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El incierto y preocupante futuro de la mina El Teniente OPINIÓN MERCADOS

El incierto y preocupante futuro de la mina El Teniente

La situación hoy es que todo el mineral que se encuentra sobre el nivel Teniente 8, se agotará aproximadamente el 2025 (es decir, dentro de 7 años); sin embargo, las prospecciones realizadas muestran que queda mineral más abajo por lo menos para 70 años más, por lo cual Codelco y El Teniente iniciaron alrededor del año 2000 los estudios y diseños para construir un gran nivel más abajo, el Nuevo Nivel Mina, una inversión de cerca de 6 mil millones de dólares que debía comenzar a operar alrededor del 2017, para ir reemplazando paulatinamente los sectores que se agotan, y estar en plena producción el año 2025. Manteniendo el nivel de producción de la mina El Teniente.


El Teniente se dice la mina subterránea más grande del mundo y probablemente lo sea. Con cerca de 3 mil kilómetros de túneles, es una verdadera ciudadela al interior de un cerro, más precisamente al interior de un volcán extinto, en la cordillera de la Sexta Región, cincuenta kilómetros al interior de Rancagua, en la comuna de Machalí. La mina extrae la enorme cantidad de 130 mil toneladas de roca por día y en ella trabajan cerca de 18 mil personas (6 mil trabajadores propios y 12 mil contratistas), todas cifras aproximadas. Con este nivel de actividad y recursos que utiliza El Teniente para operar, se entiende entonces por qué, además de los recursos que la mina aporta al Estado de Chile, su presencia tiene un impacto económico enorme en la ciudad y todas las comunas aledañas.

La mina El Teniente, cuya historia se remonta al periodo prehispánico, en el siglo XVIII fue de propiedad de la familia de Toro-Zambrano y luego de Enrique Concha y Toro, quien en 1903 la vendió al norteamericano William Braden, el que inició su industrialización y expansión, y fue bajo la administración de los norteamericanos que llegó a ser lo que es hoy, en lo que se refiere a la mayor parte de su infraestructura, métodos de producción y cultura.

Para entender por qué hoy en día su producción se encuentra en un punto de inflexión y por qué uno de los proyectos estructurales de Codelco, llamado Nuevo Nivel Mina, es tan importante para el futuro de la mina El Teniente, hay que comprender un poco cómo se extrae el mineral de esta mina.

Este cerro o volcán tiene sectores con mineral en su interior, imaginemos burbujas con concentración de cobre en distintas partes del interior, y estas burbujas mineralizadas que se encuentran desde la superficie hacia abajo se extienden, según se sabe –por las prospecciones practicadas– al menos varios cientos de metros hacia abajo. Alrededor de 1940 los norteamericanos introdujeron el método de explotación actual, llamado “block caving”, que consiste, en palabras simples, en sacar por abajo el mineral que se encuentra desde un punto o nivel hacia arriba. Para esto, se hacen túneles horizontales y verticales, cuando están listos se dinamita la parte superior y el mineral quebrado o molido comienza a fluir por los túneles verticales y es sacado con máquinas, por los túneles horizontales hacia afuera de la mina, proceso en el cual el cerro se va hundiendo y se forma un cráter en su parte superior.

Se entiende, entonces, que cuando se ha sacado todo el mineral que se encuentra sobre el nivel del túnel inferior, es necesario volver a construir túneles más abajo, lo cual requiere una gran proceso de diseño de ingeniería y una gran inversión económica. Sin embargo, esta inversión dura muchos años.

La última gran inversión de esta índole fue hecha en el plan de expansión desarrollado por los norteamericanos entre 1955 y 1972, año en que comienza a operar el ferrocarril en el nivel Teniente 8, que es el nivel más bajo que tiene la mina hoy, y por donde se saca el 90% del mineral. Es decir, en todo lo que los chilenos hemos estado explotando, la mina ha sido utilizando los métodos de trabajo, la cultura y sobre todo la megainfraestructura que construyeron los norteamericanos de la Braden Copper Company. Por supuesto que desde esa fecha a la actualidad se han hecho ampliaciones de producción, mejoras de proceso, se han incorporado a la producción nuevos sectores en forma horizontal, pero todas obras relativamente menores comparadas con la gran ampliación desarrollada por los norteamericanos entre el 55 y el 72 del siglo pasado.

La situación hoy es que todo el mineral que se encuentra sobre el nivel Teniente 8, se agotará aproximadamente el 2025 (es decir, dentro de 7 años); sin embargo, las prospecciones realizadas muestran que queda mineral más abajo por lo menos para 70 años más, por lo cual Codelco y El Teniente iniciaron alrededor del año 2000 los estudios y diseños para construir un gran nivel más abajo, el Nuevo Nivel Mina, una inversión de cerca de 6 mil millones de dólares que debía comenzar a operar alrededor del 2017, para ir reemplazando paulatinamente los sectores que se agotan, y estar en plena producción el año 2025. Manteniendo el nivel de producción de la mina El Teniente.

