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Hacienda revela que presupuesto 2017 será financiado con hasta US$ 11.500 millones de deuda y resultará en que Chile pierda su rol de ser el único acreedor neto de la región Déficit fiscal se ampliaría a 3,3%, el segundo mayor en democracia

Hacienda revela que presupuesto 2017 será financiado con hasta US$ 11.500 millones de deuda y resultará en que Chile pierda su rol de ser el único acreedor neto de la región

El gasto fiscal aumentará 2,7 por ciento en 2017, empujando la deuda nacional a aproximadamente el 25,3 por ciento del PIB a finales de 2017, dijo Valdés. El Gobierno tenía US$26.700 millones en fondos soberanos en mayo. Felipe Alarcón, analista de Euroamerica, sostiene que no se puede descartar un cambio de perspectiva para la deuda chilena por parte de las clasificadoras de riesgo. El ministro de Hacienda detalló que prefirió endeudarse antes que recurrir a los fondos soberanos y así aprovechar las tasas de interés que siguen estando a bajas históricas. Añadió, asimismo, que Reforma Tributaria ha sido clave para compensar derrumbe de ingresos de la minería.


El presupuesto más austero de Chile en 14 años no impedirá que el país pierda el derecho a decir que es el único acreedor neto del continente americano en 2017.

El déficit de presupuesto se ampliará hasta 3,3 por ciento del PIB en 2017, desde alrededor de 3,1 por ciento este año, dijo el ministro de Hacienda Rodrigo Valdés ante la Comisión Especial Mixta de Presupuestos del Congreso.

Se trata del segundo mayor déficit desde que el país regresó a la democracia hace 26 años y suficiente para que las deudas del país superen a sus ahorros, de acuerdo con el Ministerio de Hacienda. Ese déficit será financiado con US$ 11.500 millones de deuda.

Hacienda explica que, de este total, US$ 9 mil millones se destinarán a emisiones de deuda en el mercado para financiar el déficit, US$1.000 millones para hacer operaciones relativas a los bonos de reconocimiento, US$1.000 millones para el Fondo de Reserva de Pensiones (FRP) y US$ 500 millones para operaciones con organismos multilaterales.

Valdés explicó a los parlamentarios que prefirió endeudarse antes que recurrir a los fondos soberanos y así aprovechar las tasas de interés que siguen estando a bajas históricas. “Dado el nivel donde están las tasas de interés en el mundo y en Chile, hemos llegado a la conclusión de que conviene financiarlo con deuda, cuidando nuestros activos financieros”. Pero aclaró que esa decisión podría modificarse “si la situación de tasas de interés cambiara y se hiciera más caro emitir deuda”.

El ministro calificó al presupuesto como “responsable, no es ni austero ni suelto”, al tiempo que detalló que se construyó “sobre supuestos muy realistas y siguiendo nuestra regla fiscal de manera muy precisa”, agregando que, junto al avance de las políticas sociales, “lo que estamos protegiendo al tener un presupuesto responsable es tener tasas de interés bajas, que benefician a todos, a las empresas que se endeudan y a las familias que toman créditos hipotecarios”.

“Creo que el clima no se arreglaría con una política fiscal moderadamente expansiva que rompa la regla y tratar de convencer al sector privado de que estamos haciendo más inversión pública de un tipo. Estos temas son debatibles pero, en nuestra opinión, eso sería más contractivo que el efecto expansivo de la política fiscal”, señaló el secretario de Estado, haciendo referencia al tema de las confianzas mermadas entre los empresarios.

Agregó que ahora “la pelota está más claramente en el sector privado, estamos haciendo un esfuerzo fiscal para mantener las tasas de interés bajas y para que haya cancha para ello. Estamos mostrando que este Gobierno, como todos los anteriores, han sido muy responsables con las políticas fiscales y, por lo tanto, estos temas de credibilidad, de confianza, al menos en el ámbito fiscal, tienen que darse por superados”. Añadió, asimismo, que “lo más importante para los mercados internacionales es ver un país ordenado que vive con un plan claro y que cumple ese plan”.

El desplome en el precio del cobre y el aumento del gasto en educación y salud están haciendo subir la deuda en un momento en que la economía está soportando su tercer año de crecimiento lento. La respuesta de Valdés es limitar el gasto como medida precautoria para mantener la calificación de crédito del país de AA-, la más alta de América Latina. Tendrá que continuar con ese esfuerzo durante más de un año si quiere salvaguardar la reputación de Chile de prudencia fiscal, dijo el economista Felipe Alarcón en entrevista con Bloomberg.

«El escenario es preocupante, porque el próximo año requerirá nueva deuda similar a la de este año», expresó Alarcón, analista de Euroamérica. «Las agencias de crédito podrían no bajar la calificación de Chile, pero no podemos descartar un cambio de perspectiva», sostuvo.

El gasto fiscal aumentará 2,7 por ciento en 2017, empujando la deuda nacional a aproximadamente el 25,3 por ciento del PIB a finales del año, que viene desde 20,6 por ciento en junio, precisó Valdés. El Gobierno tenía US$26.700 millones en fondos soberanos en mayo. Este año, el gasto fiscal va a cerrar representando 24,3 puntos del PIB, el más alto de las últimas décadas.

La economía más rica de América Latina crecerá 2,25 por ciento el año próximo, luego de expandirse alrededor de 1,75 por ciento en 2016, pronosticó el Ministerio de Hacienda. Valdés destacó que el presupuesto de 2017 respetaría la regla fiscal para reducir el llamado déficit estructural en un cuarto de punto del PIB cada año. El déficit estructural –calculado asumiendo que los precios del cobre alcanzan las previsiones a mediano plazo del Gobierno y que la economía crece en línea con la tendencia–, se reducirá al 1,5 por ciento del PIB el próximo año, desde el 1,7 por ciento en 2016.

«El escenario es neutral, no es bueno, pero tampoco es horrible», afirmó Alarcón.

Valdés aseguró ante los parlamentarios que Chile tiene una economía sana, que está viviendo un proceso de ajuste, debido fundamentalmente a la caída del precio del cobre que se traduce en menores ingresos fiscales.

Cifras que muestran el impacto de la caída en minería

En su presentación, el jefe de las arcas fiscales del país mostró con cifras que, sacando la minería, el crecimiento tocó fondo a fines del 2014 y de ahí la economía ha estado creciendo por sobre el 2%, al tiempo que se compara favorablemente con economías como la de Perú y Australia, que también dependen de la minería.

El ministro Valdés reveló, por otra parte, el nivel del desplome de los ingresos del fisco provenientes del sector minero (que incluye tanto a Codelco como a la minería privada). Estos pasaron de aportar más de 4 puntos del PIB a casi cero en 2016. Entre 2010 y 2011, el 20% de los ingresos del fisco eran mineros, en tanto que hoy día equivalen a 1,5%, es como lo explica Hacienda.

Esa caída se ha podido compensar gracias a los ingresos tributarios no mineros, que han crecido. Ello permite mantener los ingresos sobre 21% del PIB. “Esto es muy importante porque muestra que la reforma tributaria va dando resultado. Sin ella, hubiésemos tenido una merma de ingresos muy sustancial y no podríamos haber hecho la expansión de gasto que estamos haciendo para el próximo año”, declaró el secretario de Estado.

El titular de Hacienda dijo que el presupuesto presentado torna más urgente que exista coordinación con la política monetaria del Banco Central, para asegurar un mayor crecimiento en 2017. Sostuvo, además, que es optimista respecto a que la minería comenzará a repuntar en conjunto con la economía mundial durante el próximo año.

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