Publicidad
Valdivia salvó a la Roja en su deslucido ensayo final para la Copa

Valdivia salvó a la Roja en su deslucido ensayo final para la Copa

Chile ganó 1-0 al modesto equipo centroamericano en un repaso general que dejó dudas y materias pendientes para el estreno en el torneo sudamericano.


La Selección Chilena coronó su preparación para la Copa América con un deslucido ensayo final frente a El Salvador en Rancagua, y una victoria resuelta gracias al gol de Jorge Valdivia en un partido que generó nuevas dudas de funcionamiento colectivo y rendimiento individual a sólo 7 días del estreno formal frente a Ecuador.

Esta vez, la precariedad del rival hizo más evidente la falta de volumen de juego de la Roja, que tradujo el dominio unilateral en una prolongada posesión de balón y un paupérrimo porcentaje de concreción.

Ante un público que disfrutó su fiesta popular en Rancagua, el primer tiempo no mostró demasiado contrapeso en el juego, con un dominio persistente de Chile y un rival estacionado en su mitad de cancha apostando sólo al ordenamiento defensivo y la eventualidad del contragolpe.

Sin presiones en la salda desde el fondo, la Roja tuvo una fluida circulación hasta tres cuartos de cancha gracias al reconocido manejo de Valdivia, Gutiérrez y Alexis, jugando con la soltura de costumbre ante un lateral pasivo e incluso ingenuo en la marca.

En ese vaivén inicial demasiado previsible, la apertura de la cuenta se produjo a los 13 minutos en una acción bien mecanizada en la rutina íntima de Pinto Durán: Valdivia inició la jugada, Alexis extendió el balón a la izquierda, Beausejour metió el centro y el propio volante del Palmeiras llegó a conectar un derechazo bajo que no tuvo reacción del portero Contreras.

Más tarde, acentuando la presión del equipo nacional, un envío de Isla desde la derecha lo empalmó Eduardo Vargas y el arquero envió la pelota al corner. Todo parecía demasiado fácil ante un adversario rústico e incluso indolente a ratos, que llegó por única vez con cierto peligro mediante un contragolpe de Bonilla, que recorrió casi 60 metros antes de conectar un zurdazo alto frente a Herrera.

La escasa exigencia opacó el balance parcial, aunque la Roja hizo su parte sin urgencias ni fulgores, desplegando su dinámica acostumbrada con una circulación reiterada por la izquierda, donde Beausejour marca demasiado el ataque con una proyección a veces carente de sorpresa.

MUCHAS ESTRELLAS Y POCOS FULGORES

La desigualdad de capacidades individuales y colectivas se agudizó al comienzo del segundo tiempo y ya a los 48’ Chile pudo aumentar en un cabezazo de Alexis a quemarropa que rebotó en el travesaño. El ingreso de Pizarro en lugar de Gutiérrez redistribuyó el mediocampo, con David al centro, flanqueado por Aránguiz y Marcelo Díaz.

Aunque el foco se concentrara en el desenvolvimiento de Chile, en un partido tan unilateral a ratos no dejaba de sorprender las limitaciones y pobreza de recursos del rival escogido como “sparring” final para la Copa América. Con un esquema demasiado básico, sin desdoblamiento ni alardes físicos, en definitiva El Salvador no fue el parámetro adecuado ni tampoco aportó al clima que siempre exige ser el examinador de un repaso general…

Sobre los veinte minutos, Sampaoli quiso romper la inercia del dominio con el ingreso de Mena como lateral y de Pinilla en vez de Valdivia, que salió aparentemente molesto por su exclusión. Y poquito después, Henríquez desplazó a Vargas de la formación, en un relevo que contribuyó a cierto desorden en la constante transición ofensiva hacia el arco centroamericano.

Un potente tiro libre de Sánchez de distancia superó la barrera a los 75’ pero el arquero Contreras neutralizó el remate que parecía concretar una diferencia más lógica en el marcador. A esa altura del encuentro la Selección se había desdibujado en su diseño original, e incluso el juego reflejaba sus desajustes, incluyendo la incorporación de Albornoz como lateral derecho e Isla de volante en la plaza de Díaz.

Al fin, aplausos con poca convicción y varios hinchas que desbordaron la seguridad en El Teniente para saltar a la cancha en una alerta evidente para el Sudamericano que ya viene.

Entre el esfuerzo, la intención y el voluntarismo, la Roja cerró una victoria exigua en las cifras y su entrega futbolística. Más allá de la responsabilidad de los salvadoreños -un adversario sin categoría, ideas ni cohesión táctica-, el espectáculo empalideció por las tibiezas de una Selección que no ofreció muchas variantes ni solidez colectiva, sustentando su desempeño en una elaboración demasiado monocorde y la jerarquía de algunas individualidades superlativas que dan el tono. Y a siete días del estreno formal ante Ecuador, Alexis y Valdivia –principalmente-, demostraron que son garantía de que siempre hay un salvador cuando el barco navega sin brújula ni rumbo…

PORMENORES
Estadio El Teniente de Rancagua
14.000 personas
Chile (1): Herrera; Isla, Medel, Jara, Beausejour (64’, Mena); Aránguiz, Díaz (80’, Albornoz), Gutiérrez (46’, Pizarro); Sánchez, Valdivia (64’, Pinilla) y Vargas (72’, Henríquez). Suplentes: Garcés, Rojas, Mena, Albornoz, Carmona, Silva, Fernández, Pizarro, Pinilla y Henríquez.
El Salvador (0): Contreras; García (75’, Torres), Molina, Mendoza, Meijor, Bonilla (58’, Herrera), Álvarez (80’, Correa), Marín, Flores (52’, Burgos); Renderos y Corea.
Goles: 13’, Jorge Valdivia.

Publicidad

Tendencias