Publicidad
El grave problema del alza de COVID-19 en la Región Metropolitana EDITORIAL

El grave problema del alza de COVID-19 en la Región Metropolitana

El impacto de las cifras es alto, pues aun cuando los guarismos en materia de muerte experimentarán un probable ajuste a la baja y este llegará al orden del 20% de los 3.062 muertos posibles contagiados, todavía estaríamos por sobre las 7 mil muertes. Ello indicaría que –además de un manejo instrumental y poco transparente de las cifras en el pasado– la estrategia gubernamental no acierta en sus objetivos de controlar la pandemia.


Las cifras con las que finalmente el Gobierno sinceró el número de muertos por COVID-19 en el país, han puesto en evidencia la grave situación sanitaria que vive Chile. Ello es independiente de la insistencia metodológica del Ministerio de Salud en mantener diferenciado el registro de muertos en dos grupos: el de los informados con diagnóstico positivo por parte del Departamento de Estadísticas e Información de Salud (DEIS) de dicha cartera y los fallecidos posibles por coronavirus.

El resultado de muertos reales permite una interpretación más certera del resto de las estadísticas y números que se brindan.

El alto número de contagiados –entre 30 y 35 mil por semana– se concentra mayormente en la Región Metropolitana, con un 80,92% del total nacional, y no logra contenerse.

[cita tipo=»destaque»]La tasa de contagio se intensifica y, eventualmente, podría ser mucho más alta que la que están entregando los registros, lo que podría significar que, para tener impacto real, las medidas de confinamiento deben ser más estrictas y que es posible que ya estemos en déficit de atención sanitaria.[/cita]

Los índices de positividad de los exámenes realizados también se han disparado en los últimos días, hasta un 30% el viernes pasado, y dan un promedio nacional de 25% al 20 de junio. Pero de todos los exámenes realizados en las últimas 24 horas –unos 20 mil–, solo el 50% se hizo en la Región Metropolitana. De ese total de exámenes realizados, poco más del 50% ha sido hecho por laboratorios privados, la mayoría de los cuales se encuentra en la RM, un 41% por hospitales públicos y solo un 7% por el IPS.

Desde el 6 de junio, el número de fallecidos con registro de COVID-19 se disparó de 1.540 hasta casi triplicarse el día 20 de junio, con 4.235 casos. Es decir, en 14 días, que es un período que se considera un ciclo completo de cuarentena, las cifras aumentaron de manera alarmante. En este lapso, fallecieron dos tercios del número total registrado por el Minsal hasta ahora, y no se sabe cómo se distribuirán por fecha y lugar los 3.062 muertos denominados posibles fallecidos por coronavirus.

De estos fallecidos, el 80% o más son personas de 60 años hacia arriba.

Las cifras implican al menos tres hechos básicos:

La pandemia se ha localizado fundamentalmente en la Región Metropolitana, la que, pese a contar con la mayor concentración de recursos disponibles, no consigue controlar la situación.

La tasa de contagio se intensifica y, eventualmente, podría ser mucho más alta que la que están entregando los registros, lo que podría significar que, para tener impacto real, las medidas de confinamiento deben ser más estrictas y que es posible que ya estemos en déficit de atención sanitaria.

Tercero, y muy importante, es probable que el número de muertos suba significativamente en los próximos días, principalmente en la RM, por el retardo temporal de los impactos positivos, pues ahora estamos con enfermos críticos contagiados hace una semana o más.

Respecto de la estrictez del confinamiento, es necesario señalar que, del total de controles de permisos en la Región Metropolitana, solo se presenta un porcentaje de infracciones muy bajo, del orden de un 0.5%, lo que estaría mostrando que parte de la alta circulación de personas en la ciudad se origina en la política de permisos aplicada por la autoridad.

Publicidad

Tendencias