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Indignación en el mundo de las artes por los millones entregados a la elite cultural en plena pandemia: “Los favores personales y políticos son la regla en este ministerio” CULTURA Crédito: ATON (Archivo)

Indignación en el mundo de las artes por los millones entregados a la elite cultural en plena pandemia: “Los favores personales y políticos son la regla en este ministerio”

En plena pandemia, cuando las ayudas estatales a los creadores brillaron por su ausencia, el ministerio liderado por Consuelo Valdés aportó recursos a “Espacio Aninat”, cuya dueña es Isabel Aninat, suegra del diputado de Evópoli Luciano Cruz-Coke, y a “Patricia Ready Galería”, de Patricia Ready, casada con el empresario Juan Carlos Yarur. Este hecho generó indignación en el mundo artístico. “Esto es como postular al IFE si no lo necesitas, dejando menos plata para otros que realmente lo requieren. A mí me da pudor», dijo Tehani Staiger, presidenta de AdCultura. En tanto, Arturo Duclós, presidente del Consejo Directivo Sociedad de Creadores de Imagen Fija, sostuvo que “todo esto tendría que verse con Contraloría (…), pero a mí no me parece tan sorprendente, y menos de este Gobierno y de este ministerio”.


La pandemia afectó económicamente a muchos sectores del país, como el cultural. De hecho, los mismos artistas y exponentes culturales decían que estaban prácticamente abandonados por el Gobierno y el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, debido a que no podían acceder a beneficios otorgados y, por contraparte, tampoco podían ejercer su arte.

En realidad, casi todos, porque se entregaron dos ayudas, de diferente manera. Según reporta La Red, el ministerio liderado por Consuelo Valdés ese año ayudó a “Espacio Aninat”, cuya dueña es Isabel Aninat, suegra del diputado de Evópoli, Luciano Cruz-Coke, y otra a “Patricia Ready Galería”, de Patricia Ready, casada con el empresario Juan Carlos Yarur, y ambos junto a sus hijos Gonzalo y Carlos Yarur, son dueños de Inmobiliaria e Inversiones Cerro Sombrero.

En el primer caso, el de «Espacio Aninat», la ayuda vino en agosto del 2020, tras darse a conocer los resultados de la convocatoria del Programa de Apoyo a Organizaciones Culturales Colaboradoras (PAOCC), el cual está orientado a entregar financiamiento a organizaciones culturales que ofrecen al público contenidos artísticos, para que puedan fortalecer sus capacidades y sostenibilidad, fondo que entregó un total de $ 8 mil millones. De esa cifra, $17.337.441 fueron entregados a “Espacio Aninat”.

En el segundo caso, se trata de los Fondos de Emergencia 2021, que entrega el Gobierno y que, en el caso de “Patricia Ready Galería” ascendieron a un total de $99.707.380, que se entregó en dos cuotas iguales de $49.853.690. La primera este año y el resto se pagará el 2022.

Este hecho generó indignación en el mundo artístico. Desde la Asociación Nacional de Funcionarios de Cultura (Anfucultura), su presidente Jorge González, señaló a El Mostrador que «el 2021, cuando se estaba en la discusión sobre los fondos de emergencia, instamos al Subsecretario y la Ministra a través de la comisión de Cultura del Parlamento a focalizar los recursos de emergencia en aquellas iniciativas culturales cuyos destinatarios fueran los sectores populares, los más afectados por la crisis. No fuimos escuchados y acá están las consecuencias».

En tanto, Arturo Duclós, presidente del Consejo Directivo Sociedad de Creadores de Imagen Fija -CREAIMAGEN-, indicó que la denuncia “es algo que ya lo habíamos visto el año pasado en El Mostrador cuando se hizo la investigación sobre el subsecretario Juan Carlos Silva, ya se vieron estas relaciones y estas redes y esta connivencia, digamos, entre el ministerio y las galerías”.

“Lo que encuentro súper raro es que ahora se vengan a sorprender de esto (…). Esto es lo que pasa en el área de la cultura todo el tiempo y sobre todo con este ministerio en donde vemos que los favores, y los favores personales, las amistades, los favores políticos, son parte de la regla y da lo mismo los jurados que pongan, porque al final también yo veo que hay muchas cosas que después, que no aparecían ahí, aparecen misteriosamente. No sé con qué filman”.

Duclós prosiguió señalando que “todo esto tendría que verse con Contraloría, pero lo que yo creo que es más terrible de esto es que finalmente todo el énfasis en lo social, que tenía que ver con la ayuda que el ministerio iba a entregar el año pasado a partir de esos 15 mil millones de pesos que anunciaron de reconversión de recursos, finalmente se repartieron mal nomás, porque fue algo que estuvimos alegando todo el tiempo. A mí no me parece tan sorprendente, y menos de este Gobierno y de este ministerio, porque aquí claramente el ministro es Juan Carlos Silva, no la ministra Consuelo Valdés, el que hace y deshace en el ministerio”, añadió.

Teresa Ugarte, presidenta de la Red de Salas de Cine, opinó que «los fondos concursables, si ya son la única manera de financiamiento de la cultura, al menos debería tener como variable de evaluación la situación económica y de vulnerabilidad de las organizaciones, instituciones y empresas, más aún en pandemia y una total crisis económica del sector y sus trabajadores, además de una total prohibición de conflictos de intereses con el jurado evaluador».

«Opino que los fondos de cultura son universales, por lo cual no es prudente definir a quiénes pueden o no estar dirigidos bajo parámetros socioeconómicos. El arte debe ser libre de esos criterios. Pero también opino que es impresionante que no exista una autorregulación de la ética. Esto es como postular al IFE si no lo necesitas, dejando menos plata para otros que realmente lo requieren. Es urgente que desarrollemos una cultura de la solidaridad y la empatía. Es urgente que aprendamos a ponernos en el lugar del otro. Es indignante, a mí me da pudor», dijo Tehani Staiger, presidenta de AdCultura.

El citado medio se comunicó con el ministerio para conocer detalles del concurso público. Les respondieron que harían llegar los nombres de los jurados que otorgaron la puntuación a cada uno de los proyectos, pero al cierre de su reportaje, no habían recibido documento alguno.

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