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El match perfecto detrás de uno de los vinos más premiados de Chile Gastronomía

El match perfecto detrás de uno de los vinos más premiados de Chile

Concebido como el primer vino ícono de la industria nacional, Don Melchor encontró la calidad e identidad en una de las zonas más privilegiadas a nivel mundial para la producción de Cabernet Sauvignon.


Su historia se remonta a 1987, cuando la marca presentó su primera cosecha. Desde dicha añada, Don Melchor demostró ante los ojos del mundo que Chile contaba con la capacidad y técnica para producir vinos de alta gama.

Para eso ha contado con la colaboración de la familia Boissenot, primero a través de Jacques Boissenot, reconocido asesor francés y consultor de grandes viñedos en Francia, y actualmente con la asesoría de su hijo, Eric Boissenot, quien elabora en conjunto con el director técnico y enólogo jefe de Don Melchor, Enrique Tirado, la mezcla final de este premiado vino.

Parte de ese éxito se inicia a los pies de la imponente Cordillera de los Andes. Allí se dan condiciones excepcionales para el cultivo del Cabernet Sauvignon que resaltan con el terroir de Puente Alto, en el Valle del Alto Maipo, a 650 metros sobre el nivel del mar, y moldean el carácter de este vino ícono.

Una de las características más importantes del viñedo es que se encuentra emplazado sobre la terraza aluvial más antigua del río Maipo. El suelo es pobre en nutrientes, pero diverso en su constitución, compuesto por arcillas, limos, arenas, gravas y piedras redondeadas debido a la erosión causada por glaciares que avanzaron desde las montañas hacia el valle, arrastrando material que luego dio origen a las terrazas. Estos suelos aseguran un buen drenaje y una baja fertilidad, lo que permite tener una restricción en el crecimiento vegetativo de las plantas, favoreciendo la concentración y madurez natural de los racimos.

Otro factor relevante en este terroir único es la influencia fría de la cordillera, que se manifiesta en forma de brisas frescas y en una gran amplitud térmica entre el día y la noche durante el periodo de madurez. Estas condiciones favorecen la maduración lenta y homogénea de los taninos, junto con la conservación de una acidez precisa, fruta roja fresca y una mayor concentración de color, aromas y sabores en los racimos.

El viñedo está conformado por 127 hectáreas, de las cuales 90% corresponden a Cabernet Sauvignon, 7,1% a Cabernet Franc, 1,9 % a Merlot y un 1% a Petit Verdot. A lo largo de los años se han identificado algunas diferencias en la expresión del viñedo, estableciendo siete parcelas de Cabernet Sauvignon, además de pequeñas parcelas de Cabernet Franc, Merlot y Petit Verdot.

El manejo de estas parcelas se realiza hilera por hilera, observando cuál es la necesidad de cada planta para poder lograr el equilibrio perfecto en concordancia con las características climáticas de cada año.

Esta combinación en la mezcla final de las diferentes parcelas de Cabernet Sauvignon, donde cada una aporta distintas notas o expresiones, permite mantener a través de todas las cosechas una personalidad única e irrepetible.

En palabras del enólogo Enrique Tirado, “el estilo, complejidad y fineza de Don Melchor nace del perfecto equilibrio entre el suelo pedregoso de Puente Alto, el viento frío que baja de la cordillera de los Andes, el generoso clima del valle del Alto Maipo, los años que han demorado sus parras para ofrecer sus mejores uvas y el cuidadoso trabajo en el viñedo”.

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