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Fondos de Pensiones huyeron de las acciones en junio por Brexit y tienen US$ 4.000 millones más en renta fija

Según informe del Bci, durante junio la cartera de Renta Fija Local de las AFP mostró una inversión neta de US$714 millones, llevando el portafolio a un valor de mercado de US$82.565 millones, en medio de turbulencias en mercados por efecto de crisis del Brexit.


En medio de las turbulencias generadas en los mercados internacionales, las AFP están moviendo sus fichas para refugiarse en inversiones que disminuyan la volatilidad de la rentabilidad.

Junto con ello, el masivo traspaso que han estado realizando los afiliados a las administradoras desde fondos riesgosos (A y B) que invierten en acciones a fondos conservadores (D y principalmente E) que destinan los ahorros fundamentalmente a instrumentos de renta fija, con bajo riesgo pero también con menor retorno.

De hecho, las últimas cifras de la Superintendencia de Pensiones muestran que en abril pasado el Fondo E captó más de 13 mil traspasos por montos cercanos a US$ 315 millones. De hecho, el 53% de los traspasos desde el fondo A fueron justamente al E, fondo que solo invierte hasta un 5% en acciones, el resto en deuda del Banco Central o de la Tesorería General de la República, fundamentalmente.

En estas condiciones, en junio las AFP se volcaron con todo a sacar dinero desde los fondos riesgosos, es decir, vendieron acciones y apostaron a elevar su exposición en renta fija local (RFL).

Según un informe elaborado por BCI Corporate & Investment Banking, durante el mes de junio, la cartera de Renta Fija Local (RFL) de las AFP mostró una inversión neta de US$714 millones, llevando lo que disparó el portafolio a alcanzar un valor de mercado de US$82.565 millones, unos US$3.872 millones más que al mes de mayo.

Con esta nueva inversión, dice el banco, se acrecienta la posición de las administradoras de fondos de pensiones en RFL, tendencia que ya se venía repitiendo desde abril, pero que se termina de consolidar.

Esta tendencia de flujo de afiliados a fondos más conservadores ya se vio –aunque con una profundidad muy superior en ese momento– en 2008 por la crisis subprime. Si la percepción de la gente es que continuarán las malas noticias en Europa, la historia indica que habrá menos dinero disponible para comprar acciones desde las AFP. Aunque julio marcó la paradoja con los remates de paquetes de acciones de Falabella y Cencosud, que impulsaron fuertes desembolsos de ahorros de los trabajadores gestionados por las AFP.

Los bonos nominales de Tesorería han estado como los más apetecidos por las AFP. Dice Bci que, según el calendario de colocación de deuda local, se ha constituido en una de las pocas fuentes de oferta de papeles benchmark al mercado primario. «Adicionalmente, parte importante de la demanda en el programa de switch de títulos de Tesorería ha sido conformada por las administradoras. Con ello, las AFPs han actuado privilegiando activos nominales en un contexto de persistente caída en los rendimientos de este tipo de instrumentos», señala el informe.

Durante junio, la inversión neta en BTP alcanzó los US$2.252 millones (+US$941 millones respecto a mayo), seguida de bonos bancarios en pesos por US$161 millones y bonos bancarios en UF por US$83 millones.

Entre las desinversiones netas por instrumento, los BTU mostraron el menor interés de las administradoras (US$951 millones), seguido de salidas en Depósitos a Plazo en UF por US$352 millones. «La pérdida de atractivo de instrumentos indexados a inflación se da en un contexto donde el tipo de cambio mostró una apreciación de 4,9%, recortando las mediciones de expectativas inflacionarias implícitas en instrumentos de RFL. El escaso devengo proyectado, sumado a una expectativa de fuerte caída en la inflación, probablemente fue el factor que motivó la retirada de posiciones desde instrumentos en UF», indica Bci.

El impacto de la crisis del Brexit atemoriza a los mercados. Estamos ante un contexto de alta incertidumbre y volatilidad previas al referendo en Reino Unido por la salida de la Unión Europea (UE).

El 23 de junio, la decisión de concretar el Brexit gatilló una fuerte aversión al riesgo que terminó por favorecer importantes caídas en tasas externas y apreciación del dólar a nivel multilateral, como un efecto fly-to-quality de corto plazo.

Los temores de un evento de mayor tensión financiera y un deterioro más sistémico en Europa que se traspase al resto del mundo, motivó a las administradoras a moderar su exposición en los mercados internacionales, apostando a buscar refugio en instrumentos de renta fija, explica el banco. Adicionalmente, existe la sensación instalada de que la normalización monetaria tardará, lo que profundiza los plazos en que invierten las gestoras en estos instrumentos, buscando protegerse.

En junio, la duración ponderada por inversión neta en activos de renta fija aumenta desde 7,52 a 7,69 años, alza que parece poco relevante dentro la curva de bonos, pero que en términos del monto administrado constituye una mayor demanda por alargar el perfil temporal del portafolio, señala Bci, que atribuye este fenómeno, preliminarmente, a la caída en rendimientos de instrumentos de más largo plazo.

«En la medida que volvamos a un sesgo neutral de política y se observen mayores caídas en tasas largas en economías desarrolladas, no sería extraño observar un mayor alargamiento en la duración del portafolio de RFL en los próximos meses», recalca.

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