CULTURA
Exposición «Poemas Dentales Vol. 2» en el Centro Cultural Matucana 100
Polvo de muelas, una mini escultura del cuerpo humano hecha con uñas masticadas y video relatos sobre la pérdida de dientes, son algunas de las obras que integran la exposición del artista visual Javier Mansilla (Santiago, 1984).
Desde que Javier tiene recuerdos, se ve a sí mismo mordiendo algo durante la infancia. Lápices, bombillas de plástico, palos de helados, cucharitas de postre. Lo que fuera que tuviera cerca se lo metía en la boca. Así, gastó sus colmillos y comenzó a fijarse en las demás personas que tampoco tenían dentaduras perfectas. Los dientes ajenos se transformaron en un fetiche, y en la juventud escribió una serie de odas a los dientes de mujeres, amigos y músicos que le gustaban en esa época, titulado «Poemas Dentales».
En 2018 presentó una primera versión acerca de esta obsesión por los dientes en el Parque Cultural de Valparaíso (Poemas Dentales Vol. 1), y este año realizó una residencia en Hangar, centro de investigación artística en Lisboa, donde continuó experimentando sobre este mismo tema.
“Como mordedor y al tener un fetiche con los dientes, cae de cajón hacerme preguntas de mi salud mental, como mi ansiedad, y también es interesante abrirse a las posibilidades políticas y sociales que podría tener esta muestra, que es pensar en la figura del dentista, en la precaria salud pública y en el por qué todos tenemos que tener los dientes iguales”, dice Mansilla.
La exposición, curada por Ximena Moreno en Galería Concreta del Centro Cultural Matucana 100, contiene tres videos, dos esculturas de pequeño formato: una figura humana hecha con uñas que el artista se sacó a mordiscos durante dos años y una pirámide construida con los restos de las muelas del juicio de su hermana; y el fanzine Poemas Dentales Vol. 2 y algunos otros hábitos parafuncionales, que contiene los poemas del artista: “Internet lo dice: Soñar que se caen los dientes tiene que ver con problemas de autoestima”.
Sobre las obras, Javier explica que “no se puede hablar de escultura contemporánea solamente a través de las obras monumentales, sino que también desde lo más micro. Además, me interesa mucho el trabajo con materiales de desechos, porque finalmente todas estas obras que aparecen acá son basuritas insignificantes, restos medio asquerosos. Lo hago así porque me gusta hacer arte con los materiales que tengo a mano y también para molestar un poco, para burlarme de la nobleza del arte”.
