Aflojó la marcha, pero no se detuvo. El boom del sector inmobiliario sigue viento en popa. Pese a los ruidos de la crisis europea y las perspectivas de menor crecimiento en el país, las ventas de viviendas subieron un 8% en UF, comparado con el mismo período de 2011.
Según un informe elaborado por Infoinmobiliario, firma de Iconstruye y ligada a la Cámara Chilena de la Construcción, el total de ventas de departamentos y casas entre enero y marzo de 2012 sumaron unos US$ 951 millones.
El puntal de esta expansión fueron los departamentos, que representaron un 66% de las ventas totales y que crecieron un 13% comparado con el 2011, confirmando así que el fuerte impacto de la crisis subprime en 2008 y 2009 está superado por completo.
Por el contrario, las casas que en 2011 fueron vitales en sostener el crecimiento del sector en los primeros tres meses del año aflojaron el ritmo y las ventas cayeron un 1% en valor y 16% en unidades.
En total, en el primer trimestre de este año las ventas inmobiliarias llegaron a 7.882 unidades, lo que marca un alza de 3% respecto del mismo tramo de 2011.
En la industria confirman que estas cifras demuestran que el mercado sigue activo. El nivel de crecimiento de las ventas en UF, aseguran, se explica por el factor precio, que sigue subiendo, aunque menos intenso que en 2011.
En el caso de las casas el aumento en los precios se evidencia en el precio promedio de venta. En el primer trimestre de 2011 la casa promedio vendida en Santiago valía UF 2.691, mientras que en el mismo tramo de este año llegó a UF 3.176, un 18% más.
Esto se explica por diversos motivos: los terrenos siguen más caros, la mano de obra ha seguido el mismo sendero y, fundamentalmente, la demanda por viviendas se mantiene intacta. Por la regla oferta y demanda las inmobiliarias han seguido elevando precios dada la escasez de oferta, en especial la que está para entrega inmediata.
Según el informe de una importante corredora de bolsa local los precios de las casas tuvieron un alza de entre 4% y 16% en el 2011.
Eso sí, hay coincidencia en que no existe una burbuja inmobiliaria, aunque esta corredora insinúa que podría ocurrir en cuatro años más y que durante 2012 el exceso de gasto, el aumento de salarios y la apreciación cambiaria seguiría impulsando el alza del precio de los bienes raíces.
El director ejecutivo de la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios, Vicente Dominguez, confirma que los precios han estado subiendo en 2012, en linea con los años previos y que esto explica que el alza de las ventas en UF sea mayor que en unidades. “El costo del suelo sigue trepando, la mano de obra está mas cara, hay serios problemas para retener trabajadores porque las mineras están atrayendo mucha gente, y hay un alza en los estandares exigidos tanto por normativa como por los propios clientes, que quieren mejores productos”, afirma.
En todo caso, Dominguez afirma que estamos en un buen nivel de ventas, aunque no cree que haya boom. Esto lo grafica señalando que en los últimos meses el número de proyectos iniciados en el último trimestre estuvo cerca de 60, cifra que está en el promedio histórico y lejos de los 100 que alcanzó en años previos a la crisis subprime. Por eso, en su opinión, un aumento de 3% en ventas por unidades refleja que 2012 está más bien parecido a 2011, más que crecer.
Pablo Droguett, gerente comercial de la inmobiliaria Aconcagua, coincide en que no hay burbuja y que el alza en los precios se explica más por aumento de costos y la creciente demanda.
Añade que se está produciendo un cierto giro en la oferta de productos en departamentos. “La demanda está apuntando hacia departamentos de dos y tres dormitorios, a diferencia de antes que estaba muy concentrada en unidades de un dormitorio. Eso también influye en que los precios sean mayores”, asegura.
Respecto al mejor rendimiento de departamentos, Droguett señala que en 2011 el sector casas tuvo ya un importante crecimiento y que hoy la oferta de estas ha caído. Además, indica que ha habido un interés cada vez mayor por buscar viviendas con buena conectividad, en el sentido de disminuir los tiempos de desplazamiento, lo que favorece los departamentos.
