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Documental «Petit Frère»: Una poética de los obsequios CULTURA

Documental «Petit Frère»: Una poética de los obsequios


Estoy convencido de que los mejores regalos son esos que se hacen sin excusa, esos que nacen salvajes en cualquier circunstancia, en una noche de tragos con amig@s, en un viaje en metro, en un día equis de trabajo. Regalar desde el impulso es encarar la agenda con sus odiosas fechas preestablecidas y sus faltas de asombro y haciendo memoria, recuerdo que hace varios años atrás entre saludes y risas, le regalé a un amigo la novela La Sangre y la Esperanza de Nicomedes Guzmán. Discutíamos fuerte con Aldo, cada quien defendiendo su mirada de cómo armar un mejor país: él me encaraba con ideas como que “el pobre es pobre porque quiere serlo” o que “todo cuesta en esta vida”; yo lo confrontaba con que no debía olvidarse jamás de nuestra Lota natal y que por sobre todo, éramos herederos de familias trabajadoras castigadas por los mismos de siempre. Fue en esa conversa afiebrada que termino regalándole una vieja edición de esa obra señera en nuestra historia.

La gracia de atreverse

Petit Frère es un documental dirigido por los realizadores Roberto Collío y Rodrigo Robledo que retrata el desafío que experimenta la comunidad haitiana cuando decide migrar hacia nuestro país junto a algunas formas de crisis que suceden cuando nos encontramos con estos nuevos vecinos. Wilner Petit-Frère, un haitiano que reparte sus días siendo padre primerizo, empleado de una bomba de bencina y creador de un boletín en creolé dirigido para su comunidad, oficia como la voz ancla que nos conduce por esta odisea.

Hay harto de riesgo en cómo los realizadores nos proponen este relato, empezando por una suerte de distanciamiento de una voz autoral y apostando porque sea Wilner y sus crónicas las que determinen el desarrollo de la pieza. Redirigir la óptica y darle la batuta a ese otro -el que se quiere retratar- para que conduzca los movimientos de esta historia termina siendo un tremendo acierto. Basta detenerse en momentos como cuando Petit-Frère y su esposa June, cotizan artículos para recibir al hijo que esperan; o cuando se muestra una piscina pública una tarde de verano y cómo un grupo de haitianas y haitianos la disfrutan en comunidad conviviendo con sus pares -los que nacimos acá- o discusiones en alguna asamblea de esta población inmigrante a la hora de organizarse frente a este nuevo hogar que habitan.

Otro recurso que brilla valiente es el de echar a correr ejes narrativos paralelos. Una tela blanca que se va llenando de trazos durante el documental y en especial, la fascinante alegoría de que la migración es una travesía tan potente como si fuera una expedición a Marte comandada por un vehículo-robot más un haitiano-astronauta, configuran una ruta vistosa, desprejuiciada, una en que la esencia es reencontrarnos de una buena vez con la extrañeza, abrazar sin miramientos a la otredad.

Un regalo útil

No es extraño que a pesar de tanta historia tras nosotr@s, conceptos como la justicia, la organización o la verdadera libertad sigan siendo elementos que incomodan a la oficialidad y a todos los brazos que la constituyen. No extraña ver tanta tele lejana al mero pulso ciudadano, no extraña ver tanta autoridad disociada de nuestras realidades diarias y por lo mismo este parece ser un momento perfecto para que nos hagamos un cariñito. Llegó la hora de que nos volvamos a contar historias como las de las novelas de Guzmán o las de los boletines de Wilner. Son esas las que nos recuerdan que a pesar de tanta miseria y sacrificio, sigue vibrando la posibilidad de recuperar la dignidad, de querernos en la diferencia, de regalarnos una mejor versión de país.

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Ficha técnica

Nombre original: Petit Frère

País: Chile

Dirección: Roberto Collío y Rodrigo Robledo

Año: 2018

Duración: 70 min

Género: documental

Clasificación:  Todo espectador

Equipo: Roberto Collío, Rodrigo Robledo (guión); Isabel Orellana Guarello (producción);  Daniela Zárate, Alba Gaviraghi (producción general); Matías Illanes, Rodrigo Robledo, Roberto Collío (dirección de arte); Diego Aguilar, Andrea López (sonido); Mayra Morán (montaje);  Flavio Noguera, Tauro Sonido (diseño sonoro); Tauro Sonido (postproducción de sonido); Kenzo Mijares (postproducción de imagen).

 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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