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China y EEUU acercan posiciones en el terreno económico

El acercamiento contrarrestó con las discrepancias sobre la situación de los derechos humanos en el país asiático, que según la secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, es sencillamente «deplorable».


China y EE.UU. acercaron posiciones en el terreno económico durante la nueva ronda de Diálogo Estratégico y Económico que concluyó hoy y en la que Washington alabó los «cambios prometedores» que se observan en Beijing.

«Vemos cambios muy prometedores en la dirección de la política económica china», dijo este martes el secretario del Tesoro de EE.UU., Timothy Geithner, durante la clausura de la tercera ronda de diálogo.

Por su parte, el viceprimer ministro chino Wang Qishan expresó el compromiso de su país con una mayor apertura comercial y de inversiones.

Wang indicó al final del encuentro de dos días en la capital estadounidense que las dos mayores economías mundiales reforzarán la cooperación en los derechos de propiedad intelectual, negociación de tratados de inversión bilaterales, seguridad alimentaria y calidad de productos.

El alto funcionario aseguró que su país persigue también «impulsar las reformas de la estructura económica global y construir gradualmente un orden económico justo y razonable».

Durante el encuentro, China se comprometió a dejar de exigir que las empresas que quieran acceder a licitaciones gubernamentales utilicen tecnología local.

«Esto es importante por supuesto para permitir que la tecnología estadounidense, que las firmas estadounidenses, pueden competir en igualdad de condiciones por oportunidades de negocios en China», afirmó hoy Geithner.

Por lo demás, el titular del Tesoro volvió a insistir en la necesidad de que China permita que su divisa, el yuan, «se aprecie más rápidamente y más ampliamente frente a las divisas de todos sus socios comerciales».

Geithner dijo que un yuan más fuerte permitirá a China luchar contra la inflación y facilitará su transición de una economía basada fundamentalmente en las exportaciones a otra con un mayor protagonismo de la demanda doméstica.

Valoró positivamente el que el yuan se haya apreciado un 5 % desde junio pasado y que el ritmo de apreciación anual sea de alrededor del 10 % cuando se tiene en cuenta la inflación.

Recordó, por lo demás, que los lazos entre ambos países son cada vez más estrechos y mencionó, en ese sentido, que las exportaciones estadounidenses hacia China aumentaron un 50 % más rápido el año pasado que hacia el resto del mundo.

Estados Unidos exportó bienes y servicios a China el año pasado por valor de 110.000 millones de dólares.

Durante las conversaciones que tuvieron lugar en Washington, China confirmó también sus planes de ofrecer 20.000 becas a estudiantes estadounidenses durante los próximos cuatro años.

El acercamiento en materia económica contrarrestó con las discrepancias sobre la situación de los derechos humanos en el país asiático, que según la secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, es sencillamente «deplorable».

La jefa de la diplomacia estadounidense aseguró hoy en la jornada de clausura del evento que las dos mayores economías mundiales abordaron todo tipo de temas, incluso los más espinosos, «como los derechos humanos».

Clinton, que denunció ayer la represión en China durante la sesión inaugural del evento, evitó ahondar hoy en las críticas durante su comparecencia conjunta con el viceprimer ministro chino Wang Qishan y el consejero de Estado chino Dai Bingguo.

En lugar de ello expresó su «satisfacción» con las conversaciones de alto nivel que, dijo, han conducido a un entendimiento más profundo entre los dos socios comerciales.

El tono cordial elegido para la clausura del encuentro contrasta con sus declaraciones a la revista «The Atlantic».

En una entrevista publicada hoy por la revista, la secretaria de Estado califica de «deplorable» la situación de los derechos humanos en China y dice que el país está asustado y preocupado por las revueltas árabes.

A raíz de eso, según Clinton, Beijing está «intentando detener el curso de la historia», en una aparente referencia a las recientes detenciones de activistas de derechos humanos.

Clinton aseguró que con esas políticas el país va «por el camino equivocado».

Preguntada hoy en rueda de prensa si las revueltas árabes podrían ser el detonante que ponga fin al régimen autoritario de Beijing, Clinton se limitó a decir que «cada país y cada región es diferente».

«Es muy difícil extraer conclusiones amplias» de lo ocurrido en el norte de Africa y Oriente Medio aplicables a China, dijo Clinton. EFE

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