Anotó dos goles, puso lo que había que poner en los momentos oscuros del equipo y, como es habitual en él cuando el partido para su cuadro se pone cuesta arriba, hasta se anduvo pasando de revoluciones, con una tarjeta amarilla que lo deja atado para el próximo compromiso, el viernes frente a Bolivia.
Estamos hablando, lógicamente, de Arturo Vidal, la gran figura del cuadro de Sampaoli frente a los mexicanos.
Otra tarjeta y queda fuera de un partido de cuartos que es perfectamente factible, de acuerdo a cómo se ha ido desarrollando el Grupo A de la Copa América.
Llevado por el fragor de un partido intenso y de alternativas cambiantes, en que nadie regaló nada, Vidal dio y recibió con parecido entusiasmo. Es que, como dijo de él Buffon, el arquero de la Juve, “Arturo es un guerrero, y si hay una guerra yo me lo llevo conmigo”.
Puso el transitorio empate a uno con un cabezazo notable, metió el centro para el gol de Vargas y él mismo, víctima de una falta dentro del área, ratificó su pericia desde los 12 pasos para batir a Corona y poner a Chile por primera vez en ventaja durante el partido.
Como era de esperar, no le gustó el reparto de puntos. Para él, la “Roja debió haber ganado el partido, pero aclaró que “al frente tuvimos un rival que corre mucho, y que cuenta con hombres rápidos que complican a cualquiera”.