Publicidad
«Pasajeros» de Daniela Sanhueza: al borde de una crisis o un estallido CULTURA|OPINIÓN

«Pasajeros» de Daniela Sanhueza: al borde de una crisis o un estallido

Nicolás Bernales
Por : Nicolás Bernales Escritor y columnista literario. Ha publicado el libro de cuentos "La Velocidad del agua" (Ojo Literario 2017), por el cual se adjudicó el Fondo Nacional de Fomento del Libro y la Lectura en el área de creación. En 2023 publicó la novela "La geografia dell` esillio", Edizioni Ensemble. Roma.
Ver Más

Las voces que habitan cada una de las historias son únicas e individuales, creaciones que viven solo en esa unidad narrativa. No encontramos una voz homogénea o repetitiva a lo largo del libro. Sanhueza logra esconder a la autora, y los que hablan son sus personajes, en su mayoría mujeres que intentan desde la intimidad, sortear esa crisis y proveer de sentido su propia existencia. Ellos son los pasajeros que suben durante un momento en el trayecto del libro para luego bajar y dar paso al siguiente.


Con sutileza, sin razones aparentes, tan solo algunas pistas entregadas gota a gota en cuidadas descripciones, los cuentos de Daniela Sanhueza nos arrojan en medio de la acción. En medio de un cuadro que no termina de armarse hasta la última palabra.

Los personajes de estos cuentos se mueven al borde de una crisis o estallido. A veces, en algunos de estos, esos márgenes son sobrepasados. En otros, son evocados en busca de explicación y sentido. Y a veces, lo que se avecina es presentido y se sabe inevitable.

Esto no es poco decir frente a una primera colección de relatos. Pero no basta, sino contaran con una estructura y una voz convincente. Y creo que la virtud que posee la autora para crear un conjunto destacable, es algo, que ahora me doy cuenta, hemos olvidado o dejado de mirar. Sanhueza posee una imaginación exuberante. No la imaginación que lleva a crear historias disparatadas o finales asombrosos. En esos casos se nota el esfuerzo, las costuras quedan a la vista. Me refiero a esa imaginación que resalta ciertos detalles, vuelcos, pensamientos y miradas.

Al interior de un taxi, una mujer oye desinteresadamente al conductor mientras la traslada a un pequeño hotel de una ciudad costera. Una vez en la habitación, en sus recuerdos y observaciones encontramos una carga y malestar: «…Siempre ahí, por el rabillo del ojo, se colaba algo informe, intangible, oscuro.».

Un hombre se hace pasar por un policía de Investigaciones con el fin de aclarar cuentas con el pasado. Versiones de un pasado que se contradice y colisiona a través de una tensa conversación. La autora nos introduce así en la historia y la duda: «La casa era blanca y elegante, aunque tal vez menos grande de lo que imaginaba.»

Otra mujer prepara su maleta al interior del pequeño departamento que comparte con su pareja. Una madre primeriza emprende un viaje junto a su hermana y su madre, quienes quieren brindarle apoyo al verla consumida en la crianza de un bebé insoportable.

En «Ficción», un alumno de teatro y un grupo de estudiantes de cine se juntan para celebrar el premio recibido por la realización de un cortometraje. Al poco andar, el paseo comienza sutilmente a desmoronarse, como comienzan a hacerlo las ilusiones a esa edad.

En Juan Fernández un niño recorre junto a su madre la isla y recrean las actividades que aman antes del inminente traslado al continente.

Una joven apunta sus quehaceres diarios durante ocho días, el tiempo máximo que pueden durar los espermatozoides al interior de su cuerpo: «El artículo dice ocho días como máximo, y en óptimas condiciones, claro, lo que no deja de sorprenderla. Nunca se había puesto a pensar, después de un encuentro amoroso, en los espermatozoides que quedaban dentro de su cuerpo, y ahora, con una mezcla de risa y repulsión, comienza a imaginarlos: blancos, resbalosos y flexibles como pececitos moviéndose en todas direcciones, desesperados, buscando sin descanso su pequeño sol.»

Cualquier cita o resumen nos deja con una sensación deslavada frente a lo que sentimos en la lectura de cada uno de estos relatos, ya que no podemos adelantar acá a los lugares insospechados donde nos lleva la autora.

Las voces que habitan cada una de las historias son únicas e individuales, creaciones que viven solo en esa unidad narrativa. No encontramos una voz homogénea o repetitiva a lo largo del libro. Sanhueza logra esconder a la autora, y los que hablan son sus personajes, en su mayoría mujeres que intentan desde la intimidad, sortear esa crisis y proveer de sentido su propia existencia. Ellos son los pasajeros que suben durante un momento en el trayecto del libro para luego bajar y dar paso al siguiente.

Ficha técnica:

Pasajeros. Daniela Sanhueza Caba.
Ril Editores. 107 pág.

Para saber más de lo que está pasando en el mundo de la ciencia y la cultura, súmate a nuestra comunidad Cultívate, el Newsletter de El Mostrador sobre estos temas. Inscríbete gratis AQUÍ

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad

Tendencias