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El documental sobre la exiliada chilena que durante una década ha intentado rescatar una niña de Nepal La filmación de «Hijas del corazón» está prevista para 2018

El documental sobre la exiliada chilena que durante una década ha intentado rescatar una niña de Nepal

La obra del cineasta Patricio Santander cuenta la historia de Nelly, quien trabaja en asistencia humanitaria en uno de los países más pobres del mundo, que sufre el flagelo de la trata internacional de menores con fines de explotación sexual y laboral. «Pasa en Chile, aunque en menor grado, lo vimos en el Sename. Pero hay un tema de derechos infantiles que son vulnerados en todas partes del mundo», cuenta el director.


Un documental sobre la odisea de una exiliada chilena que adoptó y busca sacar del país a una niña de Nepal contará «Hijas del corazón», el proyecto del cineasta Patricio Santander comenzará a filmar este 2018.

La pequeña de diez años, de padre desconocido por ser fruto de una violación, carece de documento de identidad en un país que sólo la otorga a aquellos niños reconocidos por su progenitor.

La niña fue adoptada por Nelly, una mujer que salió al exilio tras el golpe militar hacia el Reino Unido y luego se ha dedicado a trabajar en ayuda humanitaria alrededor del mundo, sin volver nunca a nuestro país. Hoy reside en el país asiático. La campaña por la infante incluso cuenta con un video en Youtube, realizado por el director local J. C. Starr.

Un informe oficial reconoció que sólo en 2016 hubo 8.500 casos de tráfico, un flagelo que se vio agravado tras el terremoto de 2015, según indicó en su momento Unicef. Nepal es uno de los países más pobres del mundo, con un analfabetismo superior al 25%, un 44% de su población en la pobreza y está en el puesto 145 de 187 en el Índice de Desarrollo Humano de la ONU.

Una historia trágica

Santander llegó a la historia tras visitar el país asiático en el marco de la participación en el Festival de Cine de Derechos Humanos de su documental «El palero», sobre un hijo que busca el cuerpo de su padre asesinado y desaparecido en el campo de concentración de Pisagua tras el golpe militar de 1973, donde obtuvo el primer premio.

En Katmandú muchos le hablaron de una chilena residente en el país, protagonista de una historia trágica, pero el cineasta en aquel momento no tuvo tiempo de contactarla. Fue ya de regreso en Chile, Skype y correo electrónico mediante, que conversaron y se enteró de su historia.

«Durante este año me ha ido contando su historia. Ella es una exiliada que fue torturada y se fue el 78 de Chile, al Reino Unido, donde viven sus dos hijos. Allí trabajó en la causa de solidaridad con Chile y comenzó a meterse en organizaciones de ayuda a niños y mujeres. Así comenzó a recorrer diferentes países».

A comienzos de los 90 llegó a India y de allí a Nepal, donde supo del conflicto político que sufre ese país. En ese país hubo una monarquía y una larga guerra civil que enfrentó al gobierno con una guerrilla maoísta. Culminó en 2008 con el fin del reinado y el inicio de una república democrática.

El conflicto dejó 12.000 muertos y recién el año 2014 se estableció una Comisión de la Verdad, un contexto al que Santander atribuye la buena recepción que tuvo su documental «El palero».

Foto: Patricio Santander

Un sistema patriarcal

Hace una década, la chilena conoció en Nepal a una niña de diez años, violada y embarazada. Había sido traficada a otro país, pero en su periplo sufrió abuso sexual y regresó. Decidió ayudarle. La pequeña dio a luz y luego huyó, por lo cual Nelly quedó a cargo de su bebé. Y hoy «lleva once años tratando de sacar a la niña», cuenta Santander, mientras la madre de la pequeña rehizo su vida con otra familia.

El principal obstáculo es legal. En Nepal la ciudadanía es otorgada por el padre. Si este no reconoce a su hijo, los pequeños carecen de documentos. Aunque tiene 30 millones de habitantes, unas cuatro millones de personas no tienen ciudadanía por este problema. No pueden ir a la escuela, sacar una licencia de conducir, votar o abrir una cuenta bancaria. Y sobre todo los niños son vulnerables a ser traficados a otros países, como India.

«La historia la encontré interesante. Me pregunto por qué esta chilena se quedó en Nepal cuidando a esta niña, qué la une a ella con esta historia, al tema de la lucha por las mujeres, los niños, la injusticia que hay en ese país», dice el cineasta.

Es, en definitiva, una historia «sobre una mujer sudamericana, aguerrida, que le gusta defender sus derechos, en un país donde la mujer no tiene derecho a nada». Todo en un film que ya inició una campaña de crowdfunding.

Foto: Patricio Santander.

Viaje a Nepal

Este año, Santander quiere regresar a Nepal para contar este drama. Lo hará acompañado de la periodista y productora Constanza Marín, además del director de fotografía, Claudio Contreras. Allí se les unirá la guionista española Teresa López y el asistente de dirección Kapil Joshi, que llegará desde Bombay, en India, para trabajar con un equipo técnico local.

«Quiero relatar primero lo que ella vivió en Chile, para entender por qué se quedó, porque creo que ahí hay una conexión», tomando en cuenta que el país asiático también vivió una cruenta represión.

Pero el director también quiere hablar del tráfico de menores. Para él, el maltrato de los menores no sólo es un tema de Nepal, sino más bien mundial.

«Pasa en Chile, aunque en menor grado, lo vimos en el Sename. Hay un tema de derechos infantiles que son vulnerados en todas partes del mundo, en mayor grado allá y menos en nuestros países. Pero existe igual».

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