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Los negocios de los “chicos listos” de Consorcio (I)

Héctor Cárcamo
Por : Héctor Cárcamo Periodista El Mostrador Mercados
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La bomba que detonaron el fondo de inversión Moneda Asset Management y las AFP al atacar hace algunos meses a Julio Ponce Lerou por las operaciones en Bolsa que realizó entre 2008 y 2011 y que llevaron a la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS) a sancionar al controlador de SQM y las sociedades cascadas, amenaza con sacar al sol toda la ropa sucia de calle Nueva York y el barrio El Golf.

El sistema entero está siendo cuestionado y eso ha hecho que muchos en el mercado apunten sus dardos a Consorcio, el poderoso holding financiero. Bilbao, Parodi, Hurtado Vicuña y Fernández León son los nombres que lo controlan. El mercado les reconoce, especialmente a Bilbao, una inteligencia y astucia poco vistas para operar en Bolsa. Pero critican que en muchas de las operaciones él y Consorcio operan en una forma que, si bien puede que sea legal y dentro de las normas, va en contra del espíritu del sistema, es poco trasparente y no siempre se apega a la ética.

En la nota de hoy, y en la segunda parte que publicaremos mañana, El Mostrador Mercados intenta describir en detalles cómo opera este grupo –el mayor conglomerado de servicios financieros no bancarios del país y el mayor grupo asegurador del mercado– y lo que dice del sistema financiero chileno. Contaremos sus vínculos con el Presidente Piñera, el polémico remate de Colbún y el IPO de Recalcine.

En esta primera parte ponemos la lupa sobre las cuestionadas operaciones con la constructora Paz del presidente de Consorcio, Juan Bilbao.

Bilbao es el ejecutivo chileno que más alto ha llegado en Wall Street, fue compañero del Presidente Sebastián Piñera en la Universidad Católica y trabajó con él en los 80 para Citicorp.

El ejemplo de las Cascadas

En el caso Cascadas, la investigación de la entidad dirigida por Fernando Coloma reveló una participación reiterada de Leonidas Vial en la compra y venta de acciones con Ponce, Roberto Guzmán Lyon y Alberto Le Blanc. Vial, el rey de la Bolsa, vicepresidente del directorio de la misma, está sufriendo en carne propia el ser apuntado con el dedo por su rol “instrumental” en el “esquema” que lideraba Ponce.

Su corredora LarrainVial, la más influyente del mercado local, está en el centro de las miradas. Las AFP suspendieron las transacciones con la firma, a excepción de Moneda que, inexplicablemente para muchos, sigue operando.

También Banchile –la corredora del homónimo banco controlado por el grupo Luksic– está en la mira por los negocios que hizo con Ponce, no sólo transacciones en Bolsa sino financiamiento directo, incluyendo triangulaciones con un fondo que estuvo ligado a Linzor Capital, donde participan ejecutivos provenientes de algunas de las empresas más importantes de Chile.

En el mercado aseguran que ese tipo de operaciones en Bolsa (más allá del “esquema” descrito por la SVS), sin difusión, con limitaciones a la competencia entre inversionistas y a precios fuera de mercado, con olor a acuerdos fuera del ruedo, son de común ocurrencia en la Bolsa local.

Así lo ha hecho ver el propio Ponce Lerou a través de los escritos presentados a la SVS. En su tesis, sus abogados han intentado explicar lo ocurrido como una mera estrategia de “importantes empresarios” liderados por el presidente de Moneda, Pablo Echeverría, que buscarían hacerse con el control de SQM o al menos lograr la fusión de las sociedades cascada.

Sus abogados no siempre lo han hecho explícito, pero es vox populi que sus dardos apuntan al grupo Consorcio e incluso al propio Presidente de la República, Sebastián Piñera.

Consorcio es accionista de Moneda y entre sus dueños figuran tres connotadas familias empresarias: Hurtado Vicuña, Fernández León y Garcés Silva. A ellos se suman, con posiciones minoritarias en el grupo, Juan Bilbao y Patricio Parodi, presidente y gerente general del grupo, respectivamente. Consorcio también es socio de LarrainVial en la administradora de fondos.

Se trata de uno de los grupos empresariales más poderosos de Chile: son dueños de una de las compañías de seguro (Consorcio) más grandes del país; con la misma marca cubren todo tipo de actividades financieras (corredoras, fondos mutuos, banco); son controladores de Entel y son accionistas relevantes de Colbún. Además, en forma separada, Vicuña es dueño de la minera Pucobre y la Universidad Santo Tomás. Por su parte, Fernández León es socio del grupo de salud Banmédica y Garcés Silva es socio en Embotelladora Andina, entre sus principales actividades.

