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Piñera aspira a que «cada chino coma una manzana y beba copa de vino chilenos»

No obstante, critica, por otro lado, tanto a China como a Estados Unidos por fomentar una guerra de divisas que amenaza con asfixiar a las economías bien gestionadas como la chilena al obligarlas a apreciar sus monedas.


El presidente de la República, Sebastián Piñera, aspira a que «cada chino coma diariamente una manzana y beba una copa de vino de Chile», las dos principales exportaciones no mineras de su país.

Así lo afirma en una entrevista que publica este miércoles el diario «Financial Times», en la que destaca que, aunque la Unión Europea (UE) es el mayor socio comercial de Chile, «y compartimos historia, valores y principios con Europa», China es ya el mayor mercado individual para sus exportaciones.

El Jefe de Estado dijo que Chile está también abierto a una mayor participación de las compañías mineras chinas pese a lo que el diario británico califica de mala reputación en materia de seguridad.

«Todo el mundo es bienvenido siempre y cuando respete nuestras leyes», asegura el mandatario, quien adelanta al mismo tiempo que normas van a cambiar en beneficio de los trabajadores con la promulgación, la próxima semana, de nuevas reglas de seguridad en el trabajo.

Durante su estancia en el Reino Unido, el Presidente se comprometió públicamente el lunes a garantizar por ley la seguridad de los mineros de su país y a fomentar allí una «cultura de respeto y protección de los trabajadores».

En su entrevista con el diario, Piñera critica, por otro lado, tanto a China como a Estados Unidos por fomentar una guerra de divisas que amenaza con asfixiar a las economías bien gestionadas como la chilena al obligarlas a apreciar sus monedas.

Desde el pasado junio el peso chileno se ha revalorizado en un 12 por ciento frente al dólar, lo que no representa tanto un problema para la minería, dado que los precios de los metales alcanzan récords, como para otros sectores.

Piñera asegura, sin embargo, que su país no seguirá el ejemplo del Brasil y no impondrá controles a la llegada de capitales, algo que ha hecho en el pasado.

«Somos una economía muy abierta. No estamos a favor de los controles de capitales a menos que tengamos que hacer frente a condiciones extraordinarias», afirma.

Incluso con la apreciación del peso, Chile puede ufanarse de un superávit de su balanza por cuenta corriente.

El Presidente dice no darse por satisfecho con el reconocimiento de su país como la economía mejor gestionada del continente sino que quiere que a final de esta década Chile se convierta en el primer país latinoamericano en considerarse ya desarrollado.

Es un gran reto el que tiene por delante, comenta el periódico, ya que Chile, que es el miembro más reciente de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), es al mismo tiempo el de mayores desigualdades sociales entre todos ellos.

Preguntado si ese reto exigirá mayores inversiones públicas en educación y formación, además de en regulación y supervisión laborales, Piñera explica que «el sector público necesita crear las condiciones para que la iniciativa privada invierta en esas áreas».

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