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Opinión: Cómo valorizar el CDF bajo un escrutinio competitivo

Opinión: Cómo valorizar el CDF bajo un escrutinio competitivo

Como hay quienes creen que uno es un «animal raro que busca marcianos donde no los hay», no me ampararé en lo que yo crea sino que en lo que sostiene la propia FNE, la que al respecto, en una investigación de marzo de 2015 que afectó a CDF, archivada por no haber ilícito alguno de parte de este, dijo en su considerando 19: «(…) Dado que CDF es el titular exclusivo de los derechos audiovisuales de este campeonato, puede considerarse que tiene una posición monopólica en este mercado». Entonces, cabe señalar que, a juicio de la FNE, existe una posición monopólica.


Existe la posibilidad cierta de que la totalidad del porcentaje de CDF o bien una fracción de este, hoy propiedad de «Gestión Televisión Limitada», sea adquirida por los clubes profesionales de fútbol, debidamente representados por la ANFP. Para tal objeto, se habrían encargado estudios que permitirían valorizar a CDF.

En ese contexto, Diario Financiero informó, en su edición del día viernes 5 de junio, que se le habría encomendado a BTG Pactual la elaboración de un estudio, el que debiera estar prontamente concluido. Por otra parte, La Tercera, en su edición de negocios del domingo 14 del mismo mes, nos adelantó un informe de PwC sobre la materia. Esta última, y sobre la base de una serie de proyecciones al amparo del incremento del número de abonados en sus diversos planes y la fuerte penetración de la televisión por pago, valorizó a CDF en US$967 millones. Para estimar dicho valor, dice el reportaje, se empleó el método de los flujos de caja descontado y se aplicó una tasa de descuento del 10,8%.

Este articulista no quiere poner en discusión el modelo empleado ni menos contravenir la excelente gestión que don Jorge Claro y su equipo han hecho en torno a un producto en el que pocos creían años atrás, salvo él, su señora e hijos, así como un pequeño puñado de dirigentes del fútbol de aquella época.

Sí manifiesta, y respetuosamente con altura de miras, reparos en torno al modelo de tasación de un producto como CDF en el que, creo, debe considerarse cómo valorizar contingencias que a todos los socios debieran interesar, para una adecuada e informada toma de decisiones, como la eventual compra de un paquete de una sociedad, ya integrada verticalmente, y en un entorno no competitivo.

Nos referimos entonces a aspectos de libre competencia. Porque proyectar el flujo de caja para los próximos años no es lo difícil; observar cómo entender las contingencias y plantear la solución, es lo desafiante. De ahí que toda valorización seria debe contemplar distintos escenarios.

¿Es CDF un monopolio?

Es, justamente, la consolidación de todas las competencias profesionales nacionales organizadas bajo el paraguas de la ANFP lo que esta aporta a CDF. Y ello confiere un monopolio respecto de ese mercado relevante. Luego, CDF es el único canal que posee los derechos de transmisión audiovisuales de los campeonatos profesionales organizados por la ANFP, sin que exista competencia alguna.

Como hay quienes creen que uno es un «animal raro que busca marcianos donde no los hay», no me ampararé en lo que yo crea sino que en lo que sostiene la propia FNE, la que al respecto, en una investigación de marzo de 2015 que afectó a CDF, archivada por no haber ilícito alguno de parte de este, dijo en su considerando 19: «(…) Dado que CDF es el titular exclusivo de los derechos audiovisuales de este campeonato, puede considerarse que tiene una posición monopólica en este mercado.»

Entonces, cabe señalar que, a juicio de la FNE, existe una posición monopólica.

Ahora bien, y despejada esta incógnita, ¿conlleva un riesgo dicha posición? Para unos, probablemente no, en tanto no se abuse de dicha posición. Nosotros creemos que sí hay un riesgo, desde el minuto en que se es actor exclusivo y, por tanto, podría ser objeto de regulación de parte de la autoridad de competencia, como cualquier monopolio natural y bajo ciertos escenarios, o a requerimiento de un tercero como la FNE.

