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La Izquierda seguirá gobernando el estado federado, que vuelve al «cordón sanitario» en torno a la derecha populista de AfD después del escándalo de la designación de Thomas Kemmerich con los votos de ese partido.
El estado federado de Turingia eligió este miércoles (04.03.2020) como nuevo jefe de gobierno al izquierdista Bodo Ramelow, un mes después del terremoto provocado por la designación para ese puesto del liberal Thomas Kemmerich, con los votos de la ultraderecha y la conservadora Unión Cristianodemócrata (CDU). En esta ocasión, tanto los liberales del FDP como los representantes de la CDU se abstuvieron, posibilitando así la elección del candidato de La Izquierda con los votos de los socialdemócratas (SPD) y de Los Verdes.
Ramelow invitó a la CDU de la canciller Angela Merkel a cooperar y agradeció que la sección local del partido haya finalmente posibilitado su elección, en contra de las directrices desde Berlín, cuya consigna era no propiciar gobiernos ni de La Izquierda ni de AfD. Ramelow se refería a un acuerdo alcanzado esta mañana para dar estabilidad a un gobierno en minoría de los grupos de izquierda y los verdes hasta que se convoquen nuevas elecciones para el año que viene.
«Cuento con el apoyo de los grupos democráticos de esta cámara», dijo Ramelow en su discurso después de la elección, en el que afirmó que el objetivo es que «ninguna mayoría destructiva» pueda surgir en el Parlamento regional. «Que no nos dejemos arrastrar por una facción que pone trampas», añadió en referencia a AfD.
Ramelow fue elegido por mayoría simple, en la tercera ronda de votaciones, y gobernará en minoría al frente de un tripartito con socialdemócratas y verdes que ya lideró en la anterior legislatura. El jefe de Alternativa para Alemania (AfD), Björn Höcke, representante del ala más cercana al neonazismo, había presentado su candidatura al cargo, que retiró para la tercera vuelta tras no haber obtenido ningún apoyo externo en las anteriores.
La votación de este miércoles sigue a la tormenta política desatada el pasado febrero por la elección del liberal Thomas Kemmerich, con el apoyo de la AfD y de la CDU de la canciller, que provocó un terremoto político en Berlín porque rompió de facto el «cordón sanitario» que descarta toda cooperación, directa o indirecta, con la AfD. El caso provocó la dimisión de varios cargos importantes del partido.
Para tratar de desbloquear la situación, la delegación regional de la CDU se abrió a «tolerar» la elección de Ramelow. Pero desde la central del partido se recordó la resolución aprobada a escala federal de no cooperar ni con La Izquierda ni con la AfD. La Izquierda es considerada por amplios sectores de la CDU como heredera de la Alemania comunista, aunque Ramelow representa al ala más moderada del partido y es el político más popular del ‘Land’, por el buen balance del tripartito que lo gobernó los últimos cuatro años.