Sin embargo, hasta el año 2016 se habían gastado cerca de 2 mil millones de dólares y el proyecto estaba lejos de comenzar a operar. Revisiones de los estudios mostraban que los diseños no iban a permitir los niveles de producción requeridos, y problemas en la construcción (que ya estaba muy atrasada) detuvieron las obras y un sinnúmero de problemas, que no es el objetivo detallar, hizo que se tomara la decisión de reestudiar y replantear el proyecto, ¡a 7 años del plazo fatal!

Este fracaso del Nuevo Nivel Mina ha sido una suerte de “crónica de una muerte anunciada”, dado que, si se analizan la mayoría, por no decir todos los proyectos importantes ejecutados a partir del año 2000 en El Teniente, todos han costado mucho más dinero, han tardado mucho más tiempo, no han alcanzado los niveles de producción, y su costo de operación ha sido más alto que lo que planteaba el proyecto original en cada caso. Esta situación fue planteada y discutida en innumerables ocasiones por profesionales de larga experiencia de El Teniente, pero la solución apuntaba en una dirección opuesta a lo que planteaba el “modelo de negocios” de la Corporación. Por lo que generalmente estas opiniones era acalladas de manera no amable.

Si se analizan los proyectos desarrollados en la “era chilena” del mineral El Teniente, podemos observar que hasta la década de los 90 los nuevos sectores incorporados fueron exitosos y esos sectores hasta hace muy poco han sido los que han sostenido gran parte de la producción. Pero ¿qué pasó? ¿Los profesionales que han venido después ¿no tienen la capacidad de hacer buenos proyectos? Hasta fines de los 90, El Teniente aun disponía de potentes áreas de ingeniería –profesionales con experiencia y formación en las diversas disciplinas que desarrollaban los diseños y luego controlaban la ejecución de los proyectos–. Solían surgir soluciones innovadoras diseñadas para los problemas específicos que se enfrentaban, respaldadas en la confianza del nivel profesional, el involucramiento de ejecutivos y profesionales trabajando en equipo, así como en los métodos y revisiones rigurosas de los planos y memorias de cálculo.

Sin embargo, el cambio de modelo de trabajo se venía incubando desde hacía años y El Teniente se deshizo de la mayoría de estos profesionales –porque era caro mantenerlos contratados a tiempo completo si solo se requería su capacidad profesional para cada proyecto específico–, al fin y al cabo “la ingeniería es un commodity”, como llegó a decir un gerente de la empresa, se la podemos comprar a cualquier compañía de ingeniería (como se compra pan en la panadería).

Por lo tanto, las potentes áreas de ingeniería fueron reemplazadas rápidamente por un sinnúmero de contratos con las más diversas empresas: empresas que analizan el problema y escriben bases técnicas de licitación, empresas que desarrollan las ingenierías, empresas que revisan lo que hacen las empresas que hacen la ingeniería y controlan los plazos del proceso, empresas que llevan el registro de la información para la eventualidad de que se produzca una disputa legal entre El Teniente y una empresa de ingeniería, etc. En este modelo de negocios, los profesionales propios de El Teniente pasaban a ser un poco más que “pasa papeles” entre las diversas empresas de ingeniería, con poca o ninguna capacidad de validar que los diseños estuvieran bien hechos, sin embargo, responsables del éxito de los proyectos.

Así fue como, en las primeras dos décadas de este siglo, se desarrollaron sectores mineros que nunca han funcionado, equipos automáticos que nunca han tenido el rendimiento requerido, plantas que han colapsado a los pocos años (o meses) de entrar en operación, sistemas de bombeo que no funcionan o no rinden en su capacidad de diseño, equipos que nunca funcionaron y llevan años deteriorándose en los patios de materiales. Se pueden nombrar decenas de casos.

Estas situaciones hacen preguntarse si no habría salido más conveniente, para El Teniente, seguir manteniendo y desarrollando a sus profesionales en lugar de pagarles a decenas de empresas y, además, asumir el costo de los errores que se cometen en los diseños.

En este contexto de “modelo de negocios” de la Corporación, el desarrollo del Nuevo Nivel Mina no se veía venir bien y desafortunadamente las predicciones (no oficiales) se han cumplido.

El Nuevo Nivel Mina hoy día se está replanteado con niveles de producción mucho menores, sumado a una serie de proyectos de contingencia que pretenden suplir la producción temporalmente, sin embargo, el modelo de negocios no ha cambiado, es decir, “la forma de hacer las cosas no está cuestionada”. Entonces, ¿podemos confiar en que las mismas personas, haciendo más de lo mismo, ahora van a producir resultados distintos? Si no se ha logrado nada en 15 años, ¿qué podemos esperar que pase en 7 años?, ¿habrá que pedirles a los “gringos” que nos desarrollen un nivel más abajo para producir otros 50 años?

El Teniente ha sido desde hace varios años el principal sostén de Codelco y tiene una influencia muy importante en la actividad económica de la región; una baja tan relevante en su nivel de producción, sin duda, va a producir un impacto importante en la actividad de la región o, peor aun, ¿qué pasaría en la región sin la mina El Teniente?

José Miguel Gramsch Labra
Ingeniero Industrial Eléctrico
Magíster en Ciencias Aplicadas

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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