En consecuencia, lo que para unos es un preciado activo, y que significa en otras palabras la proyección perpetua de un modelo de negocios y, por consiguiente, un flujo asegurado por los próximos años, es, justamente, lo que para un regulador pudiera parecer sospechoso y, consecuentemente, susceptible de regular. De eso se trata, precisamente, la temática antitrust. Desconocerlo o bien ignorarlo puede conllevar serias consecuencias para todo emprendimiento. Peor para uno como este, donde los precios, como dice el artículo de La Tercera, no guardan comparación con el resto del mercado de la televisión. Jactarse de aquello es curiosamente contradictorio, porque puede prender las alarmas del regulador.

Interrogantes a resolver

Descrito lo anterior, cabe resolver ciertas inquietudes analizando el tema desde la óptica de un eventual competidor o desafiante.

¿Qué pasa si un tercero, cualquiera, pretendiera adquirir los derechos del fútbol nacional y luego venderlos a través de su parrilla de cable o bien online?, ¿puede este, hoy, viendo la proyección del negocio, desafiar a CDF? Si la respuesta es negativa, ¿qué consecuencias traería para los socios de CDF si este tercero acude a instancias como el TDLC? ¿Resultaría indemne de ello CDF? Por otra parte, ¿puede la FNE o bien el TDLC intervenir en la materia, o este es un escenario irreal o poco factible?

En otras palabras, la perpetuidad de las barreras de entrada, como la integración vertical habida respecto de CDF, no es conveniente como posible de perpetuar desde la óptica de la libre competencia. Curioso o no, en algunos casos incluso podría incrementarse aún más el valor del producto fútbol, si un tercero quisiera desafiar tales derechos. Frente a ello, ¿sería un acto de locura pensar que CDF pudiera ser algún día regulado, cual monopolio natural, o bien si fuere un monopolio autorizado por ley, en sus excedentes, o bien que el regulador le obligase a participar de licitaciones abiertas y competitivas cada 5 años junto a otros interesados en los derechos de TV, por ejemplo? Y en caso de que así fuera, ¿cuál sería su proyección económica en el tiempo?, ¿cómo afectaría esto a la distribución de las utilidades como excedentes hacia los socios?

Finalmente, quizás, y para atenuar dichas inquietudes, ¿no convendrá acaso, o bien sea más prudente, descomprimir poco a poco la integración vertical, y con ello, en vez de adquirir un porcentaje de parte de los clubes, salir a vender, todos, un paquete mayoritario mediando un proceso abierto, transparente, competitivo y serio, con limitantes, claro está, de manera que no ocurra, por ejemplo, que un tercero que es dueño tanto de un club de fútbol como de un canal de TV pueda participar en ella, tal como ocurrió con los derechos de la selección de fútbol, y que los ingresos de los clubes queden depositados como administrados por un agente externo, que bien puede ser el señor Claro a través de su consultora, o bien un actor distinto del fútbol, de manera de asegurar su ingreso periódico a las arcas de los clubes como la ANFP?

Curioso o no, para los analistas de mercado, elementos inherentes a la competencia son frecuentemente ignorados en sus estudios. Se me vienen a la mente casos como el de la Sudamericana de Vapores, LAN o bien CAP, todas acciones recomendadas hace unos años pero que hoy presentan ostensibles bajas porque, entre otras, se obviaron en su minuto aspectos de competencia. Para los casos de la naviera como de la línea aérea, la apertura e ingreso a determinados mercados les significó enfrentar agentes más dinámicos y, para el caso de la acerera, la baja de aranceles y la suscripción de TLC significó que ingresara competencia foránea en un mercado donde antes, tanto CAP como Gerdau controlaban, sin desafío alguno, el 90% del mercado. Y todo cambió radicalmente en sólo 5 años.

Esperamos que todas estas contingencias sean debidamente recabadas por los referidos informes encargados por la ANFP, cómo estas contingencias se verían reflejadas en el precio de la sociedad como eventuales medidas de solución o mitigación de las mismas. Solo así, se podría valorizar correctamente el producto y, sobre la base de ello, tomar las mejores decisiones para todos los asociados. Entender un modelo de negocios a partir de ecuaciones es medianamente fácil. Analizar barreras de entrada, costos de reposición, así como eventuales regulaciones y plantear su solución, constituye un desafío mayor que no puede ni debe ser ignorado, en este caso, tanto por los mandantes como mandatarios.

Gonzalo Cruzat Valdés*
Abogado

*Quien suscribe esta columna asesora al Club de Deportes Santiago Morning S.A.D.P.

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