Tal patrimonio les permite ser candidatos a cuanto negocio suena en el país. Sus ejecutivos –Parodi en particular– son referentes en actividades de asociaciones empresariales, como el alma mater Icare, donde el gerente general de Consorcio es past president. La política tampoco les resulta ajena. Parodi ha sido uno de los principales recaudadores de financiamiento para la candidata presidencial de la derecha, Evelyn Matthei. La familia Garcés Silva tiene cierta afinidad con la Democracia Cristiana y los Hurtado Vicuña tiene vínculos estrechos con la UDI.

Y aunque reconocidos como prominentes hombres de negocios y como inversionistas "astutos", este grupo también es conocido por las "pasadas", que según sus críticos, se hacen en Bolsa. Tienen en su historial polémicas operaciones, algunas que han terminando con sanciones de la autoridad y, en otros casos, que han  pasado al baúl de los rumores sin grandes consecuencias. Pero el caso Cascadas las ha puesto bajo la lupa, ya que varios operadores del mercado dicen que refleja el modus operandi de los empresarios financieros criollos.

Paz Corp: Parte I

El próximo 5 de diciembre concluirán los 30 días de la OPA por el 9,86% de la inmobiliaria Paz Corp. Las acciones son del fondo estadounidense Prudential, a través de una sociedad con base en México, que en 2009 compró el 20% de la propiedad y que en los próximos días dejará definitivamente la empresa de la familia Paz.

La oferta la lanzaron los propios Paz como controladores, sumados a dos directores de la compañía: Juan Pablo Armas y Juan Bilbao. Ambos poseen cerca de un 1,67% y 1,51% de la propiedad respectivamente, pero, en el caso del presidente de Consorcio, su ingreso se concretó el 20 de noviembre del año 2012, a través de operaciones que generaron todo tipo de comentarios, pero –al menos que se conozca– ninguna investigación.

El mismo día (pero 103 años después) en que se celebra el inicio de la Revolución Mexicana (20 de noviembre de 1910), en la Bolsa chilena se realizaba lo que algunos operadores llamaron “La Mexicana”. Le dieron ese nombre por la fecha y porque la corredora encargada de hacer el remate fue la mexicana GBM.

Ese día, Bilbao adquirió dos paquetes de acciones en Bolsa, al igual que Armas (aunque éste ya estaba en la propiedad de la empresa). El vendedor era el fondo Prudential.

El precio al que les vendió Prudential vía GBM fue $ 255. El día anterior el papel había cerrado en $ 308 y el día del remate la acción abrió sobre $ 320, pues el 19 se había conocido el salto de 170% en las utilidades de la inmobiliaria a septiembre de 2012.

La secuencia de operaciones que se dio esa mañana y el desatado cruce de “palos” que concluyó con la venta de la mitad de las acciones de Prudential en Paz aún se comentan y los más críticos apuntan a un remate "armado" y a acuerdos previos entre Prudential y Bilbao-Armas.

El listado de transacciones de Paz de ese día revela el camino de la acción. A las 9:23, en los minutos previos a la apertura, se realizaban pequeñas compras y ventas de estos papeles a precios superiores a $ 320 y con topes de $ 325.

A las 9:34:44 GBM comienza a vender acciones con volúmenes mayores. Lo hace un relacionado de GBM –desconocido– y compra Tanner para cartera propia. Otras corredoras participan comprando y GBM sigue haciendo un gran negocio para su cliente, siempre a precios sobre $ 300.

Hasta que llegan las 9:37:03. En ese instante se concretan más de 20 operaciones a precios que caen de $ 315 hasta $ 263. Tres segundos después, Tanner intercepta las ventas y compra un paquete por US$ 2,5 millones a $ 255 el papel. Entonces, siete segundos más tarde, GBM cruza consigo misma y también a $ 255 dos OE (Operaciones Externas) sin difusión y que no se pueden interferir. Un segundo más tarde, LarrainVial interfiere otra operación comprando a $ 263 el papel.

Finalmente, se concretan tres transacciones más acotadas de GBM con otras corredoras y la intermediaria mexicana vuelve a “cruzar un palo” vía OE, esta vez con un relacionado. Todo esto 6 segundos después. Termina la frenética corrida, en el mismo segundo, con una venta de otro bloque de GBM a la corredora Consorcio, nuevamente a $ 255.

