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«Maestros Artesanos Chilenos»: El cobre forjado de Jorge Monares CULTURA Crédito: Matías Obando

«Maestros Artesanos Chilenos»: El cobre forjado de Jorge Monares

Nada hay más satisfactorio para un artesano que trabajar en su arte predilecto, y para Jorge Monares es el arte de la forja para crear jarros de estilo colonial. Con ellos logró algo espectacular: el premio Sello de Excelencia 2011 y 2020. Nunca pensó que, al forjar el cobre, también forjaría una justa fama y reconocimiento: El 2013, el Estado chileno lo nombró Maestro Artesano Tradicional, y en los años 2011 y 2013 fue invitado a participar en la International Folk Art Market de Santa Fe, Nuevo México, Estados Unidos: la mayor feria de artesanía especializada del mundo.


Jorge Monares

Chile es el país del cobre, este metal rojizo abunda en su extenso territorio. Desde épocas inmemoriales, el cobre nativo fue el metal representativo de toda una era. De hecho, en la historia del mundo hay una época denominada la era del bronce. El bronce es una aleación del cobre con estaño, que tomó varios miles de años en ser inventado y utilizado por los indígenas sudamericanos, quienes no llegaron a conocer el hierro. Todas las culturas originarias sólo alcanzaron al bronce y lo utilizaron con gran maestría en la fabricación de vasijas, armas y utensilios. Jorge Monares, un artesano chileno de segunda generación, se propuso dominar la técnica del forjado a partir de láminas de cobre, siguiendo el oficio que practicaba su padre. Fue hace como 42 años cuando aprendió el oficio y, después de quince años de trabajar en el taller paterno, innovando los diseños y técnicas, pudo independizarse.

Jarro colonial creado por Jorge Monares. Crédito: Matías Obando.

Pieza de cobre creada por Jorge Monares. Crédito: Matías Obando.

Un día supo que el presidente de Chile Eduardo Frei Ruiz-Tagle deseaba llevar otro tipo de artesanía chilena para sus giras por el exterior, una artesanía en cobre forjado como las que se hacía en la época colonial. Alguien le sugirió al artista que sea él quien haga esas réplicas de piezas coloniales de cobre forjado. Entonces, Monares, visitó museos como el Museo de Historia de Chile y al ver que las obras eran de cobre forjado en una sola lámina, desistió de la oferta, al considerar que no estaba capacitado para ello. Pero no todo fue retroceso, porque se anidó en su mente la necesidad de descifrar esa técnica, estudiarla, investigarla hasta dominarla. Era una técnica traída a nuestro continente por los religiosos jesuitas, quienes la enseñaron, pero en Chile ya no había información, por mucho que la buscaba. Le costó entre diez a doce años de labor lograr algo parecido a las piezas que él había admirado en los museos.

Jorge Monares mostrando una lámina de cobre que luego se convertirá en una hermosa creación. Crédito: Matías Obando.

Pieza de cobre creada por Jorge Monares. Crédito: Matías Obando.

Nada hay más satisfactorio para un artesano que trabajar en su arte predilecto, y para Jorge Monares es el arte de la forja para crear jarros de estilo colonial. Con ellos logró algo espectacular: el premio Sello de Excelencia 2011 y 2020. Nunca pensó que, al forjar el cobre, también forjaría una justa fama y reconocimiento: El 2013, el Estado chileno lo nombró Maestro Artesano Tradicional, y en los años 2011 y 2013 fue invitado a participar en la International Folk Art Market de Santa Fe, Nuevo México, Estados Unidos, la mayor feria de artesanía especializada del mundo.

Su perseverancia fue coronada por estas satisfacciones que jalonaron su vida. Había redescubierto técnicas y llegó a dominar el comportamiento del metal rojizo, hasta los más mínimos detalles, de manera tal que hoy puede realizar obras muy complejas, aún más difíciles que las que antaño había admirado en los museos. El artista recuerda que compró una vieja pieza colonial en un mercadillo de antigüedades y gracias a ella, a su estudio exhaustivo, pudo descifrar con qué tipos de martillos fue hecha, si usaron madera o fierro en su enigmática forja. Esto fue un trabajo netamente experimental, pues se trataba de “levantar” una pieza, desde un disco de metal, evitando que el material se arrugue. Por eso es que las vasijas coloniales son de una sola pieza, no poseen soldadura alguna. Constatar esto por sí mismo, era su desafío que, luego de varios años pudo lograr y cumplir: Jorge Monares realizó su primera vasija enteramente forjada con la técnica colonial y sin que el material haya sufrido arrugamiento. El propio artista nos refiere emocionado sus impresiones sobre este logro cenital en su carrera: “Fue fantástico haber creado mi primer jarro. Yo lo miraba y no creía que lo podía haber hecho. ¿Cómo llegué a esto?”.

Pieza de cobre creada por Jorge Monares. Crédito: Matías Obando.

De esta manera, con talento y dedicación, voluntad y perseverancia, Jorge Monares el maestro forjador del cobre, redescubrió la técnica, en una época en que se había perdido y ya no existían artesanos que la practicaran. Recuerda con nostalgia que, décadas antes, nuestros antepasados habían usado utensilios de cobre forjado en la cocina, tales como peroles, pailas, ollas, jarras, sartenes, etc. Esta bella expresión artesanal sucumbió a la competencia de nuevos materiales y técnicas industriales como: el hierro forjado y enlozado, el aluminio y, en épocas más cercanas, el plástico en sus diversas variedades.

Jorge Monares poniendo fuego a una pieza de cobre para ablandarla y así
poder seguir trabajándola. Crédito: Jorge Monares.

Para crecer, nuestro artista competía consigo mismo, con el objeto de ser cada vez mejor. Esta ética y filosofía signó su vida. Ahora, con la perspectiva de los años, Monares, -ya reconocido como un célebre valor de la artesanía chilena-, desea transmitir sus conocimientos a las nuevas generaciones. Es consciente de la fragilidad de la vida y sabe que su experiencia técnica, habilidades y destrezas conseguidas con arduo trabajo y sacrificio en tantos años, no deben perderse con él. Por eso, tiene en mente la creación de una escuela, su propia escuela, donde impartir sus conocimientos y forjar, junto con el cobre, una generación de artesanos que perennicen el nombre de este gran maestro.

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