Publicidad
Innovar para reconstruir vínculos en la escuela Opinión

Innovar para reconstruir vínculos en la escuela

Jorge Ibáñez
Por : Jorge Ibáñez Director de Política Educativa, Educación 2020.
Ver Más

Nos encontramos frente a la necesidad urgente de innovar en las escuelas, comprendiendo la innovación no solo como una herramienta para el desarrollo de conocimientos disciplinares, sino como un modelo de aprendizaje que impacte también en las interacciones y vínculos que se desarrollan dentro y fuera del aula. La innovación es fundamental para que los y las estudiantes adquieran un rol activo y colaborativo en sus procesos de aprendizaje, desarrollando habilidades cognitivas complejas, relacionándose desde el respeto, confianza y empatía con sus pares y docentes, favoreciendo la comprensión individual, colectiva y del entorno. La innovación educativa, entendida de esta forma, no disocia el aprendizaje socioemocional del cognitivo, los comprende como parte de un mismo proceso, igualmente importantes y complementarios.


Los últimos dos años hemos escuchado en repetidas ocasiones referirse a la pandemia como un terremoto de gran magnitud, por su efecto en el sistema educativo. Bien sabemos que los terremotos implican procesos de reconstrucción y, cuando lo hacemos bien, no se construye igual a lo derrumbado. Se evalúan los cimientos y bases sobre las cuales construir, se utilizan mejores materiales, se aplican nuevas tecnologías e incluso se generan espacios más cómodos y confortables, en tanto se cuente con los recursos necesarios.

Desde el año pasado se ha instalado con fuerza la urgencia de recuperar los aprendizajes por causas de la pandemia, centrando el debate en los plazos y condiciones sanitarias para volver a las clases presenciales. Sin embargo, pareciera que no nos hemos detenido lo suficiente a reflexionar y reconstruir el espacio escolar, que presenta grandes grietas que fueron profundizadas por la pandemia.

Previo a la pandemia los grados de acoso escolar venían en ascenso y entre el 1 de enero y el 29 de marzo de este año las denuncias ante la Superintendencia de Educación por maltrato físico y psicológico aumentaron un 38%, y un 148% aquellas relacionadas a ciberacoso, respecto al promedio del periodo 2018-2019. ¿Cómo influye la escasa socialización durante dos años en la convivencia escolar? ¿Cómo ha afectado el estrés de la pandemia en el comportamiento de estudiantes, docentes, asistentes y directivos? ¿Cuáles son las principales necesidades de las comunidades educativas para adaptarse paulatinamente a la modalidad de clases presenciales?

En noviembre de 2021, como Educación 2020, publicamos el documento “5 prioridades en Educación para el nuevo gobierno”, siendo la primera de ellas avanzar hacia un sistema educativo “basado en la colaboración, la confianza y la profesionalización para el aprendizaje de todas y todos”. En este marco, promovemos la innovación educativa como estrategia para avanzar hacia el aprendizaje integral y disminuir las brechas acentuadas por la pandemia.

Nos encontramos frente a la necesidad urgente de innovar en las escuelas, comprendiendo la innovación no solo como una herramienta para el desarrollo de conocimientos disciplinares, sino como un modelo de aprendizaje que impacte también en las interacciones y vínculos que se desarrollan dentro y fuera del aula. La innovación es fundamental para que los y las estudiantes adquieran un rol activo y colaborativo en sus procesos de aprendizaje, desarrollando habilidades cognitivas complejas, relacionándose desde el respeto, confianza y empatía con sus pares y docentes, favoreciendo la comprensión individual, colectiva y del entorno. La innovación educativa, entendida de esta forma, no disocia el aprendizaje socioemocional del cognitivo, los comprende como parte de un mismo proceso, igualmente importantes y complementarios.

Posterior a este terremoto educativo provocado por la pandemia, ¿queremos volver a exactamente la misma educación? ¿Los y las estudiantes necesitan el mismo modelo de aprendizaje? Pongamos la innovación al servicio de la construcción de una mejor experiencia escolar y el aprendizaje integral, para que las y los estudiantes aprendan participativamente, sobre la base de sus propias motivaciones, ritmos, y a la colaboración con sus pares, conociendo, aceptando y valorando las diversidades de sus comunidades.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad

Tendencias