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La propuesta que analizó Hacienda y que abre ventana para romper el sistema de pensiones Bachelet encabezó reunión de tres horas con ministros para analizar escenario

La propuesta que analizó Hacienda y que abre ventana para romper el sistema de pensiones

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Héctor Cárcamo
Por : Héctor Cárcamo Periodista El Mostrador Mercados
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Como parte del trabajo de apoyo al Comité Interministerial que ve las propuestas de la Comisión Bravo, la Dirección de Presupuesto modeló una idea de Nicolás Barr que busca elevar la cotización en 4 puntos y llevarla al pilar solidario y no a las cuentas individuales que administran las AFP. El aumento sería a cuenta de los empleadores. Fuentes que conocen las discusiones aseguran que esta idea es la que hasta ahora ha ido tomando peso en La Moneda.


En silencio ha sido el trabajo del Comité de Ministros a cargo de evaluar las propuestas de la Comisión Bravo. Aunque pusieron el acelerador hace pocos meses, lo cierto es que ya hay algunos resultados y los cálculos podrían generar novedades importantes si el Gobierno se decide a avanzar en medidas que eleven las escuálidas pensiones que hoy se pagan en Chile.

Al menos eso es lo que dejan en claro algunos números que ha lanzado a la mesa del Comité la Dirección de Presupuestos (Dipres), dependiente de Hacienda, y que está encargada de “ponerles números” a las tres propuestas globales que surgieron en 2015 de la Comisión Bravo. El grupo A, que obtuvo 12 votos, defiende propuestas que no toquen la capitalización individual; el B (con 11 votos) va por instalar un pilar de reparto paralelo al de cuentas individuales; mientras que el C (1 voto), planteaba cambiar por completo el modelo actual y avanzar a un sistema de reparto.

En este contexto, el Comité encargó a la Dipres calcular los costos fiscales y el impacto en mejorar el monto de las jubilaciones en cada una de las proposiciones.

Ya lo hizo con la A, mientras aún funcionaba la Comisión Bravo, y ahora la Dipres ya ha realizado algunos ejercicios para este grupo de planteamientos que van en la línea más conservadora de las ideas de cambio y que hasta ahora han evidenciado sintonía con la actitud timorata del Gobierno a la hora de definir qué hará.

Según fuentes bien informadas consultadas por este medio, la simulación de la Dipres se hizo sobre la base de un ejercicio estadístico de Nicolás Barr, un prominente doctor en economía de la Universidad de California, Berkeley.

Experto en sistemas de pensiones, incluido el chileno, y profesor de Economía Pública de la London School of Economics, Barr –quien apoyó la propuesta A, donde también se matriculó David Bravo– hizo un análisis de las pensiones autofinanciadas, buscando el punto medio (mediana) entre la más baja y la más alta, lo que le permitió acercarse al grupo más concentrado de afiliados, que muestran pensiones entre 120 mil y 170 mil pesos mensuales.

Este trabajo apuntaba a identificar el segmento de afiliados con pensiones autofinanciadas bajas o subsidiadas por el Estado y pensar en medidas que los beneficie a ellos en particular (y los próximos a pensionarse), intentando reducir la insatisfacción de los casi 10 millones de afiliados (y menos de 6 millones de cotizaciones) del sistema.

La complejidad para el Gobierno es que no tiene recursos para elevar los aportes al pilar solidario –en el que gasta casi US$ 1.700 millones al año–, creado en 2008, de manera que las alternativas van por buscar recursos del mundo privado.

Las alternativas son dos: sacarle una parte de la torta actual al sistema de capitalización individual –algo que no prende mucho en el Gobierno por la disputa que generaría con el sistema financiero– o elevar las cotizaciones y usar parte de esos recursos para mejorar las pensiones.

Justamente ese último fue el ejercicio que hizo la Dipres. Según las fuentes, la modelación que se realizó calculó elevar en cuatro puntos porcentuales la cotización y que ese porcentaje no vaya a las cuentas individuales que administran las AFP, sino a un fondo para luego destinarlo al aumento del Pilar Solidario y desde ahí elevar las pensiones actuales.

Aunque no es una fórmula directa de reparto como se conoce en otras partes del mundo, lo cierto es que impediría a las AFP expandir los flujos que reciben cada mes, dichos dineros no irían a la inversión en los mercados financieros y sí se usarían para el gasto que requiere actualmente el sistema para mejorar las pensiones ahora.

Las modelaciones –cuentan las fuentes– indican alzas importantes en las tasas de reemplazo (el valor de las pensiones en relación con el sueldo de los últimos diez años antes de la jubilación). Según los cálculos que hizo la Comisión Bravo en su momento, en las próximas décadas podríamos ver tasas de reemplazo cercanas al 22% –es decir, si ganó un sueldo de 100 mil en los últimos diez años antes de jubilar, su pensión sería de 22 mil– en el caso de las autofinanciadas (sin aportes del Estado) y de 34% con Pilar Solidario.

El objetivo es subir esos números. Y la creativa fórmula de reparto parcial referida cumpliría parte del objetivo. Según la información recabada, esos cuatro puntos instalados en el Pilar Solidario y focalizados en el grupo de pensionados identificados por Barr, permitirían elevar la tasa de reemplazo para pensiones con aportes del Pilar, desde el 34% señalado hasta casi un 50% hacia el 2040. Eso sí, al usarse parte de los recursos ahora, las pensiones comenzarían a subir desde ya.

No obstante, aunque Valdés ha querido evitar un costo para el fisco, lo cierto es que aún estas modelaciones significarán costos importantes para el Estado. No porque deba financiar el pilar solidario, sino porque el fisco también es empleador y, como la simulación apunta a elevar la cotización en cuatro puntos, eso significaría un costo en el presupuesto anual equivalente.

Una fuente del sector reconoce que esta idea es la que hasta ahora ha ido tomando peso en el Gobierno –pese al hermetismo– e incluso aventura que el costo para el fisco sería cercano a los US$ 700 millones para elevar la tasa de sus trabajadores contratados. Una cifra difícil de absorber por Valdés, pero que podría abrir la puerta a romper parcialmente el sistema de capitalización individual, que mejoraría las pensiones desde ahora y podría aliviar la presión política que tiene en sus hombros la Presidenta Bachelet.

Pero esta no es la única fórmula que se está evaluando. Siguiendo el mandato, Dipres debiera presentar en los próximos días una modelación para la propuesta B y, en dos semanas, otra sobre la propuesta C. Recién entonces el Comité de Ministros –que encabeza la ministra del Trabajo y Previsión Social, Ximena Rincón, pero donde ronca con fuerza el titular de la Secretaría General de la Presidencia, Nicolás Eyzaguirre– podría comenzar a definir caminos. Al menos ahora ya tienen una idea sobre la mesa.

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