En esos pocos segundos se concreta el ingreso de Juan Bilbao a la compañía y comienzan los rumores. Que Bilbao tenía un acuerdo con Prudential para comprarle a $ 255 y que GBM operó para que la acción cayera y por eso, frente a la interferencia de las ventas por parte de otras corredoras, optó por cruzar dos palos en una OE, una fórmula similar a la que se les acusa en algunas operaciones a Ponce, Vial, Guzmán y compañía y que ayudó a los acusados por la SVS a comprar y vender acciones preferentemente.

“Prudential vende a dos directores de Paz Corp casi un 30% de las acciones que decidió enajenar a un precio, en algunos casos, un 30% bajo lo que se estaba transando. ¿Qué es eso? Está machado”, señala el gerente de una corredora de Bolsa que conoció de la operación pero que prefiere ocultar su identidad, como se acostumbra en el club de la Bolsa, donde nadie delata a nadie. Machado en la Bolsa es “acordado”.

Cercanos a Bilbao aseguran que, en efecto, él le informó a Prudential que estaba dispuesto a comprarle, pero a no más de $ 255. Lo curioso, dicen en el mercado, es que Prudential no terminó de vender sus acciones cuando el precio superaba los $ 320 y sí lo hizo cuando se acercaba a $ 260 y, en particular, cuando llegó al valor propuesto por Bilbao. Al precio más alto soltaba paquetes más chicos.

De las acciones vendidas por Prudential, el 50% quedó en manos de Tanner, Security y LarrainVial, las tres corredoras que lograron interferir las transacciones de GBM. El otro 50%, en que las OE de GBM contra sí misma y con Consorcio casi no tuvieron difusión y hubo poca posibilidad de que alguien compitiera, quedó en manos del relacionado de GBM (cerca de un 20%) –desconocido hasta hoy– y para Juan Bilbao y Armas (casi 30% entre ambos).

La polémica –soterrada– llegó a la Bolsa de Comercio de Santiago. Fuentes de mercado aseguran que el gerente de la corredora de Bolsa Tanner, Rodrigo Martin, que incluso obtuvo ganancias de la operación de ese día, pidió al gerente de operaciones de la entidad que presidía Pablo Yrarrázaval, Juan Carlos Ponce, que se investigara el caso. Hasta ahora, de resultados poco se conoce.

Este medio hizo todas las consultas relativas a este caso a la Bolsa, pero la entidad encargada de la autorregulación del mercado guardó silencio. Un alto ejecutivo de un grupo financiero local advierte que, para llegar al punto de que una corredora reclame ante la Bolsa, el caso debe ser peliagudo y que esto pasa pocas veces. El reclamo, eso sí, fue verbal.

La Bolsa –que niega haber recibido reclamos por la operación– ha sido duramente cuestionada en los últimos años por su doble rol en el mercado. Sus directores también integran las mesas de grandes empresas y algunos de las corredoras, por lo que, en caso de cuestionamientos a alguna operación, se transforman en juez y parte.

Así ocurrió en el caso Cascadas. La SVS estableció que León Vial y su corredora fueron actores instrumentales para el esquema de Ponce Lerou, el cual a juicio de la SVS vulnera la Ley del mercado de Valores y de Sociedades Anónimas. Sin embargo, la Bolsa emitió un comunicado hace algunas semanas, desafiando la investigación de la SVS y asegurando que lo obrado por las corredoras fue legal y sin hacerse cargo de que la declaración incluía a Leonidas Vial, directo involucrado.

Prudential respondió las consultas de este medio sobre las operaciones de noviembre de 2012, asegurando que fue “una operación transparente, realizada con pleno cumplimiento de la normativa de las bolsas de comercio y la Ley de Valores en Chile y con estricto apego a las normas establecidas por el Reglamento de la Bolsa de Comercio de Santiago para la venta de este tipo de paquetes accionarios, incluidos especialmente los tiempos de difusión para ejecutar la transacción”.

Agrega que “prueba de ello y del libre intercambio de acciones realizado durante la operación, es que éstas fueron adquiridas por distintos corredores de bolsa por cuenta de un amplio número de inversionistas”.

La empresa aseguró que “sólo tiene un acuerdo de accionistas con el Grupo Controlador de Paz Corp, el que es de público conocimiento en el mercado” y que es el que “entre otras cosas, obliga a PREI a ofrecer al Grupo Controlador de Paz Corp las acciones antes de su venta”. Es decir, niega que haya habido acuerdo con Bilbao o Armas para venderles acciones a un precio acordado.

