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Piñera y el escenario destituyente Opinión

Piñera y el escenario destituyente

Marco Moreno Pérez
Por : Marco Moreno Pérez Decano Facultad de Ciencia Política y Administración Pública, Universidad Central de Chile.
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¿Cómo se podrán redimir o salvar las instituciones y la política frente al actual escenario destituyente? El Ministerio Público decidió abrir una nueva causa penal contra Sebastián Piñera instalando formalmente el escenario destituyente presidencial. El probable ingreso en los próximos días del libelo de la acusación constitucional contra el Presidente será el ineludible paso siguiente. Las instituciones y la política una vez más estarán puestas a prueba. Más allá del resultado del accionar de estas o del desenlace de la acusación constitucional parece quedar claro que estamos asistiendo al fin de una era. En este interregno político en que vivimos, en clave gramcsiana, entre el ciclo que muere y el que busca nacer quizás la destitución del Presidente Sebastian Piñera sea el símbolo —los monstruos que surgen en el claroscuro—  que ponga fin al ciclo político.


La ética, la moral y por extensión las confianzas vuelven a ser relevantes en las percepciones ciudadanas acerca de vida política y sus instituciones. Más allá de la política y sus instituciones los casos por ejemplo de malversación de fondos en las FFAA y Carabineros dan cuenta de este cuestionamiento amplio y trasversal. Ni hablar de la indefensión de los ciudadanos/consumidores frente las prácticas abusivas de las empresas.

Frente al diagnóstico anterior se comienza a observa un hartazgo con las transgresiones a la ética pública y la moral. El rechazo se mueve en la dimensión de las emociones, más que en el ámbito de la racionalidad. Se trata de procesos preconscientes o espontáneos que, bajo la denominación general de los afectos, están influyendo a los ciudadanos a la hora de percibir la realidad y desenvolverse en ella. Lo que está prima es el registro emocional, la experiencia personal y las sospechas hacia las elites. Esta lógica también permea a los individuos a la hora de conformar sus preferencias electorales.

Lo anterior, corre en paralelo a la erosión de la confianza en las instituciones que observamos hace años en el país. En el caso de la situación que afecta al Primer Mandatario no solo la política y sus instituciones están bajo sospecha. Para muchos la ni Fiscalía ni el Servicio de Impuestos internos habrían hecho oportunamente su trabajo cuando se conocieron los antecedentes que ahora resultado de la investigación periodística de los Pandora Papers vuelve a colocar el foco en la pulsión presidencial por los negocios sin límites. 

La rabia y la indignación en distintos grados y expresiones que hoy siente los ciudadanos con el sistema político, el funcionamiento de las instituciones y los poderosos se cataliza en el actual escenario destituyente en relación al Presidente de la República. Esto se conecta con la fuerte polarización que provoca el Mandatario. Piñera es un poderoso generador de polarización afectiva.

¿Cómo se podrán redimir o salvar las instituciones y la política frente al actual escenario destituyente?

El Ministerio Público decidió abrir una nueva causa penal contra Sebastián Piñera instalando formalmente el escenario destituyente presidencial. El probable ingreso en los próximos días del libelo de la acusación constitucional contra el Presidente será el ineludible paso siguiente. Las instituciones y la política una vez más estarán puestas a prueba. Más allá del resultado del accionar de estas o del desenlace de la acusación constitucional parece quedar claro que estamos asistiendo al fin de una era.

En este interregno político en que vivimos, en clave gramcsiana, entre el ciclo que muere y el que busca nacer quizás la destitución del Presidente Sebastian Piñera sea el símbolo —los monstruos que surgen en el claroscuro—  que ponga fin al ciclo político.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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