Aclaran que si bien la carta está firmada por un grupo, quienes generalmente han aparecido en la prensa, también están las voces de otras personas que sufrieron el mismo delito bajo las mismas circunstancias.
Las víctimas de abusos sexuales ocurridos al interior de la Congregación Hermanos Maristas, enviaron una carta al Papa Francisco, en la que piden terminar con las redes de encubrimiento.
En la misiva, los autodenominados sobrevivientes recalcaron que cuando leyeron la carta que el Sumo Pontífice envió a la Iglesia chilena, en la que señala que hay una cultura de abuso y encubrimiento en ella, descubrieron que todos estos ocurren en la Congregación de los Hermanos Maristas.
«Nos une el dolor. Entre nosotros hay creyentes y ateos; católicos y también de otras ramas de la espiritualidad», aclararon.
Aclaran que si bien la carta está firmada por un grupo, quienes generalmente han aparecido en la prensa, también están las voces de otras personas que sufrieron el mismo delito bajo las mismas circunstancias.
«Somos el testimonio vivo de sus afirmaciones, dice el texto, y agrega que «Las estructuras de abuso y del encubrimiento operaron cuando siendo niños fuimos abusados y siguen operando ahora maltratándonos como sobrevivientes de ese abuso por el simple hecho de denunciarlo».
Los sobrevivientes señalaron que también sus familias han sido acosadas y perseguidas por los Hermanos Maristas. «Hemos sido desatendidos en las reparaciones urgentes que, en un juego perverso, nos ofrecieron sin que las pidamos para luego retaceárnoslas. Los delincuentes sexuales que nos atacaron y que siguen vivos están muy bien atendidos y protegidos en el seno de la familia marista mientras a nosotros se nos relega a las sombras».
Además, expresaron preocupación por el actuar de la Congregación con el resto de la familia marista. «Tenemos miedo de que las estructuras de abuso y encubrimiento como usted las llama sigan operando al interior de los Hermanos Maristas. El trato que nosotros hemos recibido, revictimizándonos, es una pésima señal al respecto».
Los sobrevivientes también denunciaron que han recibido «innumerables testimonios» de otro tipo de abusos por parte de alumnos, madres, padres y trabajadores.
«Su carta a la Iglesia chilena nos interpela y por ello ponemos esta alerta en sus manos. Por los niños que fuimos, por los niños que callaron sus abusos y los perdimos en la noche de la autodestrucción. Por los niños del presente, por las miles de familias que hoy confían en los maristas como las nuestras confiaron en ellos. Atienda este pedido urgente, cada día que pasa las redes de encubrimiento operan para tapar los delitos cometidos y perpetran otros nuevos. Las vidas arrasadas no pueden seguir esperando», finaliza la declaración.