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Grecia, Rusia y el resto de los nubarrones que amenazan a los mercados


Hasta ahora los inversionistas han ignorado lo que podría implicar la victoria de Syriza en Grecia el domingo recién pasado. Hoy el mundo medido por el índice ACWI subió 0.7% y Europa subió 1.5%. El mercado al parecer le otorga un peso mucho mayor al plan del Banco Central Europeo anunciado el jueves, de inyectar 1.1 trillones (millón de millones) de euros al sistema, lo que implicaría compras de 60 mil millones de euros todos los meses desde marzo. Pero los inversionistas son conocidos por su mala memoria y por su conducta irracional en el corto plazo. ¿Qué pasaría si Syriza cumple sus promesas y abandona las políticas de austeridad y negocia una quita de la deuda que contrajo con el FMI, el BCE y los otros países de Europa? ¿Qué pasaría si Rusia entra en default en los próximos 6 meses? ¿Es posible que estos eventos pasen?

El actual primer ministro de Grecia, el Sr. Alexis Tsipras, líder del partido de izquierda Syriza, ha dicho públicamente durante su campaña que luchará por abolir las medidas de austeridad que los Gobiernos anteriores se comprometieron a cumplir para ser sujetos de los rescates que tuvo la deuda de Grecia en 2010 y 2012 y que totalizaron 240 billones de euros. Las medidas de austeridad que se acordaron fueron básicamente bajar el gasto fiscal en el equivalente a 30% del PIB, lo que ha dejado a Grecia con una parte creciente de la población bajo la línea de pobreza y un desempleo de 26% actualmente, al contraerse su PIB en más de 20% real desde el 2010. Si bien Grecia volvió a crecer el 2014 en un estimado de 0.7%, este crecimiento tiene que verse más bien como un “dead cat bounce” que como una vuelta a un crecimiento sostenido.

El sentimiento de la población ha sido crecientemente en contra de las medidas de austeridad que ellos perciben como la causa del alto desempleo y la baja en los ingresos violenta que su país ha experimentado. Sin estos paquetes de ayuda, el país estaba literalmente quebrado con un déficit fiscal de 14% del PIB. Toda acción tiene una reacción. Grecia ha hecho reformas y se ha apretado el cinturón, pero esto ha dejado a su gente asfixiada. En este escenario, parece lógico pensar que su primer ministro actual pida revisar prontamente esas medidas de austeridad en pro de aumentar el gasto fiscal. El problema es que si Grecia no cumple su programa de austeridad y las medidas a que se comprometió, arriesga un incumplimiento de las condiciones del paquete de ayuda y a no recibir más financiamiento.

Grecia ha aumentado su deuda fiscal desde 130% del PIB el 2010 a 175% el 2014, por lo que claramente aún no encuentra el equilibrio con una deuda que ha aumentado y sus ingresos que siguen cayendo. El último préstamo que el grupo del FMI, Europa y el BCE le hará como parte de ese paquete de ayuda a Grecia sería en febrero, sin embargo, la condición para recibir ese financiamiento es que se hagan las reformas y el plan de austeridad continúe. Es decir, Grecia podría quedarse en teoría sin fondos en marzo si las reformas que impulsa su nuevo primer ministro apuntan a aumentar gasto social u otras incluso son más drásticas. De acuerdo a estimaciones de analistas, Grecia enfrenta pagos por 23 billones de euros en 2015 y sin acceso a financiamiento externo, y con la presión por destinar recursos a gasto social, la palabra default podría estar a la vuelta de la esquina.

Europa rescató a Grecia el 2010 y luego la rescató el 2012. ¿Rescatará nuevamente Europa a Grecia el 2015?. Públicamente Angela Merkel y compañía han rechazado cualquier modificación a las condiciones de austeridad impuestas, por la presión de sus propios representados en una economía Europea al borde de la recesión, ya cansados de financiar a sus vecinos. Otra consecuencia de hacerlo sería el “ejemplo” y precedente que darían a otros países miembros sobre rescatarlos constantemente. Se podría pensar que otro organismo que podría salir al rescate es el BCE con su nueva “billetera” por 1,1 trillones de euros. Sin embargo, el BCE no puede invertir más de 33% en la deuda de un solo emisor y está “copado” con ese 33% a Grecia por los préstamos anteriores hasta julio, por lo que el QE del BCE no le sirve a Grecia hasta ese mes. Si es que Grecia sale de la zona euro o no este año, está por verse, pero que esto traerá volatilidad a los mercados, deja poco espacio a dudas.

