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La delación compensada funciona Columna de opinión

La delación compensada funciona

Paola Cabezas
Por : Paola Cabezas Abogada y militante de Ciudadanaos
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«La ‘gracia’ de la delación compensada, que debe ser reforzada y no reemplazada por penas de cárcel, es que crea desconfianza entre los coludidos, los enfrenta a pensar ‘¿quién delatará primero?’, porque, obviamente, ese tiene mayores beneficios, y le permite a la FNE tener todas las pruebas disponibles para condenar al resto».


Repitan la consigna de la semana pasada: “Lagos provocó impunidad cuando dejó la colusión sin pena”.

Si bien es cierto el contexto no es menor, habían pasado dos décadas en que cero condenas se habían logrado en casos de colusión, y cero casos habían sido expuestos a la luz pública.

Se entendió que la colusión era imposible de perseguir efectivamente por métodos tradicionales –básicamente amenaza de penas de cárcel–, y que por eso dichas normas, que exponían a la cárcel a los coludidos, no eran más que letra muerta.

El Estado, con recursos limitados, se enfrenta a empresas que si pretenden coludirse tienen recursos ilimitados, redes de protección y mentes brillantes preocupándose de no dejar huella. Se entendió que esto no es delincuencia común.

Desde 2003, con la creación del Tribunal de Defensa de la Libre Competencia, la elección por sistema de Alta Dirección Pública del Fiscal Nacional Económico y la introducción de la figura de la Delación Compensada, se han visto los cambios.

Pareciera que incluso el combate por la libre competencia es una política de Estado, o eso se entendió cuando la Presidenta Bachelet mantuvo al fiscal nombrado por el Presidente Piñera. Así, ha caído el cartel de los pollos, con multas por 60 millones de dólares. Cayó el cartel de las farmacias, con multas de 20 millones de dólares, cayeron colusiones menores como la de microbuses, y hoy la del papel higiénico.

Lo más importante, aún cuando puede sonar ingenuo, los precios deberían estabilizarse y empresas no coludidas deberían empezar a recuperar mercado, logrando mejores precios para el consumidor.

La “gracia” de la delación compensada, que debe ser reforzada y no reemplazada por penas de cárcel, es que crea desconfianza entre los coludidos, los enfrenta a pensar «¿quién delatara primero?», porque, obviamente, ese tiene mayores beneficios, y le permite a la FNE tener todas las pruebas disponibles para condenar al resto.

Tenemos que considerar que una cosa es que la FNE sospeche de conductas, pero distinto es que tenga cómo probarlas, eso provoca la delación: que se entreguen esos antecedentes para condenar al resto y detener el delito. El abogado constitucionalista Patricio Zapata comparó brillantemente la delación con un abrelatas de la colusión.

El sistema está funcionando y así lo sostienen los expertos que se oponen a penas de cárcel. Por eso la discusión de mejorar la delación compensada debe ser pensanda en fortalecerla y no reemplazarla, estudiar medidas como revisar la oportunidad de la delación compensada.

Suena fuerte que la multa sea cero al solicitar acogerse a una delación con una investigación ya en curso.

Si se estudiaran penas de cárcel, por ejemplo, que no sean un obstáculo a la delación. Por supuesto que es necesario subir multas, además de que el acogerse a la delación no signifique absolverse de ella por completo. Lo más importante, legislar acciones específicas para compensar a los consumidores y despertar el proyecto que duerme en el Congreso.

Sí, estoy defendiendo la delación, postulando, como lo hace la academia, que la cárcel no ayudará mucho… no me apedreen.

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