Sobre estas operaciones, la Superintendencia de Valores y Seguros indicó escuetamente que “guarda reserva sobre las diligencias y/o procedimientos que realiza como parte de su rol fiscalizador”.

Sin embargo, la evidencia apunta a que la autoridad no investigó el caso. Así lo revelan las respuestas de la corredora de Bolsa GBM a este medio. “GBM Chile no ha sido consultada por la Superintendencia de Valores y Seguros acerca de esta operación, como tampoco es consultada por las demás operaciones que habitualmente realiza dentro del giro ordinario de sus negocios”, dijo Carlos Albert Moreno, gerente general de la corredora.

Según Moreno, “las órdenes constitutivas de estas operaciones se ejecutaron cumpliendo en todo momento con la regulación que ha impartido la Bolsa de Comercio de Santiago en lo que se refiere a la publicidad y tiempo de difusión de éstas” y que “los corredores de bolsas están habilitados para emplear uno o más mecanismos o vehículos para dar curso a una orden en un momento determinado, siempre con sujeción a la normativa aplicable”.

Agrega que “el hecho que se haya producido un libre intercambio de los valores involucrados con la participación de tres intermediarios distintos actuando por cuenta de varios inversionistas, constituye la prueba más evidente de lo anterior”, sin aclarar las OE en que Bilbao y Armas accedieron a acciones a un precio de $ 255, cuando 10 segundos antes se transaban a un precio un 20% superior.

GBM Chile afirma que fue contactada directamente por Prudential Real Estate Investors para participar como intermediario de estas operaciones, “por lo que no actuamos como parte de ningún tipo de acuerdo, pacto de actuación conjunta ni esquema de inversión con otras personas”.

Paz Corp: Parte II

Hace tres semanas, el 4 de noviembre, el vicepresidente de inversiones de Prudential Real Estate Investors, Fernando Herrera, señalaba en el diario Pulso que Paz fue una muy buena inversión, que les permitió conocer Brasil y Perú, pero que hay bajos retornos en la apuesta en Chile.

Si de ganancias se trata, Prudential retiró utilidades marginales desde fines de 2009, llegando hasta finales de 2013 cuando se irá. En este periodo, Paz ha repartido un 30% de sus utilidades, de las cuales, un quinto corresponde a Prudential.

Entre 2010 y septiembre de 2013 acumula utilidades de casi US$ 40 millones, aunque ha distribuido poco más de US$ 12 millones y, de éstos, el fondo mexicano se llevó casi US$ 3 millones.

Eso sí, cuando entró en 2009, pagó $ 200 por acción con un total de US$ 22,2 millones por el 20% de Paz.

Con la venta de noviembre de 2012 recaudó US$ 14 millones y el 5 de diciembre debiera recibir una cifra similar. Es decir, se llevará, sólo por el diferencial de precio, unos US$ 6 millones de ganancia nominal en Bolsa.

Pero Prudential podría haber ganado mucho más. Primero, por la referida venta de acciones por parte de GBM en noviembre de año pasado, que los que critican la operación dicen que le impidió obtener mejor precio al hacer OE. La segunda parte se conocerá esta semana.

El próximo 5 de diciembre se concretará la venta del 9,86% que aún tiene Prudential en Paz Corp. Lo hará a través de una OPA que lanzaron accionistas de la inmobiliaria por el porcentaje del fondo, pero que no supere un 12% en total de Paz Corp.

La operación, fuera de Bolsa, está fijada a $ 256 y los principales compradores, como es de suponer, son la familia Paz, que posee el 40% de la empresa y con quienes el fondo tiene un acuerdo para venderles en forma preferencial. Pero también participarán accionistas pequeños, con quienes Prudential no tenía ningún acuerdo al entrar en 2009, entre ellos Juan Bilbao y Juan Pablo Armas, además de Centenario (firma ligada al grupo Romero, que son socios de Paz en Perú) y Juan Carlos Verme, los últimos dos con porcentajes mínimos.

Aunque tiene casi el 1,5% de la empresa, Bilbao tendrá derecho a comprar el 33% de las acciones, mientras que Armas se llevará un 11%. Con esto, Bilbao se acercaría al 5% de Paz Corp.

El anuncio del acuerdo entre Prudential y los compradores se hizo el 18 de octubre pasado. Ese día la acción giraba en torno a $ 273 y desde entonces subió hasta $ 287 el 5 de noviembre pasado. Ese día se anuncia el inicio de la OPA por 30 días. Hoy el papel circula por los $ 270.

