Incluso antes de la tercera derrota al hilo de la Sub 17 en el Sudamericano de Paraguay, el técnico presentó su renuncia ante la ANFP. No había otra salida posible. Mientras, Alfredo Grelak tiene las horas contadas. [Actualizada]
Un año y medio perdido para las selecciones menores chilenas deja el ciclo de Hugo Tocalli. Con él y los suyos al mando de los combinados Sub 20 y Sub 17, el fútbol joven experimentó un retroceso como hace años no se veía.
La cuerda ya no podía seguir estirándose. Al fracaso veraniego de la Sub 20 en el Sudamericano de Uruguay, seguía ahora otro bochorno, esta vez en tierras guaraníes, con tres derrotas seguidas que a esta altura del torneo convertían a la Rojita en el peor equipo del campeonato. Cero puntos, cuatro goles a favor y 11 en contra.
Tocalli por fin leyó adecuadamente un partido: el propio, algo que nunca consiguió al mando de las selecciones. Resignado a mirar cómo el rendimiento futbolístico de sus elencos era sorprendentemente parejo, pero por lo malo, decidió dar un paso al costado antes de la ignominia del despido.
Ahora será responsabilidad de la ANFP reparar el mal causado y no dar un nuevo paso en falso, que esta vez sí sería imperdonable porque dentro de siete meses esta misma selección, que fue goleada 1-4 por Uruguay, deberá ser anfitriona en el Mundial de la categoría.
La tarea será dura. Sólo con una nueva mano técnica y la posible convocatoria de nuevos jugadores se sabrá cuál es la cuota exacta de culpa de Grelak (tras la derrota de anoche, repitió varias veces “estoy a disposición de la gente de la ANFP y lo que decidan” y cuál la del directorio que encabeza Sergio Jadue, responsable al menos de no organizar estructuras de campeonatos que nivelen hacia arriba la competitividad de los jugadores infantiles y juveniles chilenos.
En el partido disputado en Capiatá, la Rojita cometió los mismos errores que en sus derrotas 2-3 con Bolivia y 1-4 con Ecuador. Ya al minuto 2 recibía el primer gol charrúa, nacido de una jugada de pizarrón que por lo visto aún no había sido enseñada a los muchachos chilenos.
La insinuación de un repunte fue ahogada al poco rato por un segundo gol oriental que ahora sí desmoronó al equipo nacional. Tanto así que, entre esa anotación y el minuto 70, Chile sólo había llegado una vez al arco uruguayo con un casi gol del atacante Mazuela.
Un penal dudoso, convertido por el colocolino de 14 años, Branco Provoste, revitalizó durante algunos minutos al equipo. Pero ese entusiasmo lo derrumbaron dos goles postreros de los celestes, anotaciones que reflejaron mejor la enorme diferencia que hubo entre ambos combinados.
Increíblemente, Chile jugará el sábado su último partido con posibilidades de clasificar si es que golea por cinco goles de diferencia a Argentina, de magro rendimiento en el torneo. Pero un equipo con un entrenador ad portas del despido, jamás será capaz de hazaña semejante. A lo más ingresará a la cancha tratando de dar una honrosa despedida a Grelak, un adiestrador de inferiores sin gran nombre en Argentina, quien en su último partido al frente de la Sub 17 debió vérselas con una laureada ex figura del fútbol uruguayo, Santiago Ostolaza
PORMENORES
Estadio de Capiatá (Paraguay).
Árbitro: Wilton Pereira Sampaio (Brasil).
URUGUAY (4): R. Rodríguez; R. Fernández, S. Bueno, N. Rodríguez, J. Varela, M. Saracchi; F. Valverde, W. Fernández, S. Mederos (65′, Piquerez); D. Rossi (89′, Amaral) y R. Ergas (46′, N. Schiappacasse). DT: S. Ostolaza.
CHILE (1): Z. López; L. Soza, J. Soriano, K. Mandaríaga, V. Araya (75′, B. Provoste); M. Sandoval, C. Valdés, M. Galdames (58′, A. Ramírez), R. Meléndez (46′, D. Salazar); M. Reyes y G. Mazuela. DT: A. Grelak.
GOLES: 2′ y 88′, Rossi; 18′, Valverde; 93′ Schiappacasse (U); 77′, Provoste (Ch).
TA: R. Fernández, J. Varela, F. Valverde, Schiappacasse (U); Soza, Soriano (U).
TR: no hubo.
