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«Una falsa solución»: cuestionan convertir termoeléctricas en centrales de biomasa CULTURA|MEDIOAMBIENTE

«Una falsa solución»: cuestionan convertir termoeléctricas en centrales de biomasa

En el caso de aprovisionarse con materia prima nacional, el nivel de consumo de pellet implicaría la explotación de 250 hectáreas de eucaliptus por día, unas 100.000 hectáreas de monocultivo al año. De todas formas, considerando que la capacidad total de producción de pellet en Chile es de 120.000 toneladas al año, no podría abastecer de combustible a las centrales, agotando por completo el mercado nacional de pellets que ya ha presentado insuficiencias para abastecer la demanda local, advierte la Fundación Chile Sustantable. Las cifras están contenidas en el documento “Descarbonización en Chile / Desde el carbón a la biomasa: Una falsa solución” elaborado por Biofuelwatch en conjunto con Chile Sustentable, y cuyo lanzamiento es este viernes 21 de octubre, en el contexto del Día Internacional de Acción sobre la Biomasa a Gran Escala.


Como una “falsa solución a la descarbonización” calificaron desde la Fundación Chile Sustentable el proyecto de la francesa ENGIE de reconvertir a biomasa dos termoeléctricas a carbón ubicadas en Mejillones, región de Antofagasta.

La declaración de impacto ambiental (DIA) fue aprobada en marzo de este año y pretende, a partir de fines del 2024, utilizar diariamente en las centrales Andina y Hornitos unas 4.800 toneladas de pellet o astillas de madera (un millón 750 mil toneladas al año).

El proyecto se ha planteado como una vía para avanzar en el término de uso de combustibles fósiles en el sector eléctrico nacional; sin embargo, existen muchos aspectos que convierten esta opción en una alternativa equivocada en términos ambientales y sociales, según la Fundación.

“Claramente el anuncio de cerrar las termoeléctricas a carbón en Chile es bienvenida, por sus impactos sobre la salud y los ecosistemas locales, y por la crisis climática. Sin embargo, su reconversión a biomasa constituye “un camino equivocado”, señaló al respecto la directora de Chile Sustentable, Sara Larraín.

A su juicio, esta solución “significa una fuerte presión para los bosques de Chile y de otras naciones del planeta, afectando los ecosistemas y reduciendo las superficies de masas vegetacionales que capturan las emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero”.

Las cifras

La posición de Chile Sustentable es avalada por las cifras asociadas a lo que significa la reconversión propuesta por ENGIE para sus centrales, y que están contenidas en el documento “Descarbonización en Chile / Desde el carbón a la biomasa: Una falsa solución” elaborado por Biofuelwatch en conjunto con Chile Sustentable, y cuyo lanzamiento es este viernes 21 de octubre, en el contexto del Día Internacional de Acción sobre la Biomasa a Gran Escala.

En el caso de aprovisionarse con materia prima nacional, el nivel de consumo de pellet implicaría la explotación de 250 hectáreas de eucaliptus por día, unas 100.000 hectáreas de monocultivo al año. De todas formas, considerando que la capacidad total de producción de pellet en Chile es de 120.000 toneladas al año, no podría abastecer de combustible a las centrales, agotando por completo el mercado nacional de pellets que ya ha presentado insuficiencias para abastecer la demanda local.

De utilizar bosque nativo, la superficie de intervención sería aún mayor.

“En la práctica, esto traería como consecuencias la pérdida de biodiversidad, degradación de fuentes del recurso hídrico, emisión de CO2 por las faenas y traslados, y disminución de superficies que capturan C02, entre otras”, apuntó Larraín, profundizando así, un modelo forestal que a su juicio “contribuye a aumentar la pobreza de las comunidades indígenas rurales”.

En el caso de decidir importar pellets de Estados Unidos y Canadá, serían unas 170.000 toneladas de emisiones CO2 al año por transporte marítimo del combustible.

A todo esto se suma que independiente de la decisión que se adopte para la combustión de biomasa (mercado nacional o extranjero, pellet o astillas de monocultivo o bosque nativo), las emisiones de ambas centrales sería de más de 3 millones de toneladas de CO2 al año, con múltiples daños en salud de pública al emitir CO2, NOx, SOx y el material particulado más peligroso: el MP 2.5.

Actualmente Andina y Hornitos suman una capacidad de generación de 320 MWe, quemando un 90% de carbón y 10% de biomasa. De concretarse su reconversión serían las termoeléctricas a biomasa más grandes del país.

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