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Los altos inventarios de cobre en China, un acertijo para el mercado


Judy Zhu, analista del banco británico Standard Chartered, se sorprendió cuando hizo su ronda habitual por los depósitos de cobre de China.

Los montones de placas de cobre al interior de los depósitos en Shanghai habían crecido 20% desde julio, calculó. Algunas pilas llegaban al techo. Se había almacenado tal cantidad que el metal rojo se comenzaba a acumular fuera de los edificios. El suelo debajo de algunas de las enormes pilas de cobre se comenzó a resquebrajar debido al peso.

«Hay mucho más metal de lo que esperábamos», afirmó Zhu en una entrevista. Por lo general, los inventarios de cobre caen a mediados de año debido a un alza estacional de la demanda de los fabricantes de aires acondicionados y redes eléctricas.

La situación presenta un verdadero acertijo para los expertos. Algunos analistas señalan que los cuantiosos inventarios constituyen una advertencia de que la demanda en China, el mayor comprador del metal, se está desacelerando drásticamente, lo que sería una señal preocupante para la economía global. Eso pondría en duda la viabilidad del actual repunte del precio del metal.

Otros analistas son más optimistas e interpretan el alza de los inventarios de China como una señal de que la debilidad de la economía del país producirá un nuevo paquete de estímulo fiscal. Eso sería una buena noticia para los grandes productores de cobre como Chile y Perú.

Los inversionistas se mostraron optimistas el lunes y el precio del cobre alcanzó su nivel más alto en los últimos cuatro meses. El metal subió 1% para cerrar a US$8.050,5 la tonelada. Los precios acumulan un alza de 9% en menos de un mes, superando con creces las ganancias de otros metales como el aluminio y el níquel. El avance ha sido impulsado por las esperanzas de una nueva ronda de estímulo monetario por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos y la promesa de acción de los bancos centrales de Europa.

Aunque en líneas generales el estímulo debería favorecer el cobre —que se usa para todo, desde el tendido eléctrico hasta techos y tuberías—, los analistas advierten que la acumulación de existencias en China complica ese vínculo.

Incluso si el estímulo añadido de diferentes partes del mundo reactiva la actividad económica y la demanda de cobre, algunos analistas sostienen que reducir el enorme excedente de cobre en los depósitos de China es un proceso que podría demorar meses. Aunque eso suceda, es probable que la demanda china de nuevo cobre se mantenga baja.

Bajo la presión de los altos inventarios, «es probable que cualquier aumento en los precios del cobre basado en las expectativas no sea sostenible», manifestaron analistas de Deutsche Bank, en una nota de agosto. El banco alemán recortó recientemente en 17% su meta de precio del cobre para el tercer trimestre a un promedio de US$7.300 la tonelada, aunque anticipa una recuperación a US$8.000 la tonelada en el cuarto trimestre.

Analistas como Zhu ponen el énfasis en los depósitos aduaneros de China, donde los metales se guardan temporalmente antes de ser enviados a los compradores. Las cifras oficiales de las existencias rara vez son divulgadas, obligando a los observadores del mercado a hacer ellos mismos rondas de seguimiento.

Zhu y los analistas de Standard Chartered estiman que el exceso de inventario ronda las 600.000 toneladas métricas, desde las 500.000 de junio. También proyectan que los inventarios crecieron desde entonces debido a contratos de compra de cobre a largo plazo.

En comparación, los depósitos de la Bolsa de Metales de Londres alcanzaron 214.650 toneladas.

Hasta hace poco, las importaciones de cobre de China eran robustas. Pero en lugar de ser usado, gran parte del metal que ingresó al país fue guardado.

«Significa que las condiciones de la demanda no han mejorado lo suficiente durante los últimos trimestres para… lograr un descenso de las stocks», indicó Nicholas Snowdon, analista de Barclays.

Algunos analistas señalan, de todos modos, que concentrarse exclusivamente en los inventarios de cobre de China presenta un panorama demasiado estrecho. «Sólo un par de meses de mejor demanda, rápidamente cambiarán la percepción de excedente a escasez», resaltó Snowdon, de Barclays.

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