Calles convertidas en ríos, millones de personas sin suministro eléctrico, centrales nucleares paralizadas y decenas de fallecidos, principalmente por la caída de añosos árboles, dejó la tormenta tropical que pocos días antes, en su avance como huracán por el Atlántico, ya había dejado una estela de muerte y destrucción en varios países del Caribe. (Fotos: EFE)
El fenómeno meteorológico seguía este martes avanzando hacia Canadá, mientras las autoridades neoyorquinas calculaban las pérdidas en al menos 20.000 millones de dólares.