Sobre Rusia, la baja del precio del petróleo y las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos y Europa por su incursión en Ukrania, tienen a su Banco Central “quemando” reservas a una tasa vertiginosa para defender a su moneda que se ha depreciado casi 100% en el último año para evitar que la inflación se siga disparando. Sólo en diciembre del 2014, el Banco Central de ese país bajó sus reservas desde USD419 mil millones a USD385 mil millones, una baja de USD33 mil millones en 1 mes. Si las sanciones que vencen este año son extendidas y continúa el retiro de dinero de la economía de sus propios conciudadanos y de los inversionistas extranjeros, el Banco Central no tendrá más opción que subir la TPM probablemente a 25% y/o seguir vendiendo reservas o más temprano que tarde, declarar el no pago de la deuda extranjera con lo que tendríamos otro default, esta vez de proporciones muchísimo más grandes que el de Grecia. En este contexto, es probable que Putin pare su ofensiva en Ukrania, Europa y Estados Unidos levanten las sanciones y Rusia tome medidas para restablecer la confianza, con lo que, sin dar una recomendación, entrar a Rusia en ese escenario con un rublo tan depreciado podría ser una excelente oportunidad. Pero queda poco espacio a dudas de que esto también traería volatilidad a los mercados, sobre todo a los emergentes. Sin ir más lejos, un banco “chico” de Rusia (SB Bank) declaró que sus clientes no podrían retirar los dineros desde sus cuentas desde el lunes 26 de este mes.

China es probable que baje su TPM. Con una inflación en 1.6% y su TPM en 5.6% probablemente baje su tasa a 5% durante el primer semestre de este año. No solo tiene el incentivo de impulsar a su economía vía menor costo de financiamiento sino que de mejorar la competitividad de su sector exportador con un Yuan que se ha apreciado 18% contra el euro y 15% contra el dólar australiano desde junio del año pasado, por nombrar sólo 2 paridades con importantes socios comerciales, como Europa y Australia. Estados Unidos, por su parte, también ha visto cómo el dólar se ha apreciado fuertemente contra casi todas las monedas en los últimos 6 meses (pero se ha mantenido con el Yuan) por lo que, probablemente tendrá el incentivo a postergar el tan esperado aumento de tasas para el segundo semestre o incluso para el 2016.

Los precios de los commodities, si bien tienen tendencia bajista y hay una fuerte creencia en que seguirán en estos niveles o incluso que caerán más, varios, como el cobre, hierro y petróleo, están bajo sus costos marginales de producción. Quizás, el “tiro de gracia” que botará aun más a los commodities sea otra crisis griega o quizás rusa. Eso no lo sabemos, lo que sí sabemos es que los superávits que hoy hay por exceso de producción en los commodities mencionados van a pasar como ha pasado siempre en la historia (a no ser que se encuentre un sustituto perfecto).

Por ejemplo, en el caso del petróleo, el costo marginal de producir es de USD70 el barril aproximadamente, marcado por los productores de “shale oil” en Estados Unidos. Se estima que el costo marginal de esta industria es de USD50 a 70, por lo que es altamente probable que la mayoría (por no decir todos) los que siguen produciendo en esta industria en ese país estén perdiendo plata, y no solo estén pensando en bajar las inversiones o pararlas, sino que en cerrar la producción de sus actuales plantas esperando tiempos mejores.

En el caso del petróleo, el factor responsable del exceso de oferta del mercado es la industria del shale oil en Estados Unidos, que ha vivido un boom desde hace poco más de 10 años, pero cuya industria es económicamente viable con precios del petróleo altos como los que había hasta mediados del año pasado (USD90 – 110). Las compañías extractoras de pozos de petróleo en Estados Unidos funcionando han bajado 15% desde septiembre del 2014 y están cayendo a una tasa de 2 a 4% por semana. Por otro lado, la EIA en su último pronóstico dijo que el déficit de petróleo sería de 100 mil barriles para el 2016 (casi en equilibrio) y habría déficit el 2017. Puede que el petróleo caiga más, es cierto, pero estos precios no son sostenibles en el mediano plazo. Situaciones similares es posible que pasen con el hierro y el cobre. Los commodities se mueven en ciclos.

En general, el mundo tendrá bastante liquidez este año con sendos programas de relajamiento cuantitativo desde Europa y Japón, probable recorte de tasas de China y probable postergación de alza de tasas de Estados Unidos. Eso, unido al “shock” de corto plazo que la violenta baja en el precio del petróleo provocaría, mejoraría las expectativas de consumo, inversión y crecimiento. El gran “pero” a este escenario sería lo comentado arriba de Grecia y Rusia, que podrían terminar en una gran crisis financiera con alcance global este año o el próximo, a todo lo demás constante.

El mercado tiene memoria de corto plazo. Puede que tenga razón al hacer “vista gorda” al menos por hoy ante Grecia y Rusia o puede que esté “corto de vista” y no vea lo que se puede venir. Ayer el mercado anduvo feliz, pero si se comienza a preocupar, lo podríamos tener de muy pero muy mal humor en unos meses más.

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