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Opinión: ¿Queremos mineros con «bototos caminados” para el siglo XXI?


Leopoldo Contreras, presidente Instituto Ingenieros en Minas

En nuestra minería nacional gobierna hoy la especulación; muchas proyecciones nada rigurosas y opinologos que reman solo para el lado que les conviene. La minería es una ciencia “algo” compleja que se mueve en la actualidad en una gama de temas que van desde la nanotecnología hasta la gestión humana.

En lo macro, los indicadores económicos empiezan a descender, y se habla de una falta de competitividad y productividad sectorial. En este cuadro es bueno recalcar y reconocer que el gobierno del Presidente Piñera no se interesó mucho por el desarrollo del principal oficio que tiene el país, LA MINERIA: Leyes presentadas al Congreso con notable falta de conocimientos (reforma institucional y seguridad minera, cierre de faenas mineras), que incluso dañan profundamente la minería nacional; un negocio del Litio fallido; la minería vista como retail; un código minero “sacro” que no puede ser tocado, mientras todos queremos un real mercado de capitales para nuestro sector.

Temas como AFP, Isapres y fin al lucro emergieron con fuerza en busca del espacio denominado “emparejar la cancha”. La minería no está ajena a lo anterior. Se habla de “nacionalizar” los principales recursos naturales y con esta captura de renta financiar una “Educación Gratis” para todos sin excepciones. Recordar de paso que nosotros somos de la generación que estudió gratis en un país infinitamente más pobre.

Y en este cuadro, increíblemente, en las campañas presidenciales no está presente el tema minero —incluso se ha derivado a economistas, quienes han monopolizado esta temática. La gestión de gobierno tiene plazos acotados y se requiere por ello tener absoluta claridad sobre los “objetivos estratégicos” y eso es lo que sentimos de menos en todas las propuestas programáticas de los candidatos.

Se habla de Enami, de Cochilco, de Sernageomin, pero no se enfrenta el tema minero como un todo partiendo de la estructura madre que es el ministerio de minería, una secretaría de Estado con pocos recursos, y poco personal. En la dimensión humana hemos visto un “carnaval de números” que demuestran improvisación y generan expectativas en la juventud que deberá migrar del país y/o vivir la frustración. En esta línea un Jefe de programa de una candidatura X, se da el “lujo” de decir, que “debemos importar ingenieros para mejorar nuestra productividad minera”, expresión posible solo en boca de un economista desinformado ¿les parece poco, el gran camino que ha recorrido la Ingeniería Nacional en el desarrollo, construcción y la nueva puesta en marcha de Codelco a partir de su nacionalización? Por poner un “pequeño ejemplo”.

La minería chilena y mundial se encuentran en estado de alerta, los desafíos de reducción de costos a través de la maximización de la productividad y la retención de personal especializado y/o talentos con conocimientos “duros” de Ingeniería de Minas comienzan a quitarle el sueño a los accionistas y en el caso chileno a su estado, ya que Codelco —en particular— es y seguirá siendo el mejor de los negocios para todos los chilenos principalmente a los sectores más vulnerables de nuestra sociedad.

Los gobiernos en general —a escala mundial— están más preocupados de extraer valor del sector minero y sus metales, sin prever el futuro, sus desafíos y problemas. La energía, el agua, la tasa de cambio, territorio, marco regulatorio, judicializaciones y volatilidad de los precios de los metales no se ven en los diseños gubernamentales. A nuestro juicio, más que hablar de ciclo de precios debe pensarse en los fundamentos del mercado de nuestra principal riqueza, y debe realizarse un esfuerzo por hacer una mejor “lectura” de lo que está sucediendo. “Chile está cambiando”, eso es así, definitivamente. Eso esperamos de los candidatos, aún es tiempo de pensar en el diseño de una política minera, tal como se hiciera en los años 60 y 70 en el siglo pasado.

Cuidemos a nuestro sector. Tenemos mucho que aprender, necesitamos más acción que comentaristas; “somos la viga maestra”, somos “el sueldo de Chile” como muchas décadas atrás lo decían otros Presidentes chilenos.

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