El Banco Central de Brasil anunció un nuevo recorte en las tasas de interés, que fueron fijadas en el 9 %, su nivel más bajo en dos años, y mandó una señal de podría llevar la tasa a niveles récord en su esfuerzo de estimular la economía. Es la sexta reducción desde la llegada al poder de la presidenta Dilma Rousseff, en enero de 2011.
El Consejo de Política Monetaria del Banco Central (Copom) decidió por unanimidad en su reunión de revisión de cada 40 días recortar la tasa básica (Selic) en 75 puntos bases.
«El Copom considera que, en este momento, permanecen limitados los riesgos para la trayectoria de la inflación y el comité observa que hasta ahora, dada la fragilidad de la economía global, la contribución del sector externo ha sido deflacionaria», señaló el organismo emisor en un comunicado.
El economista jefe de Goldman Sachs, Alberto Ramos, opina que el comunicado del banco deja abierta la puerta para nuevos recortes: «no hay ninguna señal que esta rebaja es el final del ciclo».
El recorte es igual al de marzo y sitúa la tasa básica próxima de su valor histórico mínimo de julio de 2009, cuando los tipos estaban al 8,75 por ciento anual.
El Gobierno de Rousseff está intensificando sus esfuerzos para estimular la economía. El Banco Central ha sido el miembro del G20 que más ha rebajado tasa desde agosto del año pasado. El Ejecutivo también rebajó los impuestos en bienes de consumo y aumentó la inversión pública para asegurarse que la economía crecerá un 4.5% este año. Su industria manufacturera ha sido golpeada por un fuerte apreciación del real, el cual ha subido un 23% desde el 2008.
El PIB se expandió solo un 2.7% en 2011 y las proyecciones es que este año crecerá un 3.2%. Brasil creció menos que sus vecinos de la región el año pasado, y eso preocupa al gobierno.
Las centrales obreras se pronunciaron en contra de la tasa, que todavía es catalogada como alta por parte de los trabajadores.
