde 2001 forma parte del estudio de animación Blue Sky, trabaja con personajes reconocidos de la cultura popular. En 2008 estrenó Horton y el mundo de los Quién, película basada en el cuento infantil escrito por Dr. Seuss. El trabajo con la película de Peanuts fue muy similar al de Horton, explica Martino.
No solo en ambas ocasiones estuvo a cargo de animar personajes que amaba desde su infancia, además tenía la responsabilidad de estudiar la obra original de estos artistas y llevar ese trabajo a la pantalla de manera fidedigna. “Quería añadir al legado de su trabajo y cumplir con lo que me habían dado”, dice.
En la filmografía de Martino se encuentra también La era del hielo 4, filme que si bien no está basado en la obra de dibujantes clásicos, el director explica que la historia forma parte de una franquicia y por lo mismo, tenía el deber de mantenerse fiel a lo que esos personajes son.
Aunque el norteamericano reconoce que todos sus trabajos son muy diferentes entre sí, cree que existe un elemento en común entre ellos.“Mi esperanza es que los filmes en los que he estado involucrado tengan corazón y emoción, mientras también sean capaces de producir muchas risas. Estilísticamente, son todos muy diferentes, pero quiero que cada filme los transporte a un mundo que es hermoso y sorprendente”.

El mundo de la animación en Latinoamérica

Este año Chile recibió su primer Oscar al ganar en la categoría de Mejor cortometraje animado con Historia de un Oso, un premio que para muchos fue inesperado al desconocer el mundo de la incipiente industria de la animación en el país. Martino no es indiferente a este reconocimiento ni a la nominación, por ejemplo, de la película brasileña El niño y el mundo, la cual compitió como Mejor película de animación.
Para el norteamericano estas distinciones son una prueba de que el mundo está tomando nota sobre lo que ocurre en la región. “Tanto Chile como Latinoamérica han hecho que su voz creativa sea escuchada fuerte y claro”, comenta el director y agrega, “Es maravilloso ver las historias personales de artistas de todo el mundo encontrar su audiencia, pero cuando se trata de este tipo de reconocimientos hay otro ingrediente muy importante, que es el alto nivel de oficio artístico en estos filmes”.
Con Historia de un oso, Martino reconoce haber tenido una reacción especial. Su amor por la maquinaria antigua, la mecánica de engranajes y de juguetes a cuerda, promovieron esa reacción favorable y desencadenaron en el diseñador recuerdos de su época como director de arte en la película Robots. Para el cineasta el principal valor del cortometraje reside en que “la historia era conmovedora y la ejecución mágica”.

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