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Corfo y sus nuevos desafíos para el desarrollo empresarial


Las nuevas autoridades de Corfo han sostenido en los últimos días que se prepara un giro en la orientación de las políticas de fomento productivo. Este nuevo enfoque quiere salir de las políticas más bien neutrales de la Corporación para ir hacia la selección de ciertas industrias o encadenamientos productivos. Este cambio se da en un contexto presupuestario bastante importante. El presupuesto de Corfo para diversos programas de fomento para el año 2014 es cercano a los 200 mil millones de pesos, una cifra nada despreciable.

La pregunta que surge es si con esta decisión se solucionan o, al menos, se contribuye al incremento de la productividad de las empresas y si dicho cambio es positivo en todas las regiones del país. Para responder a esta pregunta, primero daremos un recorrido por la lógica programática de Corfo.

Históricamente la formulación de la política de fomento y el diseño de los respectivos instrumentos de apoyo a las empresas se ha orientado por el enfoque de “fallas de mercado". Particular atención se ha puesto en el funcionamiento del mercado de factores (calificación de la mano de obra, tecnología, gestión, información, etc.) y sus efectos en la capacidad de competir de las Pymes; en el ritmo de innovación tecnológica de la economía o en la capacidad de incrementar y diversificar exportaciones. Estratégicamente se optó por un enfoque de política horizontal, en el sentido de generar innovaciones aplicables a cualquier sector y que privilegiara soluciones de mercado. Como resultado de este enfoque, Corfo diseña e implementa instrumentos que buscan, por un lado, fortalecer las capacidades de gestión de las empresas y, por otro, su asociatividad como instrumento de competitividad.

Una vez que se establece la necesidad de una intervención pública en este ámbito del fomento productivo en la Pyme, se propone un modelo de intervención intermediado. Para esta decisión fue decisivo el análisis de experiencias internacionales y de sus mejores prácticas, para establecer las instituciones y los sistemas de incentivos en la asignación de recursos de fomento. En particular, se señalan los casos de Dinamarca, España, Holanda, Italia, Irlanda y Singapur, entre otros.

Bajo este enfoque, entonces, las empresas demandan servicios de fomento productivo que son identificados por los agentes intermediadores, que a su vez identifican al oferente de los servicios que la empresa demanda. Los agentes intermediadores también identifican qué programa de Corfo se adapta a la necesidad de la empresa en particular. De esta manera se junta oferta programática con demanda de empresas y oferentes de servicios. La oferta programática para la innovación puede seguir canales similares.

Dos problemas importantes identificamos en Corfo entre su nueva apuesta por apoyar encadenamientos productivos en sectores específicos y su enfoque programático. En primer lugar, el incremento de capacidades para mejorar la productividad de una determinada cadena productiva requiere de un enfoque más sofisticado que el modelo agente operador, empresa demandante oferente de servicios. Para mejorar la competitividad de los distintos segmentos de la cadena se deben mover muchas piezas de manera secuencial en el tiempo, pero también de manera incremental. La pregunta es evidente: ¿cómo se puede organizar una oferta programática de fomento dispersa en infinitos programas en el tiempo? La cantidad y gradualidad de cambios requerida para que una cadena se mueva en la dirección deseada no parece ser un resultado que pueda llevar el modelo simple de agente operador actual. En este aspecto se hace evidente la necesidad de correr el cerco, pensar en nuevos modelos para nuevos desafíos.

Un segundo problema que existe hoy en Corfo para liderar procesos como el que se busca es la baja o más bien nula perspectiva territorial en la forma de trabajo de la Corporación. ¿Qué rol juegan las regiones en la selección de las cadenas para fortalecer su competitividad? ¿Cómo entran estos elementos en las estrategias de desarrollo productivo regionales? Estas preguntas nos llevan a proponer la descentralización del sistema de Fomento. Los procesos de decisión a nivel regional deben ser fortalecidos de manera que los recursos de Fomento asignados sean consecuentes con las estrategias regionales. Además las regiones deben tener la capacidad para definir las políticas y la proporción de recursos requeridas entre los diferentes instrumentos a disposición del sistema. Las regiones también deberían tener la autoridad para asegurar focalización territorial de los recursos, consecuente con sus necesidades y estrategias.

Iniciar el nuevo ciclo virtuoso de colaboración público-privada para apoyar procesos de innovación que contribuyan a mejorar la competitividad de las pequeñas y medianas empresas también requiere de capacidad de innovación en Corfo. Por ejemplo, transitar de un enfoque orientado a la demanda a uno que genere compromisos estratégicos con los diferentes actores involucrados en una cadena productiva.

Eduardo Ramírez, director (i) de Rimisp
Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural.

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