Publicidad
Libro «1978, El año que marchamos a la guerra», de Guillermo Parvex CULTURA

Libro «1978, El año que marchamos a la guerra», de Guillermo Parvex


El Cajón del Maipo ha sido uno de los lugares favoritos para el descanso de fin de semana de tantísimos santiaguinos, a lo largo de la historia de la ciudad.

Pero a Guillermo Parvex y a su unidad de reservistas -movilizada en el paso de Piuquenes en la frontera con Argentina, durante buena parte de diciembre de 1978- el lugar les trae hoy, 40 años después, recuerdos de unos días dramáticos que, de haberse desatado la guerra con Argentina, bien pudieron ser sus últimas jornadas sobre esta tierra.

Parvex -con su habitual soltura narrativa- va contándonos desde el proceso inicial de llamado a los reservistas, hasta el instante final en que la tensión fue descomprimida por la mediación papal. Sólo coincido con él en recordar que también fui llamado a actualizar mis datos militares en un pasillo de la casa central de la PUC, a comienzos de 1978: había hecho el servicio, igual que el autor, años antes. De ahí en adelante, eso sí, yo seguí siendo un buen burgués, joven profesor universitario, porque no fui llamado a filas, mientras que para Parvex comenzaba un intenso periodo de instrucción que concluyó con su traslado al frente como oficial de reserva.

El relato de esos días en la montaña -eje central del libro- es vivo, concreto, sin dramatismos de cartón. Recupera su propia memoria y la de varios entrevistados, y queda articulado con los acontecimientos nacionales, con la mirada argentina al conflicto, con el teatro de operaciones austral y con un eventual ingreso de Perú a la guerra. Las fotos son sencillas, pero significativas.

Guillermo Parvex no ha escrito una historia de la no-guerra, sino que ha contado con elegancia y pudor la crónica de lo que nunca debió llegar a suceder: que se cruzara en uno u otro sentido la frontera para agredirnos entre hermanos. Su obra, una vez más, colabora con sano patriotismo a la difusión de nuestra historia.

Me habría gustado, eso sí, ver mejor expresado el enorme y astuto esfuerzo de prudencia del gobierno del presidente Pinochet para evitar esa guerra, así como el autor va dejando muy en claro el empeño paralelo por mantener a la población en un estado de calma -casi una indolencia, lo que molesta justificadamente a Parvex cuando baja del Cajón en vísperas de Navidad y se encuentra con una ciudad de bilz y pap- mientras al mismo tiempo se ha venido desarrollando toda una movilización militar del más amplio espectro, pero con la máxima discreción.

Guillermo Parvex, «1978, El año que marchamos a la guerra», Ediciones B, Santiago, 2018, 246 páginas.

 

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.

Publicidad

Tendencias