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Crédito: ATON
El líder de los empresarios, Juan Sutil, dijo que -hasta donde sabe- los respiradores chinos sí se usaron, pero se reemplazaron por otros equipos de «mejor calidad» que llegaron más adelante.
El año pasado, la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC) hizo una donación de 515 ventiladores mecánicos para contribuir al combate de la pandemia. Sin embargo, un informe técnico reveló que solamente 32 están operativos. Los 483 restantes están en las bodegas del Ministerio de Salud o custodiados por los recintos asistenciales.
De acuerdo a un reportaje de La Tercera, los respiradores que llegaban al país provenientes de China eran adicionados al conteo que el Gobierno informaba diariamente como disponibles, pero luego de una serie de revisiones se encontraron fallas que impidieron poner en uso la mayor parte de estos equipos.
De acuerdo al citado medio, los ventiladores costaron 10 mil millones de pesos y fueron adquiridos por la CPC luego que el Ministerio de Salud lo aprobara. A partir de allí, se revisaron los prospectos y nuevas marcas.
El reporte se emitió en enero, y para esa fecha sólo estaban operativos 28 ventiladores de la marca Aeonmed (modelos VG60 y VG70) y otros cuatro de la marca Mindray (V600) en los hospitales Metropolitano, Padre Hurtado, El Carmen, ex-Posta Central, El Pino y J.J. Aguirre.
Por otra parte, otro informe elaborado en el mes de abril reveló que 172 equipos sí fueron distribuidos y usados en las Unidades de Pacientes Críticos (UPC) del país.
Al respecto, desde la Subsecretaría de Redes Asistenciales explicaron que «efectivamente se distribuyeron en la red de salud en un momento en que los establecimientos hospitalarios se encontraban con una alta demanda asistencial. Si bien estos equipos cumplían con las condiciones técnicas básicas requeridas, en la medida de las posibilidades, fueron siendo reemplazados por equipos que poseían una tecnología más avanzada (…). Un número importante de estos ventiladores continúan en operación».
«Desde un inicio se sabía que algunos de estos respiradores no tenían representantes en Chile, por lo cual no existía un servicio técnico local ni disponibilidad de insumos. Si bien en su momento se realizó una licitación pública, no se presentaron oferentes, lo que trajo como consecuencia que, frente a cualquier desperfecto, se hacía necesario el retiro de los dispositivos», dicen en relación al informe técnico.
Además, el informe del departamento de equipo médico sugirió donar estos respiradores a instituciones públicas que hayan desarrollado prototipos de ventiladores mecánicos, o a los departamentos de electrónica o ingeniería biomédica de las universidades.
Asimismo, el presidente de la CPC, Juan Sutil, dijo que -hasta donde sabe- los respiradores chinos sí se usaron, pero se reemplazaron por otros equipos de «mejor calidad» que llegaron más adelante.
«La compra la hicimos con la dirección, autorización y consulta del Minsal, cuyo subsecretario de Redes Asistenciales era Arturo Zúñiga. Y la persona que se entendía con Guillermo Ariztía -representante de la CPC- era el doctor Andrés Llarena, quien decía ‘ok, autorizamos la compra de este equipo’ o nos decían ‘compren tal equipo’. Nosotros recibíamos las propuestas que nos enviaban nuestros representantes, o el embajador de Chile en China, Luis Schmidt. Todo lo que compramos era con el visto bueno de él (Llarena). Estos equipos en su mayoría se usaron y salvaron la vida de mucha gente», sostuvo el líder de los empresarios.
