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La desgastante rotación de ejecutivos de primera línea en Endesa

La desgastante rotación de ejecutivos de primera línea en Endesa


“Conózcanos”. Así reza el encabezado con que Endesa difunde a los once máximos ejecutivos de esta compañía generadora, controlada por Enersis e indirectamente por Enel. Para una empresa acostumbrada a que sus cabezas de serie estuvieran por varios años en sus puestos y que hubieran hecho el servicio militar en la eléctrica, realmente este lema le viene bien. La fotografía más antigua data de 2012.

La última salida se produjo esta semana, cuando se supo que dejaba la gerencia de Trading y Comercialización, José Venegas. Este ingeniero civil industrial de la Universidad Católica es reconocido en el medio por su conocimiento del mercado regulador no sólo en Chile, sino también en la región. Hay quienes señalan que él junto a Héctor López –en su calidad de gerente general de Endesa– definieron la política de ser muy conservadores con los contratos y vender la mayor cantidad de energía en el mercado spot durante la peor época de sequía a mediados de los 2000. El resultado fue que colocaron la electricidad a precio de petróleo.

Pulso dio a conocer ayer la noticia de su renuncia. No está claro, eso sí, si su alejamiento se debe a motivos personales, a que no tenía espacio dentro de la organización o a que derechamente le pidieron el cargo. Las tres versiones andan dando vuelta en el mercado y no se pudo corroborar cuál es la real.

Antes que él, se había retirado Sebastián Fernández, quien dejó la gerencia de Planificación Energética y pasó a ocupar la gerencia de Desarrollo de Colbún bajo el mando de Thomas Keller y en el barrio El Golf. Esto ocurrió a fines de enero y su puesto en Santa Rosa aún está por llenar.

Todo esto ocurrió hace tan poco que Fernández todavía no actualiza su hoja de vida en Linkedin, donde aparece que estuvo tres años en Endesa Italia, tomó la subgerencia de Desarrollo de Endesa en 2005 y la gerencia regional a contar de esa fecha.

Estas dos réplicas son propias de un remezón mayor, como fue el reemplazo de Joaquín Galindo en la gerencia general en octubre pasado por el italiano Valter Moro, quien se desempeñaba como director de la unidad de generación de Enel en La Spezia (central termoeléctrica).

Galindo llevaba cinco años a la cabeza de la generadora y partió a España. A los pocos días, a inicios de noviembre, emigró de la presidencia de Endesa Jorge Rosenblut, pues fue promovido a Enersis. Su sucesor vino de Europa: Enrico Viale.

El desgaste de la doble militancia

Los cambios ya descritos son oleadas que se veían venir desde que Enel tomó el control de Endesa España en 2009, primero con cierta timidez, pero de manera definitiva durante el segundo semestre del año pasado. Poco a poco, las comunicaciones entre Chile y Roma se fueron haciendo más frecuentes, hasta que se tomó la decisión de transferir todos los activos latinoamericanos bajo la tutela directa de Enel y dejar el padrinazgo de Endesa España.

Esta doble militancia de los ejecutivos que trabajan tanto en Enersis como en Endesa y que debían rendir cuentas a España e Italia, necesariamente ha provocado un desgaste que se trasunta en la pérdida de profesionales experimentados.

A esta altura, el más antiguo en la primera línea de Endesa es Fernando Gardeweg, que ocupa desde agosto de 2012 la gerencia de Finanzas y Administración. Su antecesor, Eduardo Escaffi, debió partir a Enersis de urgencia, tras la renuncia de Alfredo Ergas a raíz de sus diferencias por el aumento de capital que Enel y Endesa España plantearon por la suma de US$ 8 mil millones, monto que debió ser reducido por presión de los minoritarios.

Hacia el 2013 salió Juan Benabarre de la gerencia de Ingeniería, Proyectos e Investigación, otro ejecutivo que había trabajado en Endesa toda su vida. En su puesto quedó el ingeniero industrial de la Universidad Politécnica de Madrid, Fernando Prieto. Por la misma época, se retiró la gerenta de Recursos Humanos, Luz María Torm, llegando Federico Poleman, con estudios en la Universidad de Buenos Aires, y Luis Larumbe, que de la gerencia de Planificación y Control partió a Brasil. En su escritorio quedó Juan Fernando la Fuente.

