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Científicos alteran concepciones ideológicas, políticas y religiosas, usando estimulación magnética del cerebro Convenio con el Centro Interdisciplinario de Neurociencia de la Universidad de Valparaíso

Científicos alteran concepciones ideológicas, políticas y religiosas, usando estimulación magnética del cerebro

Neurocientíficos de EE.UU. concluyeron que la estimulación de una región del cerebro, efectivamente afecta la opinión o valoración de ideologías luego de un estímulo amenazante, como lo es el recordatorio de su propia muerte. Los resultados demostraron que la estimulación magnética aumentó la valoración de las ideologías antinacionalistas en un 28%, pero no así la tendencia en las ideologías pro nacionalistas. Sin embargo, los autores afirman que se necesitan estudios específicos al respecto, como el uso de otros estímulos o si, en ausencia de estos, también se modifica la valoración de ideologías.


A menudo el contexto social y cultural se ve influenciado por las opiniones ideológicas de las personas debido al carácter grupal que las opiniones tienen. Por ejemplo, los juicios etnocentristas y religiosos pueden motivar tanto la cohesión como los conflictos entre grupos sociales, de los cuales la historia ha dado múltiples ejemplos. Pero ¿qué tal si existe una región específica de nuestro cerebro que sea la responsable de controlar estas ideologías y opiniones?

En anteriores estudios sobre las ideologías se ha demostrado, por ejemplo, que el contemplar una situación amenazante modifica la tendencia a adoptar ideologías políticas o religiosas, sin embargo, nuestra pregunta apunta a las bases neurobiológicas de estos fenómenos y, en este caso, esto recientemente ha comenzado a investigarse. Al respecto, el área posterior medial de la corteza frontal (pMFC), una región que participa en la resolución de problemas frente a conflictos leves, ha sido propuesta como partícipe en el establecimiento de ideologías de grupo.

Científicos de California, Estados Unidos, liderados por el Dr. Colin Holbrook, ocuparon la técnica de estimulación transcraneal magnética (TMS), utilizada en el tratamiento de algunos desórdenes psiquiátricos, para evaluar si esta región del cerebro, posiblemente involucrada, efectivamente establece ideologías de grupo.

[cita tipo=»destaque»]Por otro lado, si la modificación de opiniones ideológicas por métodos exógenos fuese un hecho, algunos podrán preguntarse si estas estimulaciones pueden alterar la opinión sobre asuntos más complejos como, por ejemplo, en materia política o en la aceptación de ideologías anteriormente rechazadas, usando solamente estimulación magnética externa. Al respecto, es importante destacar que nuestro cerebro posee un fuerte mecanismo de protección formado por el cráneo y meninges, por lo mismo, la técnica usada en estas estimulaciones del cerebro contempla la emisión de ondas magnéticas muy cerca del cráneo, para sopesar esta protección y llegar al cerebro. En general, las ondas electromagnéticas externas no debiesen perjudicarnos de manera importante, aunque hay opiniones que mantienen abierto este cuestionamiento, pero son hipótesis que aún no se han logrado verificar o refutar fehacientemente.[/cita]

El estudio contempló 38 participantes, la mitad de ellos fueron sometidos a TMS en la pMFC y la otra mitad fue sometida a un proceso falso de TMS (grupo control). Posteriormente, ambos grupos debieron enfrentar un estímulo amenazante, que consistía en escribir un pequeño párrafo con las ideas y emociones que les provoca pensar en su propia muerte. Luego de esto, se les hizo un test para comprobar que la amenaza no generó cambios en parámetros de afección consciente, como miedo, hostilidad, culpa, tristeza, jovialidad, seguridad propia, timidez, fatiga, serenidad, sorpresa, entre otros, dejando el posible efecto solo en términos subconscientes, que serían evaluados posteriormente.

Para medir los cambios en ideologías sociales, los participantes evaluaron ensayos escritos por dos inmigrantes; uno que le agrada el país y otro que lo detesta, lo que refleja pensamientos pro nacionalistas y antinacionalistas, respectivamente. Por otra parte, para ver si la TMS modifica ideologías religiosas, los participantes calificaron en escala de gusto, frases de creencia en conceptos religiosos, relativas a dios, el bien y los ángeles, además de los conceptos de carácter opuesto, como el diablo, el mal y los demonios.

