Medioambiente
Experta en estudios polares y climáticos de la Universidad de Trieste, estuvo en Congreso Futuro, donde ahondó sobre la Antártica, su importancia y por qué es urgente protegerla. “La educación es la base de todo, si quieres invertir en algo, primero debes entender por qué necesitas invertir”, dice.
Groenlandia está perdiendo un promedio de 39 millones de toneladas de hielo por hora debido a la crisis climática, reveló un estudio publicado en la revista científica Nature. Es decir, se estima que entre 1985 y 2022 la isla ha sufrido una pérdida de masa del 20%. La disminución de la capa de hielo también es un fenómeno que se ha visto en la Antártica, un síntoma más del aumento de la temperatura del planeta Tierra.
La científica italofrancesa Florence Colleoni se ha dedicado a lo largo de su carrera a investigar la evolución de las capas de hielo del planeta, como la Antártica y Groenlandia. Explica a El Mostrador que la Antártica se formó hace alrededor de 34 millones de años y desde entonces ha estado creciendo y disminuyendo su tamaño debido a las fluctuaciones del clima del planeta.
Por otro lado,”Groenlandia, en comparación con la Antártida, es como una hermanita muy pequeña, porque comenzó a desarrollarse hace tres millones de años, por lo que es una capa de hielo muy reciente en la historia climática de la Tierra y es muy frágil”, sostiene.
La experta en estudios polares y climáticos de la Universidad de Trieste estuvo en Congreso Futuro 2024, donde ahondó sobre la Antártica, su importancia y por qué es urgente protegerla.
“Lo que está sucediendo ahora es quizás uno de los calentamientos más rápidos y grandes que hemos enfrentado en el último millón de años, porque, por supuesto, el CO2 también ha fluctuado a lo largo del tiempo. Sin embargo, por ejemplo, si tomas el aumento normal de temperatura de la atmósfera desde una glaciación o una deglaciación, es decir, desde un clima frío extremo hasta un clima cálido extremo, lleva 10 mil años para que el sistema se ajuste a una temperatura estable. Lo que estamos haciendo ahora supera esta variabilidad natural y estamos calentando nuestro sistema tanto como en una deglaciación, pero en un solo siglo, no en diez mil años”, alerta.
Además, explica que tanto Groenlandia como la Antártica han atrapado calor en su interior, por lo que su derretimiento es inminente.
“Si detuviéramos el calentamiento ahora mismo, si estabilizáramos nuestras emisiones, seguirían derritiéndose, porque ya hay calor en su interior, por lo que el derretimiento de estas capas de hielo continuará durante varios milenios en el futuro, debido a la inercia física del cuerpo de hielo. Por lo tanto, cuanto antes paremos, es decir, cuanto antes mitiguemos nuestras emisiones, menos se derretirán en el futuro, pero no podemos evitar que las capas de hielo se derritan desde este momento, debido a esta reacción física”, señala.
Por otro lado, la científica opina que la educación sobre el cambio climático es uno de los pilares fundamentales para poder enfrentar las consecuencias que cada día son más visibles.
“La educación es la base de todo, porque si quieres invertir en algo, primero debes entender por qué necesitas invertir”, dice.
En ese sentido, afirma que cada territorio debe involucrarse según sus necesidades para mitigar y adaptarse a los cambios.
“La educación es realmente clave para las próximas generaciones. No estoy segura de que el gobierno pueda orientar las elecciones de la población hacia ciertos hábitos de consumo y promover, por ejemplo, la reducción del uso de combustibles fósiles para vehículos, entre otras cosas. Sin embargo, lo que he visto es que es más eficiente si la población local realmente asume el desafío y decide lo que es mejor para su propio territorio”, opina.
“Cada ciudad tiene una realidad diferente y es por eso que las grandes medidas de gobernanza también tienen limitaciones. Puedes establecer pautas generales y decir: ‘Queremos un futuro más verde’, pero es importante que la comunidad local se adapte y elija el futuro que realmente desea”, agrega.
Por último, expresa que “no puedes pedirle a la gente que cambie por completo su estilo de vida, pero si invertimos de manera inteligente en la optimización de los recursos que tenemos y tratamos de encontrar alternativas, creo que la inversión en investigación y educación son definitivamente clave para ayudar a la población a adaptarse”.
