CULTURA
El astrónomo llegó al recinto para presentar su libro «Eclipses», con el que entrega recomendaciones para ver el fenómeno que ocurrirá en Chile en el mes de julio.
Como un verdadero «Rock Star» fue recibido por miles de personas el Premio Nacional de Ciencias Exactas, José Maza en el Teatro Caupolicán.
El astrónomo era el gran protagonista en medio del lanzamiento de su libro «Eclipses». Fue en esa instancia donde se mandó una frase digna de crack: «Si se consiguen el Estadio Nacional, lo llenamos igual», dijo al salir al escenario.
En el evento, Maza dio tips de cómo disfrutar de la mejor manera y prevenir posibles accidentes para cuando ocurra el fenómeno que podrá ser visto en Chile el próximo 2 de julio del presente año y el 14 de diciembre del 2020, pero también abordó todo lo relacionado a la materia que estudia, ya sea fenómenos espaciales y de ciencias, eclipses y otros eventos extraordinarios que ocurren en el sistema solar.
Respecto al fenómeno del cual seremos testigos, el astrónomo explicó que se podrá ver en la Región de Coquimbo, aunque recomendó que el mejor lugar para observar el fenómeno es La Higuera o Condoriaco, localidades situadas en la provincia de Elqui. A pesar de eso, Maza destacó que en Santiago «se va a ocultar el 92% del Sol, así que también se podrá ver de forma muy interesante el eclipse».
El académico de la Universidad de Chile aprovecho la instancia para contribuir a la prevención por parte de quienes quieran observar directamente al sol durante el inusual evento. “Todos tenemos una lupita en el cristalino, y si miramos para arriba, el cristalino nos va a quemar la retina. Así es que en un minuto la retina va a estar en llamas, pero en uno o dos segundos ya la retina puede tener un daño que podría ser irreparable», afirmó Maza, quien también sugirió el uso de lentes especiales hechos de cartón.
El profesor dividió a los eclipses en tres categorías. Están los parciales (los más comunes divisados de distintos sectores), los totales (donde la luna tapa al sol completamente) y los anulares (en el cual la luna deja un anillo en el sol).
El docente de 51 años destacó «el privilegio» de poder trabajar en Astronomía, lo que le ha permitido la posibilidad de «realizar investigaciones, que influencien a que niñas y niños se interesen por la ciencia».