Los resultados demostraron que la estimulación magnética en la pMFC aumentó la valoración de las ideologías antinacionalistas en un 28%, respecto al grupo control, pero la tendencia de aumento en las ideologías pro nacionalistas no fue significativa.

Por otra parte, la estimulación con TMS disminuyó en un 38% la valoración sobre ideas religiosas de carácter positivo, mientras que la valoración de carácter negativo tendió a disminuir pero no significativamente.

Los autores concluyeron que la estimulación de esta región del cerebro, efectivamente afecta la opinión o valoración de ideologías luego de un estímulo amenazante, como lo es el recordatorio de su propia muerte. Se sugiere entonces que la pMFC podría integrar información proveniente de otras áreas y lo que haría es modificar la adherencia a ideales superiores luego de detectar conflictos relevantes. Sin embargo, los autores afirman que estudios más específicos son necesarios al respecto, como el uso de otros estímulos amenazantes o si en ausencia de estos la TMS también modifica valoración de ideologías. En cualquier caso, este estudio va de la mano con evidencia anterior que demostró que la desregulación de la pMFC disminuye la conformidad social. Esto sugiere que la valoración de opiniones complejas sobre asuntos ideológicos es procesada específicamente en esta área del cerebro.

¿Qué nos dicen estos estudios respecto de nuestro propio cerebro?

Es importante destacar que los efectos finales que produce la alteración de la actividad en una región específica del cerebro son complejos y no necesariamente modifican las ideologías en cualquier individuo, dado que cada persona está sujeta a niveles y formas distintas de educación, identidad, cultura y otras influencias, las que distan mucho de las condiciones de estos estudios. Además, este estudio es uno de los primeros en comenzar a dilucidar estos fenómenos a nivel neurobiológico, por lo que es importante esperar más estudios conclusivos respecto a la alteración de las opiniones y otros procesos complejos del cerebro mediante la estimulación de zonas específicas de este.

No obstante, estos antecedentes resuenan generando ciertos cuestionamientos, ya que actualmente vivimos en un mundo urbano rodeado de ondas electromagnéticas generadas por antenas, celulares, Wi-Fi, etc. En este contexto es válido preguntarnos cómo nos afecta, tanto a nosotros como a nuestro entorno social, la exposición de nuestros cerebros a campos magnéticos y polución electromagnética presente en el ambiente.

Por otro lado, si la modificación de opiniones ideológicas por métodos exógenos fuese un hecho, algunos podrán preguntarse si estas estimulaciones pueden alterar la opinión sobre asuntos más complejos como, por ejemplo, en materia política o en la aceptación de ideologías anteriormente rechazadas, usando solamente estimulación magnética externa. Al respecto, es importante destacar que nuestro cerebro posee un fuerte mecanismo de protección formado por el cráneo y meninges, por lo mismo, la técnica usada en estas estimulaciones del cerebro contempla la emisión de ondas magnéticas muy cerca del cráneo, para sopesar esta protección y llegar al cerebro. En general, las ondas electromagnéticas externas no debiesen perjudicarnos de manera importante, aunque hay opiniones que mantienen abierto este cuestionamiento, pero son hipótesis que aún no se han logrado verificar o refutar fehacientemente.

Para responder a tantas preguntas sobre la neurobiología detrás de las ideologías se requieren estudios más completos y cuidadosamente validados, ya que el cerebro humano es algo mucho más complejo que un simple tejido excitable, y funciona activándose en distintas áreas para coordinar el comportamiento y elaborar respuestas ante un estímulo, lo que dificulta el anhelo de entregar una visión completa sobre su funcionamiento. Sin embargo, y en contraste, cada nuevo conocimiento va confirmando que nuestro cerebro tiende a economizar el uso de sus estructuras para generar sus procesos y así guiar el comportamiento adaptativo. Así que la próxima vez que se tenga una elaborada opinión sobre un tema contingente, piensa en cómo la simple activación de una región específica de tu cerebro podría estar siendo parte importante de ese juicio aparentemente complejo.

Artículo original http://scan.oxfordjournals.org/content/early/2015/10/10/scan.nsv107.long

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