Prudential, al menos al 18 de octubre, aceptó un descuento de 6,5% para vender su participación. Comparado con el nivel del día en que se anuncia la OPA, el precio es un 12% menor. De hecho, en su opinión a los accionistas, el director de Paz y presidente de la Sofofa, Herman von Mühlenbrock, reconoce que el valor libro de la acción es $ 307, un 16% más, y que el día que él dio su opinión (8 de noviembre), el precio de mercado era de $ 290. Eso sí, recuerda que la oferta de $ 256 no difiere mayormente de la evolución del papel los últimos 90 días.

Por ello recomienda que quien quiera vender paquetes pequeños de acciones mejor lo haga por Bolsa (es decir, que no participe); al contrario, si alguien maneja un volumen mayor, cree que es negocio sumarlos a esta OPA, para evitar descuentos de mercado futuros o por la iliquidez de la acción.

Sin embargo, la recomendación del jefe de los industriales olvida que casi el 40% de Paz Corp quedará free float (no en manos del grupo que oferta en la Opa y, por ende, potencialmente transable en el mercado) y que pocos accionistas minoritarios de Paz podrían acudir a la OPA si el precio es inferior al de mercado. Aun más, al día siguiente del 5 de noviembre, cuando parte la OPA, se conocen los resultados de Paz que mostraron un alza de 125% en los primeros nueve meses del año. A no ser que alguien tenga malas expectativas de la inmobiliaria, el precio no debiera tener un horizonte a la baja en el futuro, dicen en la Bolsa.

Pero no sólo eso. Si pese al descuento en el precio alguien quiere vender sus acciones junto a Prudential, las posibilidades de éxito son bajas. Según el prospecto de la OPA enviado el 5 de noviembre pasado, si las aceptaciones de venta de acciones de Paz superan el 12% de la propiedad que los oferentes (Paz, Bilbao, Armas) ofrecieron comprar, éstos podrán decidir “a su solo arbitrio” cuántas de las acciones excedentes comprar.

La SVS cuestionó las condiciones de la OPA y ordenó cambios el 15 de noviembre pasado. Entre ellos, que los oferentes estarán obligados a comprar prorrateando (asignando en forma proporcional) las acciones, incluidas las que superen el 12% de acciones que ofertaron comprar.

Sin embargo, el 19 de noviembre, Paz informó un cambio a la OPA. Allí señalan que los oferentes “podrán” decidir a su solo arbitrio si aceptan comprar parte o todo el paquete de acciones que eventualmente supere las ofertas hechas. Es decir, si alguien quiere vender sus acciones como parte de esta OPA, Bilbao, Armas y Paz, pueden decir simplemente que no o poner un límite.

Prudential indicó que el acuerdo con el grupo Paz les obliga a ofrecerle las acciones antes de su venta. Agrega, simplemente, que para la OPA en curso, PREI suscribió además el contrato de promesa de compraventa de acciones con el grupo de inversionistas conocido y que se trata de una operación fuera de Bolsa que “recoge las condiciones comerciales de venta acordadas libremente entre PREI y el grupo de oferentes que lanzó esta oferta pública de adquisición de acciones”.

Respecto de las causas de tan bajo precio, Prudential afirma que “los fundamentos de nuestra compañía en la toma de su decisión de enajenación de activos son privados, por lo que no corresponde tratarlos públicamente”.

Además, el fondo defiende lo obrado, asegurando que el precio de venta se estableció de acuerdo a las condiciones de mercado imperantes al momento de la firma del acuerdo de compraventa. “Para la determinación del precio se utilizó el criterio objetivo del promedio ponderado de las transacciones de los últimos 90 días anteriores al día de la firma del acuerdo, el cual, en nuestra opinión refleja cabalmente las condiciones de mercado para la acción en ese momento. Posterior al acuerdo, el mercado reconoció positivamente la operación, lo que explica el alza en el precio y la diferencia con el precio de Acuerdo a la que usted se refiere. Esta acción ha tenido importantes fluctuaciones de precio en los últimos doce meses, llegando a un mínimo de $225”, dijo el fondo.

Finalmente, advirtió que las decisiones de venta de este tipo de activos en la empresa “no son tomadas por personas individuales y son materias de estricta reserva de nuestra Compañía”.

Para distintos operadores de la Bolsa, este negocio está hecho para que Bilbao aumente su posición en la compañía, lo que vulnera el interés de los otros accionistas, pues Bilbao no pertenece al grupo controlador y, sin embargo, Paz le da el beneficio de aumentar su posición, en desmedro de otros accionistas.

(Mañana: los vínculos con Piñera, el polémico remate de Colbún y el IPO de Recalcine)

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