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Crédito: ATON
La llegada el pasado lunes del comandante en jefe del Ejército, general Ricardo Martínez a la capilla de la Academia de Guerra, ubicada en la comuna de La Reina generó sorpresa en los presentes, pero por dos motivos distintos: los familiares agradecieron el gesto pero sus detractores se molestaron por su presencia, debido a que no tiene postura pública activa contra las condenas a oficiales en retiro en casos de violaciones a los derechos humanos (DD.HH) durante la dictadura de Augusto Pinochet.
El comandante en jefe del Ejército, general Ricardo Martínez, participó este lunes del velatorio de uno de sus compañeros de generación, el coronel (R) Marco Antonio Bustos, quien falleció de Covid el pasado 11 de septiembre y que estaba ingresado en Punta Peuco por crímenes de lesa humanidad.
Según reporta el diario La Tercera, la llegada del general Martínez a la capilla de la Academia de Guerra, ubicada en la comuna de La Reina generó sorpresa en los presentes, pero por dos motivos distintos: los familiares agradecieron el gesto pero sus detractores se molestaron por su presencia, debido a que no tiene postura pública activa contra las condenas a oficiales en retiro en casos de violaciones a los derechos humanos (DD.HH) durante la dictadura de Augusto Pinochet.
Uno de los representantes de los internos de Punta Peuco, el abogado Raúl Meza, señaló que “lamentamos profundamente la indolencia y deshumanización que ha demostrado el comandante en jefe del Ejército, Martínez Menanteau, con sus camaradas de armas que están cumpliendo condena en el penal de Punta Peuco, dejándolos en el más absoluto abandono frente al brote de contagio de covid-19″.
A lo que hace referencia el abogado es que Bustos es el cuarto fallecido por Covid-19 al interior de Punta Peuco, en donde hay otros 80 internos contagiados.
Marco Antonio Bustos cumplió, hasta el momento de su muerte, una condena por su participaron del secuestro de cinco integrantes del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), en septiembre de 1987. En el atentado participaron funcionarios de la Central Nacional de Inteligencia (CNI), del Batallón de Inteligencia del Ejército (BIE) y del Comando de Aviación del Ejército. Los secuestrados fueron participantes del FPMR: Julián Peña Maltés, Alejandro Pinochet Arenas, Manuel Sepúlveda Sánchez, Gonzalo Fuenzalida Navarrete y Julio Muñoz Otárola. Estos fueron posibles rehenes de canje por el coronel Carlos Carreño Barrera, quien fue secuestrado el 1 de septiembre por el FPMR.
