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Solo en Argentina: rendimientos de bonos de menos de 3% despiertan entusiasmo

Solo en Argentina: rendimientos de bonos de menos de 3% despiertan entusiasmo

Si bien los bonos rinden menos de 3,1 por ciento, se trata de un precio bajo a pagar en un país donde los controles de capital han llevado a la proliferación de paridades cambiarias en el mercado negro y a una inflación que ha diluido el valor de los depósitos en pesos.


Los argentinos se apresuran a comprar bonos que, en momentos normales, no harían sino infligir pérdidas a los compradores.

En Argentina, sin embargo, prácticamente no hay nada que se inscriba en parámetros normales en estos días.

A medida que se acercan las elecciones de octubre, cada vez son más quienes consideran que el próximo gobierno devaluará el peso, que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner ha mantenido artificialmente fuerte en la paridad cambiaria oficial. Una de las operaciones más populares ha sido la compra de bonos en pesos vinculados al dólar, que protegen a los inversores de una depreciación.

Si bien los bonos rinden menos de 3,1 por ciento, se trata de un precio bajo a pagar en un país donde los controles de capital han llevado a la proliferación de paridades cambiarias en el mercado negro y a una inflación que ha diluido el valor de los depósitos en pesos. Las compañías extranjeras, que no pueden repatriar dividendos debido a los controles, también compran los valores como cobertura contra una posible devaluación, que se ha vuelto más probable en momentos en que socios comerciales desde Brasil hasta China debilitan sus monedas, dijo Eduardo Levy-Yetati, director de la consultora económica Elypsis.

“Se obtiene un retorno positivo en pesos reales a pesar de que, debido a la devaluación, se tiene un retorno negativo en dólares”, dijo desde Buenos Aires Levy-Yetai, un ex estratega de Barclays Plc.

Devaluación esperada

El gobierno vendió el martes el equivalente de US$1.100 millones de bonos vinculados al dólar con vencimiento en 2017, la primera venta de ese tipo en nueve meses. La demanda fue de casi el triple que la venta planeada originalmente de US$500 millones y le permitió al gobierno vender los pagarés de 0,75 por ciento con una prima de 106 centavos, lo que se traduce en un rendimiento de menos 3,1 por ciento.

Los bonos vinculados al dólar con vencimiento en octubre de 2016 vendidos el año pasado rinden en la actualidad menos 4,7 por ciento, según datos que recopiló la firma de operaciones Puente, que tiene sede en Buenos Aires.

Los inversores los compran con pesos a la paridad oficial y reciben intereses y capital a la paridad del día. Los contratos a futuro del mercado local indican que el peso podría caer a 11,6 en los próximos 12 meses o aun más, a 14,19 por dólar, según los contratos offshore.

Se trata de una de las pocas fuentes de financiamiento que le quedan al gobierno. En momentos en que fondos de cobertura impiden que Argentina obtenga moneda fuerte en los mercados internacionales de bonos, la deuda vinculada al dólar se ha convertido en la opción más atractiva.

La medida también contribuye a proporcionar un alivio temporario al déficit presupuestario, que se encamina a ser el mayor desde por lo menos 2002.

La compra de bonos con rendimiento negativo no es una idea tan extravagante en un país como Argentina. El gobierno ha restringido la capacidad de repatriación de dividendos de las compañías extranjeras desde 2011, mientras que ahorrar en pesos suele dar pérdidas debido a que la tasa de depósito de referencia está rezagada respecto de la inflación anual.

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