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Crédito: Agencia Uno
El rechazo que tuvo la acusación constitucional contra la ministra del Interior, Izkia Siches, por parte de algunos miembros de la UDI, no fue para respaldarla, sino todo lo contrario. Para mantenerla en el cargo, ya que su imagen -según señalan en la interna- favorece a que no se apruebe la próxima Carta Magna. Esto, argumentando que la gestión del Gobierno está vinculada con el proceso constituyente.
Uno de los temas que tensionó a la Unión Demócrata Independiente (UDI) durante el pasado martes, fue el apoyo que recibió la cuestión previa de la acusación constitucional contra la ministra del Interior, Izkia Siches, por parte de diversos gremialistas. Esto, en definitiva, significó el rechazo del líbelo, lo que provocó la acentuada y evidente molestia en la interna del Partido Republicano.
Según informa La Tercera, tras el hecho se lanzaron diversas acusaciones entre ambos partidos. De hecho, el diputado republicano Cristián Araya, se manifestó a través de redes sociales y acusó a su par de distrito, Guillermo Ramírez (UDI) de «defender» a la secretaria de Estado. Ante esto, el parlamentario lo tildó de «irresponsable y oportunista».
En los pasillos del Congreso las conversaciones continuaron, ya que, si bien desde el Partido Republicano sintieron que la AC tuvo sus frutos por los votos que logró, -pese a caerse-, de todas formas mostraron su molestia contra sus pares de la UDI, a quienes acusaron de no defender a las víctimas de los problemas de seguridad ciudadana, sostuvo el medio antes mencionado.
Detrás del rechazo a la acusación de la ministra Siches, la UDI indica que tiene una estrategia detrás de la acción. Esta es que buscar diferenciarse respecto de Partido Republicano y mostrarse como una colectividad más «moderna y dialogante» en la búsqueda de acuerdos.
La idea es un diseño elaborado -por referentes del partido- para que la UDI deje de ser vista como una colectividad que se ha opuesto históricamente a los cambios, por lo mismo dejaron de realizar acciones típicas con la finalidad de influir en la coyuntura.
A raíz de fue que el senador y presidente de la UDI, Javier Macaya, propuso reducir el quórum de las reformas constitucionales de 2/3. A esto se sumaron los senadores de la Democracia Cristiana, Matías Walker y Ximena Rincón para cambiar el quórum a 4/7.
Según el diputado Christian Moreira, «el hecho de que seamos más dialogantes con todos los otros partidos nos va a dar un liderazgo dentro de la centroderecha».
Otros personeros de la oposición, que comparten la acción de la UDI, indicaron que haberle dado «la espalda» a la AC, además de diferenciarse con el Partido Republicano, logra que Siches se haya mantenido en el cargo, ya que -en privado- señalan que su figura favorece al Rechazo, argumentando que la gestión del Gobierno está ligada con el proceso constituyente.
Esto ha provocado fracturas internas en la UDI, en la militancia «de base», ya que ven con recelo que el partido no tenga un rol más «fiscalizador» al Gobierno del Presidente de la República, Gabriel Boric.
