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Griegos dan apabullante victoria a partido que promete acabar con la austeridad

Griegos dan apabullante victoria a partido que promete acabar con la austeridad

Líder de Syriza dice que el «pueblo le ha dado un mandato claro», lo que supone que Grecia cambia de rumbo y «deja la austeridad tras cinco años de humillación». Mercados muestran reacción mixta.


El partido Syriza gana las elecciones en Grecia y promete acabar con la austeridad.

Esa promesa tiene a los mercados temblando y pone a Grecia en conflicto director con la Unión Europea.

Al cierre de esta nota, el euro sufría una nueva caída y tocaba su menor nivel en 11 años, el cobre a futuro se transaba con pérdidas de más de 2% y por debajo de US$ 2.50 la libra, mientras que el petróleo caía a su menor nivel en seis años, a US$ 44.9 el barril. El gran ganador era el dólar.

El temor de los inversionistas es que Grecia se podría salir del euro y gatillar fuertes pérdidas a los bonistas si renegocia su masiva deuda. Se anticipa que todos los activos de riesgo, en especial los de los mercados emergentes, estarán bajo presión. En Europa el foco estaá en como los resultados golpean a los activos de Portugal, Italia y España.

Los ministros de finanzas de la Eurozona se reúnen hoy en Bruselas para discutir el impacto del resultado.

Cabe recordar que el euro ya venía presionado desde la semana pasada, luego que el Banco Central Europeo diera luz verde a un masivo programa de compra de bonos.

Eso sí, el partido liderado por Alexis Tsipras no podrá gobernar en solitario, pues, tras el recuento del 95% de los votos, alcanzaba el 36,4%, lo que le asegura 149 escaños, dos menos de los necesarios para la mayoría absoluta.



«El pueblo le ha dado un mandato claro» a Syriza, lo que supone que Grecia cambia de rumbo y «deja la austeridad tras cinco años de humillación», dijo Tsipras al dirigirse a los ciudadanos desde un palco colocado ante la universidad de Atenas.



«Hoy el pueblo griego ha escrito historia», exclamó el líder izquierdista.

Tsipras afirmó también que la decisión del pueblo griego hace que la troika de acreedores (integrada por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional) «sea pasado».



No obstante, dejó claro que «el nuevo Gobierno negociará con nuestros socios europeos», y añadió que presentará su propio plan de reformas «sin nuevos déficits pero tampoco sin superávits irrealizables».


Gesto conciliatorio


Tsipras tendió la mano a los que no han votado por él y afirmó que en estas elecciones no hay «ni vencedores ni vencidos» y que formará un gobierno «para todos los griegos».



«Hoy perdió la Grecia de los oligarcas y de los corruptos», y «ganó la Grecia del trabajo, del conocimiento y de la cultura… Ganó la Grecia que lucha y tiene esperanza», señaló el líder izquierdista entre los vítores de sus seguidores, que lanzaron incluso fuegos artificiales.



El gran derrotado de la jornada fue el primer ministro Andonis Samarás y sus conservadores de Nueva Democracia, que alcanzaron el 27,8% de los votos, lo que se traduce en 76 escaños.



Samarás evitó felicitar a su rival en público, pero, según la televisión estatal, lo hizo por teléfono.



En su breve comparecencia pública, en el centro de congresos de Zapeio, donde se había instalado el centro de prensa, Samarás evitó reconocer su derrota explícitamente y se limitó a señalar que reconocía la voluntad del pueblo.



«Hoy dejo un país que sale de la crisis miembro de la UE y del euro. Deseo que el próximo Gobierno mantenga estos éxitos», añadió.



El primer ministro saliente afirmó que espera que «no se cumplan mis previsiones», y aunque no precisó a qué se refería, aludió con ello a los malos augurios pronunciados durante su campaña electoral para el caso de una victoria de Syriza.



Samarás basó buena parte de su campaña en vaticinar una Grecia fuera del euro y en bancarrota si se producía un triunfo del partido izquierdista.



Uno de los vencedores de la jornada fue el partido neonazi Amanecer Dorado, que pese a tener a la mayor parte de su cúpula en la cárcel por presuntos delitos criminales, obtuvo un 6,3 %, lo que supone 17 escaños.

La probable clave del futuro gobierno la constituye el partido centrista To Potami (El Río), que en cuarta posición, con el 6 % y 17 escaños, se convierte en aliado natural de Syriza, si bien en la campaña el líder de esta formación, Stavros Theodorakis, evitó pronunciarse en ese sentido.



En una primera reacción, Theodorakis se limitó a señalar que no «colaboraremos con partidos antieuropeos», pero afirmó que es pronto para «entrar en detalles» sobre una posible cooperación con Syriza.

 Los comunistas del KKE obtuvieron un 5,5 % de los votos, lo que se traduce en 15 escaños, y los nacionalistas de derechas Griegos Independientes el 4,7 % y 13 escaños.



Otro gran perdedor de estas elecciones fue el cogubernamental partido socialdemócrata Pasok, que perdió dos tercios de los votos frente a las elecciones de junio de 2012 y se quedó en un 4,7 % y 13 escaños.



El líder de Pasok, Evangelos Venizelos, reconoció el mal resultado y, aunque felicitó a Syriza, le recordó que «la actual situación griega necesita de mayorías más amplias».



Según Venizelos, gran parte de la responsabilidad de esta caída socialista la tiene el ex primer ministro Yorgos Papandreu «que provocó una escisión por razones personales».



El partido recién creado de Papandreu, el Movimiento de los Socialistas Demócratas, no logró superar el 3 por ciento mínimo para acceder al Parlamento, al obtener solo un 2,5 %.



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