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Orquesta Sinfónica de Chile y renombrado bandoneonista argentino realizan homenaje a Astor Piazzolla El músico trasandino estará el próximo 26 de julio en el Centro de las Artes 660

Orquesta Sinfónica de Chile y renombrado bandoneonista argentino realizan homenaje a Astor Piazzolla

El repertorio incluirá piezas de «Milonga del Ángel», «Oblivion», «Aconcagua» y «Libertango», entre otras. «Su música sigue vigente porque es de muy buena calidad, muy atractiva, de vanguardia», asegura Daniel Binelli, quien conoció personalmente al compositor argentino.


Un verdadero homenaje al renombrado músico argentino, Astor Piazzolla (1921-1992), que en su momento revolucionó el tango para «modernizarlo», realizará la Orquesta Sinfónica de Chile junto al destacado músico y compositor argentino, Daniel Binelli.

Se trata de un recital que será el próximo martes 26 de julio en el Centro de las Artes 660 (Rosario Norte 660), a las 20:00 horas.

El repertorio incluirá piezas de Milonga del Ángel, Oblivion, Aconcagua, Libertango, entre otras. Binelli, un destacado músico, compositor, director de orquesta y bandoneonista argentino de tango y música clásica, es considerado como el máximo exponente de la música de Astor Piazzolla, quien fue su amigo y consejero.

«Su música sigue vigente porque es de muy buena calidad, muy atractiva, de vanguardia», asegura Binelli a Cultura + Ciudad. «Para el concierto tengo las mejores expectativas, el público chileno gusta del tango y es conocedor, y respetuoso», señala.

Piezas mixtas

El concierto estará compuesto de dos partes, en las que se incluirán piezas de Las Cuatro Estaciones para Bandoneón y Orquesta de Cuerdas de Piazzolla: Verano Porteño, Otoño Porteño, Invierno Porteño y Primavera Porteña.

También estará Concierto para Bandoneón y Orquesta (Aconcagua), Libertango de Binelli, Milonga del Ángel de Astor Piazzolla, y 3 Movimientos Concertantes para Bandoneón y Orquesta Sinfónica de Binelli: Fuga y Resurrección, Ensueño Porteño y Malambo.

Todo con un gran cierre compuesto de Oblivion, de Piazzolla, composición que tras su muerte le entregó una nominación para los Premios Grammy en 1992, en la categoría Mejor Composición Instrumental.

Binelli explica la selección. «Aconcagua es una obra que grabé con la Orquesta Estable del Teatro Colón en 1995 en el disco Piazzolla hoy, para el sello Odeón, y gané el Premio Konex, la distinción más importante a un solista en Argentina».

Asimismo, «los 3 Movimientos Concertantes es una obra de tres movimientos que me la comisionó la Sinfónica de Suiza. Los demás temas son uno mejor que el otro».

Viejos amigos

Binelli comenzó a tocar el bandoneón a los nueve años, cuando su padre, que tocaba el instrumento como aficionado, le compró uno. «Entre mi padre y mi madre me enseñaron solfeo y teoría, y ahí comencé».

Un camino que no solo lo llevaría por los caminos del tango, sino también a incursionar en el rock progresivo de la mano del grupo Alas y vivió un acercamiento a los sonidos de bandas como Emerson Lake & Palmer.

«Fue muy importante para mí, ya que me permitió un contacto con la gente de mi generación», dice, aunque también incursionó en el folklore argentino» («con el dúo que comparto con la pianista Polly Ferman grabamos música de Ginastera y Ariel Ramírez»).

A Piazzolla lo conoció a los 17 años. El autor de «Adiós Nonino» lo invitó a su casa porque había ganado un concurso de TV llamado «Nace una estrella», con un arreglo de «Picasso», un tango suyo. Se consagró en 1989 cuando lo volvió a invitar, pero esta vez para integrar su Sexteto Nuevo Tango, con quien recorrió América y Europa.

Pese a la admiración entre Piazzola y Binelli, las diferencias entre ambos iban más allá de lo puramente estilístico. Piazzola enfrentaba serias dificultades con los bailarines, mientras que para Binelli el tango es ante todo una danza y un sentimiento muy profundo. «No bailar el tango, en parte, es no entenderlo», decía.

La razón es que el grueso de la formación de Binelli la vivió bajo el alero del maestro tanguero Osvaldo Pugliese, en cuya orquesta pasó catorce años. «Es un estilo de tango muy abarcativo, con un fraseo increíble. Para interpretar a Pugliese hay que tener mucha preparación musical. Cada tango es un viaje», afirma, aunque destaca que «Pugliese respetaba a Piazzolla y viceversa».

Padre de sí mismo

Como Piazzola, en otra época de la vida, Binelli hizo también de Nueva York su hogar. Asentado allí, ha recorrido el mundo con su música.

Es esta búsqueda incesante la que le ha permitido erigir un estilo propio. Cuando se le preguntó si se consideraba un hijo legítimo de Pugliese y Piazzolla, respondió que ya no era hijo sino padre de sí mismo y de lo que hace con su música.

«Yo hago melodías urbanas, llenas de polución, de mugre y vitalidad. No me interesa el arte puro, así como prefiero que nadie me ahorre, en nombre de la pulcritud y las buenas maneras, las fatigas y desgarramientos naturales de la existencia», dice.

La dupla con Binelli viene a consagrar una larga lista de exitosas colaboraciones del compositor argentino, como por ejemplo con la Sinfónica de Zúrich, Edmonton, Buffalo Philharmonic, Festival de Música de Colorado Music Festival, la Filarmónica de Montevideo y la Orquesta Típica Osvaldo Pugliese, entre otros.

Para el concierto en Chile, Binelli espera lo mejor. «Estuve con el Astor Piazzolla Sextet, en 1990, en Santiago. Prácticamente hice mi debut en Santiago con él».

«El público chileno es culto, pensante», concluye sobre nuestro país, del cual admira a compositores como Juan Orrego Salas y Javier Farías. «No voy a hacer comparaciones, pero sí puedo decir que los chilenos tienen algo muy particular, viven siempre en esto de amenaza sísmica,y eso los hace más originales y fuertes. Es un pueblo de gente linda», concluye.

 

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