Por último, el hoy presidente del Centro de Despacho Económico de Carga del Sistema Interconectado Central (CDEC-SIC), Claudio Iglesis, abandonó Endesa en septiembre de 2013 donde ocupaba la gerencia de Producción, después de 30 años en la compañía. ¿La razón? “Estaba buscando nuevos desafíos, distintos, y así me encontré con el CDEC-SIC”, señaló a Nueva Minería y Energía, en septiembre del año pasado.

Un mes después, quien había sido fiscal de la generadora por 17 años, Carlos Martin, dejó ese cargo y se recolocó en el estudio de abogados Cubillos Evans. Su responsabilidad quedó en manos de Ignacio Quiñones, abogado de la Diego Portales.

Endesa en estos años ha cometido errores y no pequeños. Basta ver las provisiones que debió reconocer al cierre del ejercicio 2014 para darse cuenta de ello. La pregunta que cabe hacer a Enel es si la renovación de los cuadros que está sufriendo en Endesa es deseada o se le escapó de las manos.

Resultados de Endesa

Ayer fue un día duro para Endesa y sus accionistas. A través de dos hechos esenciales informó que llevaría a números la imposibilidad de concretar los proyectos HidroAysén y Punta Alcalde, lo que le significó una provisión de US$ 143 millones contra resultados, y que había concluido el litigio con el consorcio que construyó Bocamina II, el cual “le habría significado el reconocimiento de una mayor inversión de US$ 125 millones”.

Por eso, la compañía sostuvo en el comunicado que, a pesar del positivo desempeño operacional, “el beneficio neto atribuible a los accionistas de Endesa Chile alcanzó al cierre de 2014 los $334.557 millones, monto que significó un descenso de 5% en relación a 2013. Esta disminución se explicó por el impacto sufrido por las provisiones realizadas en las inversiones de HidroAysén y Punta Alcalde, las que tuvieron un impacto de $69.066 millones (US$ 121 millones) y $9.185 millones (US$ 22 millones), respectivamente. De no haber realizado estas provisiones, el beneficio neto de la compañía en el período se hubiese incrementado un 16%”.

Los ingresos operacionales aumentaron en 21% en 2014, alcanzando los $2.466.534 millones, debido a un incremento en las ventas de energía, las que pasaron de los $1.845.461 millones en 2013 a los actuales $2.241.228 millones. Lo anterior, se explicó por mayores precios medios de venta de energía en Chile, Colombia y Perú, y por la incorporación de Gas Atacama en el perímetro de consolidación de Endesa Chile por $113.074 millones.

Este mejor desempeño compensó el alza de 35% que exhibieron los costos de aprovisionamiento y servicios. Lo anterior tuvo su origen en los mayores costos por compra de energía en Chile y Perú, mayores costos por consumo de combustibles en Chile y Perú, y en los mayores gastos por transporte y otros servicios en Colombia y Perú.

Dados los factores antes señalados, “el EBITDA de la compañía se incrementó en 12% en 2014, totalizando $1.094.981 millones. Este incremento del EBITDA ha sido obtenido pese al efecto del cierre temporal de la central Bocamina II, la que se encuentra paralizada desde diciembre de 2013. Este resultado no incluye la contribución de la inversión en Enel Brasil”.

Los menores resultados de Endesa repercutieron en Enersis, que tiene el 59,98% de la generadora, cuyo beneficio neto atribuible a los accionistas llegó a los $610.158 millones en 2014, exhibiendo un descenso de 7,3%. De no haber realizado estas provisiones, el beneficio neto de Enersis se hubiese elevado en 1%, publicó ayer el holding eléctrico.

Cercanos a la empresa dicen que fue la decisión del CEO de Enel, el italiano Francesco Starace, de sincerar en los balances que HidroAysén y Punta Alcalde no son viables por el momento. Las acciones de Endesa terminaron en día con una caída de más de 3%.

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