La exhibición “Rostros del Norte Grande”, disponible desde el 6 de julio, se cataloga como el primer trabajo de integración de soportes que realiza la entidad para recrear la vida y costumbres de las comunidades radicadas en Arica, Atacama y Pica.
La presentación que actualmente está disponible en la sala Andes, de martes a domingo, es una propuesta inédita en Chile. Una instalación digital que dando uso a recursos contemporáneos, incorpora 13 ilustraciones científicas de José Pérez de Arce sobre los pueblos precolombinos chilenos.
El director del Museo Chileno de Arte Precolombino, Carlos Aldunate, comenta que el uso de dibujos como recurso para retratar a los protagonistas de la muestra se debe a que “no existen registros de algo que sucedió hace miles de años, quisimos personificar los objetos, que sabemos existen, pero que no teníamos a quién atribuir”.
Asimismo, explica que el objetivo de la obra se centra en traer el mundo precolombino a la actualidad a través de diferentes lenguajes, los que al mismo tiempo brindan diferentes interpretaciones a las imágenes que componen “Rostros del Norte Grande”. “Tenemos el lenguaje de la ilustración. El de la tecnología y el auditivo. En primer lugar, estas nuevas herramientas logran la sutil animación de estos dibujos. Se hizo un trabajo 3D para destacar ciertos aspectos, como por ejemplo, los gorros o la ropa, que finalmente son los objetos que se pueden ver en el museo y que se personifican a través de los protagonistas de las ilustraciones”.
Dentro de la misma línea, indica que mediante el uso de sistemas tecnológicos se logró dar rostro a los utensilios precolombinos, ya que una de las grandes frustraciones que existía en el museo era exhibir un pueblo sin cara. Frente a esto, añade: “Con los audífonos que están disponibles, se consigue crear una atmósfera, en la que el público se puede sentir identificado. Es una experiencia súper íntima”.
Aldunate, señala que el uso de nuevas tecnologías y plataformas es exclusivo de las exposiciones temporales. “En las muestras permanentes, optamos por un enfoque más tradicional. Sin embargo, en “Rostros”, nos interesó integrar tecnologías, pues nos brinda alternativas y medios a través de los que podemos hacer participar a los pueblos originarios”.
Quien está al frente del Museo Chileno de Arte Precolombino desde 1981, agrega que como entidad tienen un principio, asociado con la vigencia de estas comunidades. “El mundo precolombino no se terminó con la llegada de Cristóbal Colón, sino que sigue vigente en nosotros, en nuestro mestizaje y en nuestro lenguaje”.
En relación a los proyectos que vendrán, puntualiza que esperan seguir llevando a cabo presentaciones de esta índole, ya que convocan a generaciones más jóvenes debido al entendimiento del formato y lenguaje. “Estamos acostumbrados a ver estas exposiciones más antiguas y creo que estos nuevos medios traen beneficios, sin embargo, creo que no permiten la contemplación del arte en su totalidad”.
Es a raíz de esto que manifiesta que el museo no pretende cambiar su sistema y optar por una completa renovación tecnológica, sino que más bien buscan dar uso a estos formatos cuando la obra en cuestión lo amerite. “A fin de año podrán ver “Taira: Un arte rupestre del cielo a la tierra”, en la que decidimos ir más allá de la fotografía, pues consideramos que tal acción es una simplificación de lo que es el arte rupestre. Este trabajo está en medio de un paisaje, en una serie de escenas que poseen un significado, por lo que para esto, es necesario el uso de un material multimedial variado”.
Para finalizar, apunta a la importancia de la revitalización de estas culturas. “Para nosotros la vigencia de los pueblos originarios es vital, pues forman parte de la diversidad cultural de Chile y es lo que tratamos de rescatar en las distintas exposiciones. La mantención de los pueblos que en algún momento vivieron en territorio chileno es primordial si queremos conservar nuestra identidad”, concluyó.
